La policía de Wichita va a poner una señal de advertencia en su sistema de alertas telefónico, el conocido 911, que marque las direcciones de aquellos residentes que crean que puedan ser víctimas de swatting o alguna peligrosa broma online similar.
El swatting es una broma pesada que tiene como objetivo hacer que un equipo de SWAT, un grupo policial armado, se presente en casa de la víctima de la broma.
Tyler Barris, residente de 26 años de Los Ángeles, avisó en 2017 a la policía de Wichita de un homicidio y la posibilidad de una situación de captura de rehenes. La dirección que dio el angelino era la antigua residencia de una persona con la que tuvo una discusión jugando online a Call of Duty. WWII. Andrew Finch, quien vivía en aquel lugar, fue disparado por la policía y murió. Tenía 28 años. Barris, que no es la primera vez que hacía esta broma fue condenado este marzo a 20 años de prisión al ser acusado responsable de la muerte de Finch. El policía que disparó a Finch sigue en el cuerpo policial.
Las víctimas de swatting están asociadas a las industrias del videojuego y la tecnología
"Cualquiera puede ser el objetivo de swatting", explica Paul Cruz, del Departamento de Policía de Wichita, en una nota de prensa (vía Polygon), "pero las víctimas están asociadas típicamente con la industria tecnología, con la industria del videojuego, o con la comunidad de retransmisión online".
"Esta alerta no minimizará o hará más lento los servicios de emergencias, sino que creará conciencia en los policías que respondan a potenciales incidentes de swatting", añade Cruz.
La base de datos de esos lugares potenciales se mostrará a todos los servicios de emergencia en Wichita y en el condado de Sedwick.
Witchita no es la primera ciudad que estrena un sistema para evitar esta práctica. La policía de Seattle aplica desde finales de 2018 otra técnica para evitar los avisos a los SWAT durante el juego online.
A pesar de la peligrosidad de estos actos, Kyle "Bugha" Giersdorf, ganador del Fortnite World Cup, sufrió swatting mientras retransmitía en directo. Por suerte, uno de los policías que acudió es vecino de este chico de este 16 años y no hubo mayor problema, más allá del gasto de recursos públicos y el susto que se llevó la familia Giersdorf.
