El ser humano lleva mucho tiempo preguntándose si está solo en el universo, e intentando comprender las reglas que rigen su existencia. En los últimos años, se han redoblado los esfuerzos dedicados a buscar o contactar con algún tipo de vida extraterrestre, y si bien es algo que se vende y promociona con esperanza, Michio Kaku, reputado físico y divulgador así como profesor de física teórica, tiene otra opinión. ¿Y si intentar llamar la atención de los extraterrestres no fuese una buena idea? ¿Y si es mejor estar callados y no destacar entre las estrellas?
Una idea terrible
Kaku, que es consciente de que dentro de poco se pondrá en órbita el telescopio Webb, sabe que las probabilidades de que algún día contactemos con seres de otros planetas o civilizaciones muy avanzadas son muy altas. "Pronto tendremos el telescopio Webb en órbita y tendremos miles de planetas para observar, y es por eso que creo que las posibilidades de que podamos hacer contacto con una civilización alienígena son bastante altas", añade Kaku.
"De hecho, hay algunos colegas de profesión que creen que deberíamos acercarnos a ellos. Personalmente, creo que es una idea terrible. Todos sabemos lo que le sucedió a Moctezuma cuando conoció a Cortés en México hace cientos de años", añade. De hecho, sigue el ejemplo que ya puso Stephen Hawking en su día, hablando de la conquista de América y el choque cultural.
Pero el científico no cree que los alienígenas sean necesariamente malos o procuren invadirnos a las primeras de cambio con gran violencia y alta tecnología. Es más: cree que pasarían de nosotros. Michio Kaku piensa que la vida extraterrestre presente en el universo será en su mayoría pacífica, pero eso no quita que revelarse a pecho descubierto sea buena idea. "Esto no quiere decir que debamos arriesgarnos a anunciarnos al universo", prosigue. En el 2018, el científico ya alertó de este escenario. "No deberíamos intentar anunciar nuestra existencia a la vida extraterrestre en el espacio exterior por el hecho de que no conocemos sus intenciones", explicaba. "No es que sean malvados. Tal vez no tengan interés alguno en nosotros", prosigue.
"Si bien los cazadores en el bosque representan una amenaza para los ciervos, el peligro real proviene de los constructores que podrían pavimentar el bosque y destruir su medio ambiente. De hecho, si lees la novela La guerra de los mundos, los marcianos de la novela de HG Wells no eran malvados en el sentido de que querían torturarnos y querían hacerle todo tipo de barbaridades a la humanidad. No, solo estábamos en su camino", concluía. El profesor, uno de los principales impulsores de la teoría de cuerdas, desaconseja seguir investigando en este campo y que nos centremos en otros escenarios.
