Un informe de la comisión federal de seguridad en las escuelas de EE.UU., resultado de la investigación iniciada tras la masacre del instituto Marjory Stoneman Douglas, señala que la ESRB ofrece "un alto nivel de confianza" a los padres, pero, pese a ello, recomienda a las agencias de clasificación por edades que "revisen y mejoren sus políticas para limitar el acceso a contenidos a los consumidores según su edad". Esta sugerencia se aplica a todos los sistemas de clasificación en cine, videojuegos, etc.
El informe incluye una sección para prevenir la violencia en las escuelas, otra para mitigar los daños de dicha violencia, y una para responder y recuperarse tras la violencia escolar. Aborda cuestiones como el ciberacoso, el impacto de la información en medios de comunicación sobre matanzas escolares y el entretenimiento violento y sus sistemas de clasificación, lo que incluye cine y videojuegos.
"Los niños tienen acceso continuado a múltiples formas de entretenimiento. La exposición a entretenimiento violento es especialmente preocupante en televisión, videojuegos, redes sociales, música, películas, cómics y libros. El contenido violento es ubicio en estas plataformas y está creciendo", se asegura.
Se estima que el 90% de las películas tienen violencia, lo que sucede en el 68% de los videojuegos, el 60% de las series de televisión y el 15% de los videoclips.
El estudio admite que si bien parte de la comunidad científica considera que el consumo de contenidos violentos en la ficción entre menores les aisla y fomenta comportamientos agresivos, otros estudios mayoritarios han observado el efecto contrario y que en los casos señalados se trata de correlación, no causalidad.
Críticas a la MPAA y elogios a la ESRB
El informe critica que la MPAA (Motion Picture Association of America) y su sistema de clasificación por edades es simplista y poco informativo. En televisión y música se señala que hay sistemas de clasificación por edades, pero se valora negativamente su escasa información.
La ESRB centra el informe y la valoración es esencialmente positiva pues, como se indica, "exige un informe detallado de los contenidos del videojuego para su clasificación" y se traduce en "mostrar la información de clasificación claramente en la caja del producto o en el sistema en que se venda el juego". También se asocia con normativas publicitarias para evitar que los juegos violentos se orienten a público infantil.
Esto hace que el sistema sea bien valorado por la inmensa mayoría de los padres y que el 73% asegure consultar la clasificación ESRB antes de comprar juegos para menores de edad.
Pese a todo, se sugiere que hay espacio para la mejora y se recomienda que se revisen todos los sistemas de clasificación por edades, no solo en videojuegos, para conseguir que sean más fáciles de entender y que permitan restringir mejor el acceso a contenidos violentos al público menor de edad.
