El pasado 21 de febrero se lanzó, sin mucho jolgorio pero con buenas reseñas por parte de los jugadores (el 81 % de las de Steam son positivas), Slave Zero X, un hack and slash con una estética vistosa y un sistema de combate tan profundo que estuvo presente entre los títulos de muestra en el EVO 2022.
No sale de la nada, aunque no muchos conocerán el juego del que es precuela, Slave Zero, un shooter en tercera persona desarrollado por Infogrames para PC y Dreamcast en el año 2000 que, sin embargo, no está del todo olvidado: en 2014 se adaptó a los ordenadores modernos de la mano de Retroism y Night Dive Studios.
Aquel juego de disparos lleva a los jugadores a un lejano futuro distópico en el que los Guardianes, un grupo de guerreros ancestrales, son los únicos que intentan hacer frente al tirano que gobierna el mundo con su ejército de robots gigantes biomecánicos. En una serie de fases cargadas de acción se controla precisamente a una de esas máquinas gigantescas, a la que se la ha implantado la mente digitalizada de uno de los Guardianes.
Aunque Slave Zero tenía elementos destacables como combates contra jefes finales memorables y un escenario reactivo e interactivo, no fue un título bien recibido en general por su repetitividad, sus picos de dificultad y porque no lograba trasladar a los mandos la fantasía de poder de ser un robot gigantesco todopoderoso, además de por una versión de Dreamcast con múltiples fallos técnicos. Aun así, quedó en la memoria de algunos jugadores.
De los disparos a los espadazos
Este Slave Zero X que nos ocupa recoge esa premisa y universo para ofrecer algo muy distinto: un yo contra el barrio con influencias de Strider, Devil May Cry y la saga de lucha Guilty Gear. Así, es un título con sabor a clásico (no faltan las clasificaciones mundiales, por ejemplo) con una estética moderna retro, pues los escenarios son tridimensionales y con profundidad a pesar de que la partida transcurre en dos dimensiones. La web oficial deja las intenciones claras: "www.DevilMayStrive.com".
Creado por el pequeño estudio Poppy Works, que ha codesarrollado títulos como el shoot' em up Devil Engine, esta vez la acción transcurre cinco años antes de los acontecimientos del juego original. Uno de los espadachines de los Guardianes roba un prototipo de unidad Esclavo (máquinas vivientes) y se une a él con el objetivo de matar al tirano que gobierna la Tierra como si se tratara de un dios. Como veis, muy parecida a la trama del original.
La diferencia está en lo jugable. Esto es un hack and slash centrado en los combates con espada (aunque hay algunas otras armas) y en el movimiento ágil: hay acrobacias aéreas, embestidas y toques de plataformas para sacar ventaja a los enemigos aprovechando el escenario. Y por supuesto, un montón de combos.
Se ha puesto especial énfasis en las peleas contra los jefes finales, duelos a espada uno contra uno que parecen sacados de un videojuego de lucha. No falta, además de un nivel de entrenamiento, un modo para poner a prueba la pericia: el Castelo Vermelho, una torre de desafíos procedimentales que tiene clasificación global en línea.
La propuesta artística es curiosa por cómo referencia al original y a los juegos en los que inspira a la vez que ofrece algo diferente. Se mezclan sprites 2D con escenarios tridimensionales, una cámara que se coloca en distintas posiciones conforme se avanza por los niveles, y efectos visuales modernos que dan empaque a entornos que parecen sacados de la era de los 128 bits. Todo ello adornado con una banda sonora noventera de drum & bass y funky industrial.
Slave Zero X ya está disponible en PC, PS5, Xbox Series, PS4 y Xbox One, y en primavera llegará a Nintendo Switch junto con ediciones en formato físico que de momento solo están confirmadas para Norteamérica. Pero además hay otro episodio muy diferente, Slave Zero X: Episode Enyo, un shooter en primera persona gratuito que realmente es un mod para Quake Remastered en ordenadores y consolas, con múltiples fases y escenarios para el multijugador, y que se puede descargar desde este enlace.
