Sonic acaba de cumplir 29 años, y no podíamos dejar pasar la oportunidad de felicitar a nuestro erizo favorito. Normalmente, en esta sección hablamos de juegos o hardware cancelados, pero hoy vamos a realizar una excepción. En cierto modo, vamos a hablar de hardware, pero uno totalmente diferente al que estamos acostumbrados. Hoy vamos a hablar de una atracción; sí de una de esas de parques de atracciones. Para ser más concretos, todo apunta a que era una de esas cábinas con una pantalla de gran tamaño, y que es capaz de moverse para coordinarse con las imágenes del vídeo, aunque no hay confirmación oficial; es una mera deducción basándose en la proliferación de este tipo de máquinas en la época, el tipo de perspectiva en primera persona, y que Sega AM3 se especializaba en recreativas. Y en el nombre, claro; ride hace referencia a este tipo de atracciones.
Para entender este proyecto, tenemos que entender el momento. Era 1994. Sonic estaba en el cénit de su popularidad y Sega quería aprovechar el éxito para llegar a incluso más gente y, de paso, como buen negocio que es, ganar más dinero. Además de cómics, series de animación y demás productos, la idea era llevar a su mascota a los parques de atracciones (no está claro si quería hacer una serie de atracciones, o simplemente cabinas para llevar a diferentes tipos de locales), y para ello acudió a Sega AM3, uno de sus equipos de investigación de desarrollo, centrado en la creación de máquinas recreativas, y responsables de clásicos como Virtua Tennis y Crazy Taxi. Así, comenzaron a experimentar con, al menos, un par de proyectos.
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El primero de ellos es Sonic Ride, que nos quería hacer sentir toda la emoción de un Sonic clásico pero en primera persona. Eso sí, no nos pondríamos en la piel del protagonista, sino que acompañaríamos al erizo durante una de sus aventuras. Este vídeo, totalmente provisional (y prueba de ello es que hasta la tasa de imágenes por segundo es bastante pobre para un vídeo prerrenderizado), comienza teletransportándonos por una especie de mundo inspirado por Casino Zone, para luego viajar hasta lo que parece ser Green Hill Zone, donde acabaremos derrotando un tanto accidentalmente a Robotnik. Coherencia, digamos, no tiene mucha, pero esta secuencia parece estar diseñada para probar las diferentes sensaciones en la cabina recreativa: la sensación de volar, la sensación de correr junto a Sonic, de hacer un looping, saltar en un muelle, o sentir cómo cae la gigantesca pesa que derrota a nuestro archienemigo.
Esta experiencia recreativa, por llamarla de alguna manera, se canceló, ya que es muy probable que nunca pasase de ser un experimento, al igual que el vídeo que comentaremos en el siguiente párrafo. Como curiosidad, Sega acabó reusando parte de este vídeo en el no menos extraño videoclip de They call me Sonic de 1996, una de las canciones del álbum compuesto por Oscar Oberheim y Andrea Husak que formaba parte de, precisamente, toda esta vorágine de productos de Sonic. Varias capturas de este vídeo aparecieron el algunas revistas como las primeras pantallas de Chaotix, aunque obviamente se trataba de un error.
Sega AM3, en colaboración con TMS Entertainment, una compañía de animación que colaboró con la compañía japonesa en multitud de videojuegos de la época, creó también Sonic the Animation, otro vídeo similar que cuenta cómo Sonic se convierte en «El hombre del año» (sí, estamos tan confundidos como vosotros) para despertar la ira de nuestro viejo enemigo Robotnik. Este vídeo combinaba animación tradicional a manos de TMS con animación por ordenador realizada por Sega AM3, y según parece llegó a emitirse en algunos parques de atracciones. Lo más curioso es que vemos cómo Sonic viaja a San Francisco muchos años antes de Sonic Adventure 2 y de la película.
La relación de Sonic y los parques de atracciones es un tanto extraña, y es obvio que Sega siempre ha tenido planes para abordar este frente. Con parques temáticos en Londres y Sidney, atracciones de Sonic Adventure en Universal Studios o incluso montañas rusas diseñadas para promocionar Sonic Spinball, tiene mucho sentido que estudiasen llevar la experiencia Sonic a las cabinas de la época. También hay que agradecer que Sega decidiese conservar estos vídeos e introducirlos como extras en Sonic Jam, ya que de otra manera se habrían perdido para siempre. Gracias a ello hemos podido celebrar las 29 primaveras de Sonic descubriendo una parte un tanto oscura de su historia.