Debido principalmente a mi ajetreada vida nipona y la necesidad de poder vaciar mi mente de las obligaciones, hace algunos meses que estuve pensando en comenzar algún tipo de deporte, y el kendo, para bien o para mal siempre me llamó la atención. Durante mi juventud como todos he jugado al fútbol, y otros cuantos años al baloncesto, también alguna experiencia con artes marciales pero dado que estoy en Tokio decidí por fin comenzar con el Kendo, una asignatura pendiente que tenía desde hace un par de años.
En Tokio la oferta de dojos y centros de deporte (tienen un cierto parecido a polideportivos municipales) es amplísima y muy económica. Existe mucha facilidad para encontrar lugares donde realizar kendo, pero también judo, aikido o karate. Por otro lado el Kyuudo (tiro con arco japonés donde el arco es mucho más largo de lo habitual y con una forma característica) es ciertamente más complicado, principalmente por el espacio necesario para la práctica.
Finalmente encontré gracias a la ayuda de un amigo un centro de deporte donde puedo practicar Kendo dos días a la semana durante tres horas por el irrisorio precio de 200 yenes al día (1,8 euros aprox). Allí además hay un total de trece profesores, con un nivel bastante elevado dispuestos a enseñar a principiantes o no, extranjeros o no. En algunos dojos no aceptan a principiantes y otros se muestran reticentes quizás por el problema de la comunicación.
Sin embargo el principal problema al que tienes que hacer frente cuando comienzas kendo es el enorme gasto económico que debes afrontar. El keikogi y la hakama (la ropa) dependiendo de la tela y el material variara el precio pero un set económico pueden estar alrededor de los 70 u 80 euros. Además tienes que comprarte el shinai (espada de bambú), uno económico para empezar y una funda para el mismo serán otros 30 euros. Así pues no menos de 100 euros para comprarte sólo una parte del equipo, puesto que el bogu (la armadura) que se compone de otras tantas partes es difícil encontrar una de calidad media por menos de 350 euros. Así pues en un momento dado te habrás gastado unos 500 euros de media.
Es recomendable a la hora de comenzar que sólo inviertas en el shinai, si te gusta pues comienzas a pagar por el resto, pero llevar toda la indumentaria es obligatoria una vez llevas unos meses practicando el movimiento y el ataque, ya que si no llevas armadura no podrás enfrentarte a otros en un combate.
La traducción de kendo según sus kanjis es la de "el camino del sable" y se lleva practicando en Japón desde hace cientos de años (aunque hubo algunos momentos de la historia en la que se prohibió su práctica). En los combates sólo se puede golpear con una pequeña zona al final del shinai en la cabeza, las manos, el abdomen o el cuello (este último sólo apto para muy especialistas) del oponente.
Ahora bien el protocolo japonés que tanto hemos comentado en anteriores entregas baña todo el arte marcial. Desde la posición en la que debes sentarte (como indicaba en anteriores entregas, postura seiza, con los pies debajo del trasero) hasta el orden en el que debes quitarte o ponerte la armadura. No debes pasar por enfrente de los otros luchadores sino siempre por detrás. Meditación y agradecimiento al sensei una vez terminada la clase y lo que es más increíble…doblar la ropa de la manera correcta.
Un amigo se llevo una buena bronca del sensei cuando dejó la hakama y el keikogi tirados en el vestuario y se fue a la ducha. Ahora bien, no vale con doblarla como nos parezca mientras quede bien, sino que hay una manera protocolaria de hacerlo y es bastante complicada. Las primeras veces tienen que explicártelo 30 veces antes de entenderlo bien. Esta manera específica de doblar la ropa se debe principalmente a que la hakama (pantalón faldero) tiene una serie de dobleces específicas, las cuales tienen su referencia en ciertos preceptos del confucionismo. Si queremos que estas dobleces no se estropeen o pierdan su forma siempre deberemos doblarlo de la manera oportuna.
Como decía, personalmente el Kendo me llamaba mucho la atención pero para cualquier persona que quiera experimentar las artes marciales japonesas existe una oferta y muy económica, así que si pasáis una temporada en Japón, son perfectas opciones para conocer otra gente, aprender un arte marcial nueva y explotar la esencia de Japón al máximo. Como nota final decir que el examen de octavo dan (el más alto) sólo lo aprueba menos de 1% de los aspirantes, incluso más que el exámen para convertirse en abogado estatal, considerado el más difícil de Japón.
