La masiva extinción de los dinosaurios provocó la desafortunada desaparición de estas maravillosas criaturas que han servido de inspiración para todo tipo de películas, leyendas y cuentos. Por suerte, a día de hoy podemos hacernos a la idea de su aspecto gracias a las reconstrucciones de fósiles que realizan profesionales como los paleontólogos, y estos suelen estar expuestos en museos. Sin embargo, no siempre es así, como es el caso de Big John, un esqueleto fosilizado de triceratops gigante que tiene más de 66 millones de años y que saldrá a subasta este próximo 21 de octubre en Paris por un valor estimado de entre 1.200.000 y 1.500.000 dólares, una cifra solo al alcance de unos pocos ricos.
Según explican desde Gizmodo, esta no es la primera vez que un fósil de dinosaurios es subastado, aunque este se trata de un caso especial. Esto es así porque el triceratops es uno de los dinosaurios más conocidos y queridos, y Big John es el espécimen más grande que se ha hallado nunca en la historia, por lo que tiene un valor muy elevado.
Su monumental cráneo mide más de dos metros y medio de largo por dos de ancho, y sus enormes cuernos superan el metro de longitud, siendo capaces de soportar más de 16 toneladas de presión. A pesar de su gran tamaño y aparente resistencia, Big John no tuvo la mejor de las suertes y murió de manera violenta. Según explican un grupo de paleontólogos, el dinosaurio resultó herido en una pelea con otro triceratops más pequeño, probablemente por motivos de defensa de su territorio o cuestiones de cortejo.
El 60 % del esqueleto se conserva gracias a la arcilla
Sabemos que Big John vivía en Laramidia, un continente insular que se extiende desde la actual Alaska hasta México. El triceratops murió en una llanura aluvial, la actual formación de Hell Creek, Dakota del Sur, Estados Unidos. Gracias a los materiales de los que estaba compuesto el suelo, el 60 % del esqueleto consiguió conservarse en arcilla, un sedimento sin actividad biológica, una característica que retrasa enormemente el deterioro por el inevitable paso de los años. La casa de subastas en la que se exhibirá es Drouot; esperemos que termine en buenas manos para que su conservación no se eche a perder.