Dentro de esta columna comentaremos, de tanto en tanto, las diferencias tecnológicas que podemos encontrar en el día a día japonés, y en esta ocasión, amigos, voy hacer un alto en el camino para hablaros del maravilloso váter japonés.
La verdad que para todo occidental que lo desconoce y viene al país nipón, es una de esas cosas que le contarás a tus amigos a la vuelta, con alguna lágrima en los ojos por la nostalgia. Señores, parafraseando a Homer Simpson en el episodio que viaja a Tokio, nada más ver el excusado japonés automáticamente te sale la expresión: "Nos llevan años de ventaja".
Al contrario que nuestro retrete, frío, inmutable y carente de cualquier tipo de carisma, el compañero del baño japonés es un continuo descubrimiento de posibilidades. En primer lugar se le suele poner una alfombrilla en la parte inferior, de modo que tendremos nuestros pies calentitos a la hora de hacer nuestras necesidades. También se suele decorar la tapa externa de manera que suele quedar conjuntado y resultón. Sin embargo, estas prácticas también se realizan en otros países, y no es la principal causa de la continua admiración.
Japón, cuna del desarrollo tecnológico ha desarrollado el prototipo de váter cuasi perfecto. En primer lugar, si vais al país nipón, veréis una serie de botones en un lateral del retrete. No os recomiendo dejar tomar el control de la situación a vuestra curiosidad, ya que podéis poner todo perdido de agua al mismo tiempo que gritáis: "¡¡¡Cómo se para!!! ¡¡¡Cómo se para!!!", lo digo por experiencia personal.
Dependiendo del inodoro podremos tener más o menos botones, sin embargo los más usuales son el botón de bidé y el de oshiri (trasero). Así pues, sólo con presionar un botón, un pequeño soporte se moverá y lanzará en dos diferentes direcciones (dependiendo del botón pulsado) un chorro de agua con cierta presión. Por si este avance fuera poco, dicho chorro de agua puede ser regulado en cuanto a su temperatura, todo a gusto del usuario.
Además, una vez que tiremos de la cadena, la parte superior del invento es un lavabo que se enciende automáticamente durante unos segundos. Así nunca olvidaremos lavar nuestras manos tras nuestras privadas acciones.
Sin embargo, la verdadera aplicación maestra, el hecho de que todo el mundo admire el baño japonés, es la tapa con calefacción. Nuestro frío amigo, en España, en invierno se comporta con nosotros de manera cruel y gélida… pero esto nunca pasa en Japón. Siempre que nos sentemos en el inodoro estará caliente, es más, a la temperatura que deseemos. Y ésta, señores, es la característica clave. Me comentan algunos amigos que una gran cantidad de extranjeros se vuelven a su país con este tipo de tecnología.
Está claro que la naturaleza humana hace que desde la persona menos importante del mundo hasta cualquier presidente de estado tenga que acudir al excusado, pero a pesar de ello en occidente no se ha avanzado mucho en cuanto al diseño o facilidades del mismo. Así, me da por pensar que cualquier japonés o persona que viva en Japón, en ese pequeño momento All Bran es más afortunado que muchas de las personas más influyentes o poderosas del planeta. Personalmente no conozco la Moncloa, la Zarzuela o el Palacio de Buckingham y el tipo de inodoros que tienen allí, pero dudo mucho que lleguen a la altura de cualquier váter japonés.
Por último, en el baño del país del sol naciente, la ducha suele estar separada del resto de utensilios, en ocasiones en diferentes habitaciones, lo que permite que dos personas puedan utilizar el correspondiente lugar que necesiten sin necesidad de esperar a que la persona anterior termine sus tareas.
Para el que lo desconociese, os puedo decir que es algo muy característico de Japón. No es un típico invento que tienen sólo cuatro personas, sino que está presente en prácticamente todos los hogares. Y también os puedo decir que tras probarlo es muy difícil adaptarse de nuevo a un nuevo amigo frío de nombre Gala o Roca.
Nota: a partir de ahora, la sección Conexión Japón se actualizará todos los lunes.
