Si alguna vez habéis tenido un Steam Controller en las manos sabréis que posee dos botones en la parte trasera que pueden realizar diversas funciones dependiendo del juego en cuestión. Pues bien, esos botones acaban de costarle a Valve un disgusto porque un juez ha condenado a la compañía a pagar una multa de cuatro millones de dólares por haber aplicado ese diseño a su periférico sin permiso de los creadores originales.
Y es que resulta que Ironburg Inventions, sello tecnológico al que pertenecen marcas de periféricos gaming tan conocidas como Corsair o Elgato, había patentado un mando similar en junio de 2011. Fue tres años después cuando Valve presentó su Steam Controller en el CES y en aquel momento recibió un aviso de los inventores originales, algo a lo que, al parecer, la compañía hizo caso omiso.
Unos botones traseros que costarán millones a Valve
Pero la cosa no quedó ahí: Ironburg Inventions denunció a Valve y a finales del mes pasado comenzó un juicio virtual a través de Zoom en el que se acusaba a la compañía de haber lanzado Steam Controller infringiendo derechos de autor a sabiendas.
Valve se defendía asegurando que el diseño final del dispositivo no tiene nada que ver con el patentado y que Ironburg basaba todas sus pruebas en "gráficos alterados e imágenes modificadas". Cabe añadir que el mando Xbox Elite tiene unos botones similares que sí son legales porque Ironburg permitió la licencia a Microsoft.
Valve incluso envió un Steam Controller al juez Thomas Zilly, encargado del caso, para que pudiera "ver con sus propios ojos y sentir con sus propias manos" las diferencias, pero al parecer su señoría ha notado las semejanzas suficientes como para obligar a Valve a pagar esos cuatro millones de dólares en concepto de infracción de patente. Todo esto llega más de un año después de que la compañía dejase de vender Steam Controller, ya que decidió descontinuar el producto en noviembre de 2019.
Este no es el único conflicto legal al que Valve tiene que enfrentarse este año: hace unos días también se registró una demanda contra la compañía por "usar su posición de poder como tienda digital de PC para forzar a que otras desarrolladoras vendan sus videojuegos al mismo precio que en Steam", aunque el resultado de este litigio es todavía desconocido.