Stefan Eriksson, el antiguo jefe de Gizmondo (la empresa responsable de la fallida consola portátil homónima), ha vuelto a ser condenado a una pena de cárcel; en esta ocasión por la justicia sueca.
Se le ha condenado a 18 meses de cárcel considerándolo culpable de "amenazas ilegales, intento de chantaje y robo". Su abogado, Björn Sandin, considera la sentencia "inaceptable" y no han decidido todavía qué medidas tomar para recurrirla.
Anteriormente, Eriksson fue acusado de ser el líder de una organización mafiosa, y fue también noticia por un accidente con su deportivo Ferrari en la Costa del Pacífico por exceso de velocidad; junto al coche siniestrado se encontró, además, el cargador de una pistola de la que negó tener conocimiento. En el pasado, además, ingresó en prisión por malversación de fondos.