Aunque han sido un exitazo en ventas y han recibido buenas críticas, el camino que emprendió Assassin’s Creed desde Origins no ha gustado a todos. La saga necesitaba renovarse tras Syndicate, pero es evidente que por el camino perdió parte de su identidad para transformarse en un RPG de acción. Assassin’s Creed Mirage es la respuesta a esta situación. La obra de Ubisoft Bordeaux, que ha contado con el apoyo de otros 11 estudios de la compañía (más de 500 desarrolladores implicados en total), supone una vuelta a los orígenes.
Es una aventura de acción en mundo abierto centrada en el parkour, el sigilo y los asesinatos. Es, también, un juego que llega a precio reducido, pero la demo que Ubisoft nos mostró un par de días antes de su evento veraniego no deja entrever un juego reducido.
Sí es más contenido que las últimas producciones mastodónticas de la serie, pero parece muy amplio dentro de su género.
En la piel de un ladrón en una densa Bagdad
Como en la primera entrega de la serie, nos sumergimos en Oriente Medio, en concreto en el Bagdad del siglo IX, una época en la que la ciudad está al borde de la revolución. Mirage está muy centrado en la historia, nos aseguraron en la presentación; es un argumento en el que nos ponemos en la piel de Basim, un ladrón que de repente se ve inmerso en la organización de los Ocultos, y que protagoniza una trama que reflexionará sobre lo que significa ser libre y lo que uno está dispuesto a hacer por ello.
Una vez explicada la premisa, los desarrolladores arrancaron el gameplay (que no pudimos jugar por nosotros mismos) con una de las muchas misiones secundarias, en este caso asesinar a un personaje concreto. Esta muestra sirvió para demostrarnos que Bagdad es un enorme campo de juego con un diseño de niveles complejo y muy vertical. Basim estaba constantemente haciendo uso del parkour mejorado y agilizado, escalando edificios, saltando por azoteas, colándose en terrazas, impulsándose por vigas…
También sirvió para enseñarnos la densidad de la urbe, repleta de personajes que entran en pánico si nos ven atacar a un guardia, y entre los que mezclarlos para pasar desapercibidos. De hecho, hay un sistema de notoriedad similar a las estrellas de GTA: dependiendo de cuánto la liemos, habrá más guardias y más poderosos buscándonos, aunque podemos eliminar nuestro rastro pagando a un tipo. El dinero, por cierto, se puede conseguir completando misiones, pero también robando a la población.
Bagdad no solo es densa y vertical, también es grande, como anticipa el mapa de la ciudad. Por ello hay distintas monturas para movernos por la urbe y sus alrededores: camellos y caballos. Ya que estamos con los animales, también está el águila para ayudarnos a rastrear el entorno y nuestros objetivos, aunque hay que tener cuidado: con cierto nivel de notoriedad habrá arqueros patrullando que no dudarán en clavar una flecha a nuestra ave amiga.
Así, la ciudad no es tan solo un lugar para ir de una misión a la siguiente, sino un enorme nivel en sí mismo, donde se combinan varios sistemas de juego para que se perciba reactiva. También allí está la base de operaciones de los Ocultos, donde además de charlar con personajes clave, podemos usar un tablón de encargos donde aceptar misiones secundarias: asesinatos, búsqueda objetos, rescates… Cada una de ellas tiene objetivos extra que completar para obtener mejores recompensas.
Un protagonista con muchas artes bajo la manga
No tenemos claro qué serán esas recompensas, pero quizá haya entre ellas puntos que gastar en un árbol de habilidades que nos permite personalizar a nuestro Basim; hay tres ramas, una dedicada al sigilo, otra para potenciar sus capacidades en el combate, y una última enfocada en el engaño a los adversarios. Y es que algo que nos ha sorprendido para bien es la variedad de herramientas que tiene a su disposición el protagonista, que conlleva una variedad de formas de resolver las situaciones.
El bucle jugable de cada misión es similar: investigar, cazar, golpear y retirarse. Todo ello está potenciado por mejoras en cada una de las bases de Assassin’s Creed: un parkour más fácil de controlar, un sigilo más confiable y predecible con enemigos que tienen una inteligencia artificial más fidedigna, un combate ágil con animaciones totalmente nuevas donde hay combos y contraataques, y muchos utensilios para distraer, matar u ocultarse.
La misión principal que nos enseñaron llevaba a Basim a infiltrarse en el castillo del príncipe: tras pagar a un tipo que estaba cerca de la puerta, apareció una muchedumbre entre la que infiltrarse y colarse en un lugar atiborrado de guardias. De ellos se libraron de varias maneras: lanzando dardos, ejecutándolos por la espalda, colándose por el camino al distraerlos tirando una bomba que hace ruido, tirándolos de los torreones para evitar que otros nos detecten por el sonido de las espadas, utilizando bombas venenosas…
Lo cierto es que Basim parecía casi más un superhéroe que un asesino, sobre todo cuando utilizó dos habilidades. Una le permitía identificar a todos los enemigos cercanos, también a los que estaban tras muros o en posiciones verticales respecto a él, y marcarlos para seguir sus movimientos. La otra era todavía más espectacular y es la que sirvió para acabar con el objetivo: marcó a varios guardias y al hombre que asesinar, el tiempo se ralentizó, y el protagonista prácticamente se teletransportaba de uno a otro quitándoles la vida.
Obviamente, ahí no se acabó todo. Ya lo hemos mencionado antes: investigar, cazar, golpear y retirarse. Quedaba lo último. El castillo del príncipe, como el resto de la ciudad, estaba repleto de plataformas por las que escalar, deslizarse y saltar. Quizá había otras maneras de escapar, pero en la demo decidieron hacerlo de manera que nos mostraran algo que nos dejara claro que Mirage no es un juego pequeño: yendo hasta el muelle, cogiendo una canoa y remando hasta el otro extremo del río.
Un título bonito pero no puntero
Donde sí se nota que no es un proyecto enorme es en lo visual, no porque no se vea bien, sino porque hay claroscuros. Bagdad luce genial, está repleta de detalles, y como hemos mencionado en varias ocasiones, es muy densa; pero a excepción de la iluminación de ciertas zonas y de las sombras, no impresiona. Y por otro lado, los personajes, principales y secundarios, sí se percibe que no están al mejor nivel, tanto por los modelados como, sobre todo, por sus animaciones faciales. Pero aun con esas, es un título bonito y cumplidor en lo gráfico, y todavía más en lo sonoro: gran parte de la inmersión viene por ahí.
Assassin’s Creed Mirage no es solo esa vuelta a los orígenes que muchos llevan varios años pidiendo. Es también una evolución de todo aquello, y la verdad es que lo que nos han enseñado es muy prometedor. El próximo 12 de octubre, cuando se publique en PC, PS5, Xbox Series, PS4 y Xbox One, podremos comprobar si la luz de Bagdad es tan brillante como parece.
Hemos realizado estas impresiones tras asistir a una presentación de una demo hands-off en un evento previo al Ubisoft Forward.