Este próximo mes de septiembre se cumplirá el quinto aniversario del lanzamiento de The Gardens Between, lo que nos da un gran motivo para rescatar este pequeño y genial indie de puzles que puede que muchos no conozcan. Desarrollado por el equipo australiano The Voxel Agents y publicado para PC, PS4, PS5, Xbox One, Xbox Series S/X y Nintendo Switch, esta obra sobre la amistad y los recuerdos de infancia puede completarse en apenas un par de horas y estamos seguros de que te servirá para desconectar, relajarte y amenizar cualquier tarde de verano.
The Gardens Between es un ingenioso juego de puzles con una mecánica brillante
La propuesta de The Gardens Between no podría ser más minimalista y simple, pero ojo, no por ello menos interesante. Se trata de un videojuego de rompecabezas en el que dos jóvenes amigos deben colaborar para superar una serie de niveles formados por singulares islas de recuerdos.
Como si navegásemos a través de las memorias que han ido construyendo con el paso del tiempo ambos amigos. Y es precisamente el tiempo, ese elemento tan inexpugnable en nuestras vidas, el que aquí ejerce una importancia capital en la resolución de sus escenarios.
Básicamente, la mecánica que nos propone The Gardens Between es la de controlar hacia adelante o hacia atrás el tiempo para lograr que Arina y Frendt avancen por el escenario sorteando obstáculos en cada isla. Esta sencillez, es decir el hecho de que el juego se pueda completar solamente moviendo el tiempo, resulta muy llamativa puesto que no hay necesidad de controlar como tal a los personajes. Ellos se mueven siempre en una ruta ya prestablecida y solo alterable en cuestión de cómo interactuamos con los objetos del entorno gracias a sus habilidades.
Arina lleva consigo una especie de linterna que puede atrapar un brillo mágico, necesario para poder completar cada nivel al final del mismo. Mientras, Frendt puede hacer sonar campanas de viento para abrir o cerrar flores mágicas que contienen luz u oscuridad, además de manipular algunos artilugios curiosos. Pero todo esto, hay que recalcar, se hace tan solo pulsando un único botón, lo que ayuda a transmitir esa idea de minimalismo presente en toda la obra.
Debido a esta mecánica de manipulación del tiempo (que puede recordar en parte a algunos puzles del genial Braid de Jonathan Blow) y los movimientos predefinidos para Arina y Frendt, los puzles de The Gardens Between se sienten muy originales y muy bien integrados con cada nivel. Nunca son lo suficientemente enrevesados o difíciles como para atascarse demasiado en ellos, pero tampoco rayan en una facilidad absoluta tras los primeros compases, así que la experiencia se hace satisfactoria a lo largo de sus menos de dos horas de duración.
Sí, el juego es muy corto. De hecho, esta es la principal crítica que recibió en su día ya que cuenta con unos 20 niveles, poca (o nula) rejugabilidad, y ningún tipo de contenido a mayores. Va al grano. No obstante, tampoco hay necesidad de alargarlo mucho más (podría incluso caer en lo repetitivo o aburrido) y lo que quiere contar está fantásticamente narrado por su atmósfera y las breves pinceladas de instantes forjados entre Arina y Frendt, una amistad que puede enternecer a cualquiera y que seguramente más de uno habrá vivido en su infancia. Por ello, por breve que sea el viaje, su experiencia merece la pena.
Además de lo dicho, no podemos olvidarnos de que el título rezuma un apartado artístico extraordinario. Es un goce para la vista y su arte también destaca por ese enfoque minimalista del que venimos hablando. No tan pronunciado como en otros indies del estilo, como Monument Valley, pero que le sienta como anillo al dedo a la obra y que cuenta con distintas paletas de colores, ambientes y texturas para cada nivel.
Por supuesto, la banda sonora y los efectos de sonido también acompañan a la perfección este conjunto. No exageramos si decimos que, por momentos, The Gardens Between podría convertirse en uno de esos vídeos de YouTube de estilo 'aesthetic' que uno se pone de fondo para relajarse.
Si te gustan los juegos diferentes, debes darle una oportunidad
En su día la mayor queja que se le hizo a The Gardens Between, como ya dijimos en el análisis que le dedicamos, fue su breve duración. Pese a ello, el paso de los años ha demostrado que estamos ante uno de esos juegos únicos en los que se nota desde el primer minuto el cariño que hay detrás por parte de sus creadores. No importa cuán corto sea, la industria está plagada de títulos con decenas de horas de relleno que acaban por hartarnos antes de que podamos llegar a sus créditos. No es el caso aquí. Si te gustan los juegos de puzles, encontrarás en él una experiencia encantadora, ingeniosa y con un fuerte sentimiento nostálgico que nos recuerda aquello tantas veces olvidado en el mundo de los videojuegos de: "Lo bueno, si breve, dos veces bueno".