Sony Corp. cerró el martes con un récord en sus acciones que no alcanzaba desde enero de 2008, y se convirtió en el fabricante de electrónica japonesa más grande por capitalización por primera vez en más de 15 años.
Tras una subida del 4,5% el lunes, Sony cerró con un valor en el mercado de unos 65.000 millones, superior al del fabricantes de instrumentos y equipos Keyence. Las acciones han subido más del 12% en este año.
Otros gigantes de la electrónica japonesa como Sharp, Panasonic y Toshiba también se vieron afectados en la última década por los cambios del mercado, pero todavía no han logrado la recuperación de Sony bajo el control de Kaz Hirai -retirado el 1 de abril- y Kenichiro Yoshida.
El entretenimiento supone más de la mitad de sus beneficios
Los analistas han alabado el impulso de la compañía, que consigue sus mayores beneficios del entretenimiento, música y por supuesto de los videojuegos, además de los servicios financieros que presta en Japón.
Gracias a esto estaría menos expuesta a los riesgos de una guerra comercial entre Estados Unidos y China.
En total, las divisiones de juegos, películas y música podrían sumar el 51% de los beneficios del actual año fiscal -que termina en marzo de 2019-, y algunos analistas destacan que la compañía se ha convertido más en un gigante del entretenimiento que en uno de electrónica, como era conocida hasta la década de los 90. Otros sin embargo recuerdan que aprovechar varios negocios ha sido durante mucho tiempo el objetivo de Sony.
"Sony, en su ADN, siempre ha creído en las sinergias entre hardware, software y servicios", dice el analista Macquarie Capital. "Yoshida no está atado a ninguna idea particular de lo que es Sony como un conjunto de negocios. Su objetivo es la rentabilidad y longevidad".