No somos aficionados ni entendidos de este deporte, principalmente porque en España pasa bastante desapercibido y no hemos tenido facilidad para disfrutarlo, y para el que firma estas líneas uno de sus pocos contactos con esta disciplina en los videojuegos fue el divertido Ultimate Fighting Championship de Dreamcast en el año 2000. Por eso quizás nos ha sorprendido más si cabe la enorme calidad de UFC Undisputed 3, un juegazo y uno de los títulos de lucha realista más brillantes que hemos tenido el placer de disfrutar, en el que cada golpe duele y asombra por su contundencia, realismo y espectacularidad.
Tras dos ediciones de UFC Undisputed tituladas 2009 y 2010, THQ para esta tercera entrega apuesta por un número, y muchas y relevantes mejoras, que conseguirán satisfacer a los amantes de esta disciplina.
Más de 150 luchadores, en un total de siete categorías con dos nuevas -pluma y gallo-, y la inclusión del legendario y extinto Pride, el campeonato de artes marciales mixtas japonés que cuenta con reglas distintas a la UFC, como poder pisar y dar rodillazos en la cabeza cuando el oponente está en el suelo, y que incluso contará su comentaristas oficiales.
Al comenzar a jugar nos piden que elijamos entro uno de los dos esquemas de control, Pro o Amateur. La principal diferencia entre ellos es a la hora de realizar o defenderse de las llaves de sumisión, en el nuevo Amateur en vez de tener que hacer complicados movimientos con el stick analógico, bastará con movimientos más simples de arriba y hacia abajo. Pero a pesar de sus diferencias, no convierte esta opción al juego en un arcade y algo fácil, para nada, simplemente simplifica un par de aspectos del combate.
Otra de las grandes novedades son las presentaciones antes de los combates, con unas llamativas y espectaculares entradas de los luchadores. Estos –más de 150-, están genialmente modelados, con todo lujo de detalles, y para los más expertos, cuentan con una cantidad de estadísticas abrumadoras, para poder elegir el que mejor se ajuste a nuestro gusto. En esta demostración no pudimos jugar al Pride, solo el UFC, y tras unos primeros combates en los que nos costó aprender a jugar, poco a poco fuimos mejorando y acabamos disfrutando muchísimo de su realismo y adictiva mecánica de juego.
Unas excelentes animaciones, unos complejos y detallados modelados de los luchadores y sobre todo, unos golpes de una crudeza y contundencia que prácticamente no tienen igual en otro título. Posiblemente uno de los juegos deportivos más realistas que hemos visto nunca, que rivalizaría con el también espectacular Fight Night Champion de Electronic Arts. Es genial ver entre rounds, o al finalizar el combate, las repeticiones de los mejores golpes a cámara lenta, viendo cómo cuando acertamos un puñetazo en la cara la mandíbula se desplaza, una visión que asombra y te transmite perfectamente el dolor, o cuando realizamos un KO de un golpe, y nuestro rival se cae redondo contra el suelo.
Las animaciones se han mejorado en general y todo se nota mucho más natural y fluido, aunque donde sí se han hecho unos cambios notables ha sido en el sistema de sumisiones. Además de poder optar por un sistema de control más simple o complejo para hacer los movimientos de agarre o de liberación, ahora hay un nuevo sistema en el que aparece un octógono en la pantalla. Cada uno de los oponentes es un color y moviéndose de izquierda a derecha tiene que evitar, el que está sufriendo la sumisión, que el color de su oponente le solape. Suena raro pero en la práctica funciona, además a diferencia de otros juegos de UFC, aquí cuando estamos atrapados debajo de nuestro contrincante tenemos cierta sensación de control, dentro de lo que cabe claro, pudiendo protegernos y esquivar los puñetazos adecuadamente.
Pese a ser un juego muy complejo y realista, lo que podría originar en poco accesible para un novato, nos ha sorprendido que pese llevar años sin jugar un título basado en esta disciplina, nos hicieron falta unos pocos combates para empezar a defendernos. En cuanto ganamos los primeros enfrentamientos subimos la dificultad, y recibimos una serie de correctivos. Pero es tan bueno el control, y a la vez tan intuitivo, que tienes la sensación de haber perdido por haber sido negligente o poco disciplinado, por haber arriesgado demasiado, y no por desconocer su jugabilidad o que esta sea demasiada compleja y difícil.
Entre los round en pantalla aparece un texto muy curioso, que nos dice qué tal lo estamos haciendo, tanto lo bueno como lo malo. La cara de nuestro luchador, tan detallada, ya nos indica cómo lo estamos haciendo, viendo muy bien reflejadas las heridas en ella. Antes de comenzar el combate pudimos elegir entre dos sistema de cansancio, uno arcade u otro simulación. En el primero por más golpes que recibamos o el desgaste que hayamos realizado, nuestro personaje seguirá rindiendo bastante bien, pero en el segundo y si queremos el máximo realismo, nuestras capacidades irán disminuyendo con cada golpe que recibamos o esfuerzo que realicemos.
Todavía quedar por conocer el modo online, del que solo nos dijeron será muy más complejo y completo, y del que nos sorprenderá su cantidad de opciones y modos, algo que puede ser muy interesante, ya que si jugando contra la máquina nos divertimos, contra otras personas puede ser irresistible.
Un juego en el que cada golpe que aciertas es todo un placer y una satisfacción, produce mucha adicción, y pese a ser una de las sesiones de juego más largas que tuvimos en la Gamescom, nos costó separarnos del mando. Llegará en enero de 2012 para Xbox 360 y PlayStation 3, y los amantes de la lucha no deberíais perderlo de vista, nos ha gustado muchísimo, siendo muy realista pero sin perder a cambio la diversión. Solo queda por ver si para los que ya adquirieron la edición de 2010, incluirá suficientes novedades, aunque eso parece.