El 21 de diciembre de 1998 fue un día muy importante para los jugadores de PC amantes del rol y, sobre todo, para todos aquellos que jugábamos a Advanced Dungeons & Dragons 2ª Edición, ya que íbamos a poder disfrutar de uno de los mejores universos de nuestro juego de rol favorito en nuestros ordenadores.
Y es que ese día BioWare e Interplay Entertainment pusieron a la venta Baldur's Gate, el primer juego de una saga que se ha convertido en icónica dentro del género del rol occidental y que el próximo 3 de agosto en PC y 6 de septiembre en PlayStation 5 recibirá una nueva entrega, Baldru's Gate 3, desarrollada por Larian.
Precisamente, para celebrar el 25º cumpleaños de Baldur's Gate queremos repasar por qué Baldur's Gate se convirtió en ese referente del género y por qué gustó tanto a los jugadores, además de preguntaros por qué os atrapo a vosotros porque estamos seguros de que cada jugón tendrá un punto de vista diferente.
Una de las mejores adaptaciones de rol de mesa a videojuego
Queremos empezar por el café para los más cafeteros, es decir, por todo lo que Baldur's Gate significó en su momento para los que jugábamos por aquel entonces a Advanced Dungeons & Dragons, el juego de rol de mesa, dados, lápiz y papel más popular del mundo que tenía universos por doquier en los que muchos nos perdíamos, ya fueran los Reinos Olvidados en los que de hecho se centra el título de Bioware, Dragonlance, Ravenloft, Planescape...
Hasta ese momento casi ningún juego había intentado replicar las reglas de AD&D de una forma tan profunda más allá de excepciones como Eye of the Beholder, Ravenloft: Strahd's Possession o Dark Sun: Shattered Lands, que usaban distintos universos, algunos hechizos o habilidades y ciertas reglas a la hora de subir de nivel pero que ni de lejos llegaban a la complejidad y el mimo que Bioware tuvo con Baldur's Gate.
En su juego de rol occidental el estudio americano tuvo en cuenta no solo el proceso de creación de personaje y un sinfín de hechizos o habilidades muy bien llevadas al videojuego, sino que también adaptaba con muchísimo éxito las reglas de combate, adaptando algunas cosas, sí, pero haciéndonos sentir que, jugar a Baldur's Gate era lo más cercano a una partida de rol en mesa, pudiendo ver además todo lo que ocurría.
De hecho, gracias a esta gran adaptación se abrieron la puerta a otros clásicos del rol como el que para muchos sigue siendo el mejor título RPG occidental como Planescape: Torment o a Neverwinter Nights, heredero espiritual de Baldur's Gate, además de otras sagas menos conocidas como Icewind Dale.
Estas reglas además hacían que los combates tuvieran una gran profundidad, tanto si decidíamos disfrutarlos a tiempo real como si decidíamos pausar la partida en función de los turnos o de si un personaje había sufrido daño, dando además muchísimas opciones a los jugadores no solo en estos combates, sino también en la progresión del personaje, la dificultad...
Una historia bien escrita, contada y con unos personajes a la altura
Otro de los puntos fuertes de Baldur's Gate era su historia (que no vamos a descubrir por si alguien está justo ahora disfrutando de las primeras entregas de la saga antes de empezar con Baldur's Gate 3), que no solo era capaz de atrapar y mantener el interés del jugador durante toda la partida, sino que también estaba muy bien contada, algo que nunca ha sido fácil en el mundo de los videojuegos y que Bioware hacía con maestría, alentándonos a continuar jugando y ver el desenlace que esperaba a nuestro personaje y a su grupo de compañeros de aventuras, por no hablar de que había secundarias interesantes, conversaciones de lo más particulares, humor o decisiones de todo tipo que podían, sobre todo, alterar la composición de nuestro grupo.
Y, hablando de estos compañeros, lo cierto es que la selección de personajes era de lo más carismática. Casi todos ellos tenían un carisma único y un toque mágico y es fácil acordarse de figuras como Minsc y Bubú (¿os acordáis del mensaje que aparecía cuándo queríamos salir del juego usando Alt + F4?), Jaheira, Imoen, Khalid... o, por supuesto, la importancia de los antagonistas.
Una banda sonora de película
Quizás un punto que pasa más inadvertido de Baldur's Gate es el de su banda sonora, creada por el compositor alemán Michael Hoenig que hizo uno de sus mejores trabajos con las piezas creadas para Baldur's Gate que nos invitaban a explorar los Reinos Olvidados, nos daban ese toque de "epicidad" extra a nuestros combates y que se nos quedaba grabada en la memoria durante todo el día.
¿Listos para volver a lanzar los dados de 20 caras?
Estas líneas solo cuentan algunos de los motivos por los que Baldur's Gate era tan bueno, tan especial y seguro que muchos de las que hayáis leído tenéis vuestra propia visión de por qué os gustaba tanto el título de Bioware en aquella época, o quizás tras este texto os hayan entrado ganas de probarlo.
Para el que os escribe fue la primera y verdadera oportunidad de llevar a uno de mis personajes en el rol de mesa a un videojuego, una forma de seguir en un mundo de fantasía disfrutando gracias a esos 5 CD de un montón de historias aunque no tuviera a mis amigos al lado y una experiencia única que me hizo acabar de enamorarme del rol también en el mundo de los videojuegos.
Pero, como digo, quiero, queremos saber lo que significó Baldur's Gate para vosotros, que nos contéis vuestras vivencias, recuerdos y aventuras con el juego en los comentarios.
