Anteriormente os comenté un poco sobre la escala social japonesa y el respeto que se debe mostrar en ciertas situaciones. Ahora en un nuevo capítulo del respeto japonés os vengo hablar un poco de la diligencia de los empleados nipones en otras tantas situaciones. Si bien mucha gente afirma que los japoneses son como robots debido en cierto modo a este modo de actuar, personalmente lo encuentro uno de los mayores encantos del país.
Vamos a ir poniendo ejemplos que hagan más fácil la comprensión. Una vez que entras a trabajar en un sitio hay una serie de fórmulas de cortesía que debes usar siempre. El famoso irasshaimase, que significa algo así como bienvenido te lo repetirán a todas horas cada vez que entras a un comercio, restaurante, etc. Y te lo gritará por norma general hasta el empleado que está de espaldas en la otra esquina del establecimiento casi como un acto reflejo. Además como ya os comenté el lenguaje japonés cambia mucho dependiendo del respeto que se quiera mostrar, y con el cliente suele ser el máximo. Así, todos usan un lenguaje que normalmente no usas con tus amigos, familiares etc, sino que es particularmente distinto. Los extranjeros que empiezan a vivir en Japón y consiguen algún trabajo de cara al público, por norma general si no tienen muy buen japonés se les exige que aprendan una serie de fórmulas de cortesía para cada situación. Son unas pocas y a veces no entiendes muy bien el significado si analizas cada palabra una a una.
La famosa frase: "El cliente siempre tiene la razón" en Japón es prácticamente una máxima. Por poneros un ejemplo, hace unos días conocí a un chico español que me comentó una anécdota. Su familia había venido a pasar unos días y estaban tomando algo en una cafetería. Cuando su padre había bebido la mitad de su refresco lo derramó y rápidamente había una persona limpiando y otra que le sirvió otra bebida igual de forma gratuita a pesar de que ya se había bebido más de la mitad. Claro, en ese momento la picaresca española hizo su aparición y su avispado padre cuando había bebido la mitad del segundo refresco pensó: "¿Y si ahora lo tiro aposta me traerán otro?".
Aparte es bastante habitual ir a una cafetería, Mcdonals, etc. tomar un simple refresco y quedarte varias horas estudiando, durmiendo, jugando a la PSP o lo que te plazca, que nadie te echará en cara que estás ocupando una mesa sin consumir. Como decía, el cliente siempre tiene la razón y se le trata siempre como entre algodones.
Otra situación bastante curiosa se da en el aeropuerto. Si algún día vais a Japón fijaros bien en lo siguiente. Una vez estás dentro del avión podrás ver por la ventanilla como los trabajadores aeroportuarios van cargando las maletas, revisando el avión y demás labores oportunas. Una vez han terminado, todos se alinean en los laterales del aeroplano y se quedan inmunes durante unos minutos. Cuando el avión recibe la orden de moverse a la pista de despegue, en ese momento todos los trabajadores te despedirán con la mano hasta que el avión pase de largo. Lo más curioso es que lo realizan incluso en Narita, un aeropuerto con bastante tráfico aéreo y por lo tanto mucho trabajo, y lo hacen tanto en días con un sol resplandeciente como si está cayendo la peor tormenta del año. Un ejemplo total de diligencia y buenas maneras en el trabajo.
Por otra parte, en las estaciones siempre hay un trabajador que suele ser el que anuncia que las puertas van a cerrarse para que la gente no se quede atascada. Este trabajador con cada tren que efectúa la salida apunta con su dedo a la cabeza del tren y recorre el andén con su dedo y su mirada tras de él para asegurarse de que no hay ningún problema. Puede que en su jornada de trabajo pasen más de 100 trenes cada día y puede que estén haciendo el mismo trabajo por años, pero sin ninguna excepción realizarán la misma acción. Unos lo llamarán automatización, personalmente lo encuentro como una forma correcta de desempeñar el trabajo.
Otra de las situaciones que marcan las buenas maneras de los japoneses se da incluso en la forma de sentarse cuando estás con otras personas. Por ejemplo si vas a conocer a los padres japoneses de tu chica, si estás cenando con tu jefe o eres el invitado en la casa de algún desconocido (en situaciones con habitaciones del estilo japonés) debes sentarte siempre en la forma seiza. Seguro que lo habéis visto en algunas películas, las piernas dobladas y debajo de tu trasero. Sólo el padre de tu chica, el jefe o el dueño de la casa se sientan utilizando la forma de loto y tú debes aguantar en la susodicha forma hasta que el anfitrión te diga que te sientes libremente. Y os aseguro que duele, que duele mucho…y cuando estás varias horas sentado así levantarte es prácticamente imposible debido a que tus piernas están completamente dormidas.
Personalmente considero el respeto y la diligencia japonesa una de sus más valiosas herencias culturales y las cuales gracias a su sociedad han sabido conservar a pesar del veloz progreso económico y social. Un ejemplo para todo el mundo.