Si bien en otros países el fenómeno Pokémon comenzaba a apaciguarse, en España estaba en plena efervescencia. La serie de animación, los juguetes, la primera película, los tazos, los álbumes de cromos, las Pokédex interactivas y un sinfín de merchandising inundaban las tiendas, los parques y las conversaciones. 14 de diciembre de 2000. Ese día salió Pokémon Edición Cristal en Japón, la fecha que conmemoramos con este artículo.
Aunque en nuestro país tardaría casi un año en llegar. En Europa íbamos a otra velocidad, distinta pero no menos intensa, a la de Norteamérica y Japón con la pokemanía. Cuando llegó a España el 2 de noviembre de 2001, estaba en plena efervescencia. Quizá por eso quien escribe estas líneas recuerda Pokémon Cristal de una manera diferente a la que muestran las cifras internacionales: es el Pokémon principal menos vendido en todo el mundo.
Tampoco es extraño. Al fin y al cabo, el primer Pokémon dirigido por Junichi Masuda (quien se convertiría en supervisor de la saga) es una edición definitiva de Pokémon Oro y Plata. Los juegos que llevaban a Ho-oh y Lugia en portada salieron en Japón en 1999, un año antes que Cristal, pero en España y el resto de Europa fue diferente: posaron sus alas en las estanterías europeas en abril de 2001, apenas unos meses antes de que llegara Cristal. Así, en las primeras Navidades españolas para la segunda generación de Pokémon, los tres títulos estaban en las estanterías.
Así, muchos no abordaron Cristal de la misma manera que Amarillo, Esmeralda y Platino (las ediciones definitivas de la primera, tercera y cuarta generación, respectivamente), sino como la entrada a la segunda generación. Al contrario que Oro y Plata, Cristal era exclusivo de Game Boy Color, pues no podía ejecutarse en la Game Boy original (recordad la muesca de los cartuchos de Game Boy, ausente en los juegos para GB Color); no es de extrañar que tantos jóvenes tuvieran la consola edición especial Pikachu, aquella amarilla y azul en la que el LED de encendido coincidía con la mejilla del ratón eléctrico.
Tanto ellos como muchos otros, descubrieron así el que para muchos sigue siendo el Pokémon más redondo, con permiso de Esmeralda. Cientos, miles, decenas de miles, alucinaron al descubrir que tras conseguir las medallas de Johto se vuelve a Kanto, la región de los primeros juegos, ahora cambiada por el paso del tiempo; se impactaron con la historia de la Torre Quemada y con la mitología de Ho-oh y Lugia; y se aventuraron en bosques, cuevas y edificios que por entonces nos parecían mazmorras complejísimas y repletas de secretos.
Y los añadidos de Cristal eran el broche de oro a todo eso. La historia del trío de perros legendarios, Suicune, Raikou y Entei, suponía la primera vez que Pokémon construía de manera explícita un trasfondo épico que después inspiraría a numerosas otras entregas. Al misterio de esa trama se sumaba la ampliación de otro misterio, el de los Unown y sus puzles, que producían tantas conversaciones en el patio del colegio como las maneras (equivocadas) en las que conseguir a Celebi.
Todo ello daba a Cristal un aura misteriosa que Pokémon no tenía hasta entonces, al menos de manera tan clara. Más allá, la Torre Batalla, una serie de desafíos de combates, alargaban la vida del juego y enfatizaban las mecánicas de crianza introducidas en Oro y Plata.
Gracias a que era exclusivo de Game Boy Color y los cartuchos tenían más capacidad, ahora los dibujos pixelados de los Pokémon estaban animados: puede parecer algo baladí, pero en la imaginación de un chaval eso hacía mucho por la credibilidad del mundo Pokémon. Y luego está el otro añadido que, para muchas, será el más importante: jugar como Entrenadora. Que una niña (o una adolescente, o una adulta) pueda verse representada en una aventura, en un mundo, donde pasará cientos de horas, ha generado muchas aficionadas a la saga.

A pesar de que Cristal es el Pokémon principal menos vendido, es el sexto título más exitoso de Game Boy, con 6.300.000 unidades (Oro y Plata superan los 23 millones). Para explicar esas cifras también hay que tener en cuenta que Game Boy Advance llegó a las tiendas europeas unos meses antes (en junio de 2001), algo que seguramente tuvo algún impacto.
Más innovador en Japón
Con todo, el Pokémon Cristal que llegó fuera de Japón fue diferente al de su tierra natal. El título del juego, según dijo Masuda al medio Nintendo Dream, hace referencia a los "cristales usados en transmisiones electrónicas". Se eligió ese nombre porque el videojuego tenía la responsabilidad de popularizar el Mobile System GB.

Ese accesorio exclusivo de Japón, que requería de suscripción, se conectaba a los teléfonos móviles de la época y permitía acceder a funciones como participar en combates e intercambiar Pokémon a través de la red móvil, acceder a noticias, rellenar cuestionarios y superar minijuegos. Si bien no logró el objetivo de Nintendo a este respecto, sin duda influyó en las capacidades de juego en línea estrenadas con Pokémon Perla y Diamante en Nintendo DS.
Actualmente no hay manera de jugar Pokémon Edición Cristal en los sistemas actuales. The Pokémon Company lo relanzó en la consola virtual de Nintendo 3DS en 2018, pero la Nintendo eShop de esa portátil cerró en marzo de 2023. ¿Se animarán en algún momento a añadirlo al catálogo de clásicos de Nintendo Switch Online?
















