Los que sigáis esta columna sabéis que hemos ido a eventos independientes a lo largo y ancho del mundo. Taipei, Tokyo, Busan, Berlín, Londres, Boston, San Francisco, Los Ángeles, París, Génova, Madrid, Barcelona y otros lugares que no acabo de recordar. Así que, al volver a mi tierra natal, Valencia, en verano de 2017, empecé a llevar a tierra esa idea de montar un evento independiente, como los que pude ver en otros lugares del mundo.
En Valencia ha habido eventos de videojuegos desde 2008 como poco (antes podemos hablar de la Campus Party, que no era sobre videojuegos, pero que tenía una parte de ello). El mismo día tuvieron lugar el primer Congreso de Desarrolladores de Videojuegos, y unas jornadas sobre videojuegos en la Universidad de Valencia. Los primeros se estiraron hasta 2011, y posteriormente ya aparecieron otros eventos, destacando especialmente el Student Game Meeting de 2016, que por desgracia no tuvo continuidad en el año 2017. Pero podemos decir, que salvo sorpresa, no ha habido eventos relacionados con videojuegos independientes, salvo que consideremos como tal a las sesiones de Beers & Testing que programa AEV (Asociación de Estudiantes de Videojuegos) o los espacios de desarrolladores locales dentro de Dreamhack.
A la hora de montar un evento hace falta, como poco, un espacio, un equipo que lo organice, gente que enseñe algo y gente que venga a verlo. Yo volvía a Valencia con ganas de hacer algo, y por suerte no era el único, porque Fernando Carrión, ex productor en King, estaba en una situación similar. Nos dimos cuenta al quedar, pues habíamos repetido reuniones con personas parecidas. Como AEV tenía un evento por montar, aprovechamos la coyuntura para ver si querían que su evento fuera el nuestro, y por así decirlo así se acababa de cuadrar el círculo: teníamos el espacio (Las Naves), un poco de presupuesto y gente dispuesta a echar un cable. Nos faltaba la gente que enseñase algo, y la gente que viniese a verlo.
Para lo segundo acabamos decidiendo que la entrada fuera gratuita. No es porque quisiéramos (si os soy sincero, prefiero hasta que valga algo porque así se valora más, y porque de esa manera es más difícil que la gente se saque una entrada sin venir posteriormente), pero nos ahorraba líos, y tampoco es que quisiéramos hacernos ricos con el evento. Para lo primero empezamos contactando con gente interesante que tal vez se pudiera acercar a Valencia, porque al principio no teníamos presupuesto.
Marta Gil, una de las organizadoras del evento, y parte de AEV y Femdevs, había estado en la última edición de la iniciativa Stugan, así que conocía a Jana Palm, su fundadora. Raúl Rubio de Tequila, Eva Gaspar de Abylight, Luis Quintans de Badland, Gisela Vaquero de Jelly World y Fernando Prieto de Gato Salvaje dijeron que se vendrían (y alguno más que al final no vino). Tirando de locales nos encontramos con que Mar y Enrique de Super Awesome Hyper Dimensional Mega Team, Carlos de Anima, Emilio de Hidden Trap, David de Devilish Games y Damian de Sonotrigger también podían hacer algo. Así que ya teníamos un principio de ponencias.
A esto le añadimos un premio bastante original y que está muy enraizado en la cultura valenciana: Unas paellas (la sartén) para los mejores juegos de consola, pc, móvil, el mejor arte, el mejor sonido, la mejor historia, y el mejor juego valenciano. Además, regalaríamos 150 raciones de paella valenciana (el plato), si conseguíamos pagarlas de alguna manera. Con esto se apuntaron 55 proyectos, algunos tan conocidos como Etherborn, Moonlighter, My Time At Portia, Deiland, Tymothy Vs The Aliens, Dimension Drive o Flat Heroes, entre otros.
El jurado, por cierto, es de lo más variado que pudimos conseguir en poco tiempo, con Shin Imai de IGN Japón, Irina de Yellowbreak y Videoshock (y también en Dreamhack), Ricardo de Meristation, Alba "Zahira" de Zindies, Alejandro de Nivel Oculto y Presurae, Paula de Todasgamers, Juan de Game Side Stor y Cristina de Mediatonic. Destacar su esfuerzo, pues tuvieron poco tiempo (dos días) para ver todos los juegos, y que luego vinieron al evento la mitad de ellos a hablar con los desarrolladores, jugar a los juegos, e incluso hacer algún que otro artículo.
Una vez ya tenemos todos los mimbres, de los que tenemos que decir que no fueron todos los que aparecen arriba, ya que cambiaron algunas piezas justo antes del comienzo, empezó el evento. Montar un evento de este tipo tiene bastante encanto, y desde aquí tengo que agradecer bastante a Raúl García, de Videoshock, AEV y algún espacio más, su colaboración en aspectos como la página web o los tickets de las paellas, por decir alguna cosa, a Marta Gil que llevase la cuenta de Twitter con bastante acierto, además de ayudar mucho en la organización (por ejemplo, tuvo que montar una mesa redonda de la nada porque se nos había caído una de las ponentes), a Fernando Carrión por lidiar con temas como la paella o la hidromiel (los señores de Hidromiel Odín nos sirvieron Loki y Odin a todo aquel que quiso), a Axel de GameDevsVLC por organizar una mesa redonda sobre financiación muy interesante, a la gente de las Naves (Maria Luisa, Gilles, Jose, David…) por encargarse no sólo de dejarnos el espacio, sino por llevar la producción, la comunicación y otros temas, a Bea, Samanta y otras personas voluntarias por echar un cable cuando hizo falta, y a todas las personas que asistieron porque hubo, en general, buen ambiente y bastante colaboración.
El evento en sí transcurrió por los cauces esperados, lo que aunque no es tan común como debiera ser (hoy he ido a un evento mucho más grande y con muchos más medios y la segunda charla ya llevaba 50 minutos de retraso). Las charlas iban según su hora, los juegos, si bien no estuvieron todo el rato en sus puestos, estuvieron disponibles en la mayoría del tiempo (menos algún juego que por unos u otros motivos, no pudieron estar, como Daedalus o Fall of Lazarus), y un montón de asistentes iban de la biblioteca a la sala de exposiciones, aunque en pocos casos se dio uso a la sala de networking, o ver a expositores en conferencias que estaban pensadas para ellos.
La primera noche nos fuimos a cenar unos 50 entre expositores, ponentes, voluntarios y alguna persona que pasaba por allí, y en la paella hasta sobraron raciones. Los ganadores me parecen muy acertados, aunque como ya comenté allí, si pasaron por allí 500 personas y votaron en el premio del público unos 1500, algo raro pasó allí (y no lo digo por el ganador, sino en general). Comentar que gracias a ESAT tendremos vídeo grabados por Victor Frías, y podréis verlos en su momento.
Como uno de los organizadores del evento, estoy muy contento. Es una piedra desde la que se puede conseguir un evento mejor el año que viene, pero que parece que ha estado lo suficientemente bien como para haber sido disfrutable. El año que viene, más internacional, más juegos, y con más tiempo. Ya os iremos contando.