La amenaza no venía desde el espacio exterior... Estaba dentro del plató. Independence Day es una de las películas más importantes dentro de la carrera de Will Smith, un actor que había saltado al cine desde la televisión con el pelotazo catódico El príncipe de Bel-Air y cuya fama como rapero estaba comenzando a convertirlo en un icono. Sin ir más lejos, es una película que sigue causando sensación y regalándonos titulares, y que llevó a actores como Bill Pullman a convertirse en estrellas. Sin embargo, cuando se gestó el proyecto en el que el intérprete defendía a la Tierra de unos seres de armas tomar, los productores comenzaron a dudar. En 1996, no querían a un actor negro como protagonista.
Los productores de 20th Century Fox querían a Ethan Hawke
Dean Devlin, guionista del filme y de otros tantos blockbusters como Geostorm, ha confesado a The Playlist que la elección del actor protagonista trajo muchas discusiones, debates y problemas entre la ejecutivo de 20th Century Fox.
Durante meses, varios miembros de la junta directiva de la productora de cine pensaron que una película protagonizada por un actor negro no tendría ningún tipo de interés para la taquilla internacional y que causaría más problemas que beneficios en el desempeño comercial de un filme que iba a ser caro y que tenía que funcionar en las salas de todo el planeta. Cuando la cosa llegó a un punto muerto, desde Fox presentaron una alternativa a Will Smith: Ethan Hawke.
Ethan Hawke que acababa de saltar al estrellato con Antes del amanecer y era un actor agradable para todos los públicos y targets a los que estaba destinada la obra de Roland Emmerich, cineasta que ya había dejado claro que había llegado a Hollywood para triunfar por todo lo alto tras su notable Stargate. "Nos decían: 'Si pones a un actor negro en ese papel, te vas a cargar nuestros ingresos en el extranjero", comentaba Devlin, que luchó contra viento y marea con el apoyo de otros miembros ya confirmados del reparto y el propio director. "Nuestro argumento era: 'Bueno, la película va de extraterrestres, seguro que triunfa ahí fuera'", bromeaba con el término alien en inglés, que también se refiere a extranjero.
Tanto él como Roland Emmerich se plantaron. Smith y Jeff Goldblum eran los protagonistas perfectos, los papeles se habían escrito para ellos. Y si se negaban, habría consecuencias. El cineasta amenazó a Fox con que, si no se le hacía caso, se llevaba su proyecto a Universal Pictures y se quedaban sin blockbuster. "Estábamos a punto de empezar el rodaje y aún no teníamos confirmados a Will y a Jeff", explicaba el propio director. "Entonces me planté: 'La gente de Universal me está llamando todos los días, así que dadme a esos dos actores o me voy con ellos", concluyó. Y el tiempo, claro está, le dio la razón. El filme fue un éxito de taquilla y convirtió a Will Smith en una de las figuras mundiales en el ámbito cinematográfico. Como dirían en la cinta, Will Smith se fumó el humo de la victoria delante de sus detractores.
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