El 27 de 1998 llegaba a las tiendas japonesas Dreamcast, que no llegó a Occidente hasta casi un año más tarde: el 9 de septiembre de 1999 a EE.UU. y el 14 de octubre a Europa. Nadie se podía imaginar entonces que la consola iba a terminar su ciclo de vida muy pronto y que supondría el fin de Sega como fabricante de hardware. Sin embargo, dejó tan buen sabor de boca entre los jugadores por sus capacidades técnicas y los juegos que ofreció que es también una de la consolas recordadas.
Dreamcast supuso el comienzo de la generación de 128 bits (que más tarde se completó con PlayStation 2, GameCube y Xbox), con conectividad en línea a través de su módem integrado y un disco óptico GD-ROM de Yamaha que podía almacenar más información que el CD-ROM.
La tarjeta de memoria Visual Memory Unit tenía una pantalla LCD y se insertaba en el mando. Además de almacenar datos del juego, mostraba información adicional. Por todas estas características se la consideraba una plataforma adelantada a su tiempo.
Un catálogo prestigioso
El catálogo ofrece algunos títulos clásicos prestigiosos:
En el apartado online hay que destacar Phantasy Star Online, que permitió a los jugadores compartir mundos virtuales en consola gracias también a SegaNet, el servicio de suscripción para juegos multijugador con servidores dedicados. En Vandal hay un listado de los juegos mejor valorados de Dreamcast.
Una consola fácil de programar
Sega aprendió de la experiencia de Saturn y creó una consola más cómoda para los desarrolladores, que al principio crearon una buena cantidad de juego tanto adaptaciones de recreativa como títulos pensados expresamente para Dreamcast.
La consola empezó vendiendo bien, 1,5 millones de unidades a finales de 1999, pero la salida al mercado de PlayStation 2 en marzo de 2000 fue frenando su crecimiento. En 2001, algo más de dos años después de su lanzamiento, Sega paró la fabricación de la consola.
Razones del fracaso
Años más tarde un antiguo directivo de Sega explicó que la principal razón fue los altos costes que afrontó Sega para fabricarla.
Más recientemente Peter Moore, presidente de Sega of America cuando la empresa tomó la decisión de dejar de fabricar Dreamcast, afirmó que Dreamcast no vendió lo suficiente por la estrategia de marketing que siguió Sony y por el modelo de desarrollo de videojuegos de Sega Japan.