Gracias a Codemasters hemos tenido la oportunidad de disfrutar de una primera versión de su esperado Colin McRae DIRT para PC y consolas, la nueva encarnación de su popular juego de rallys que, al menos por lo visto, promete convertirse en todo un referente dentro del género por las novedades y mejoras con las que contará. En este sentido, nada más comenzar una partida nos encontraremos con las clásicas opciones y modalidades de juego, aunque una de las principales novedades la encontraremos en la inclusión de las populares carreras americanas Championship Off-Road Racing de buggies. Por supuesto, también aparecerán los clásicos coches de rallys como el Subaru Impreza o el Mitsubishi Lancer Evo.
Antes de comenzar cada etapa podremos seleccionar varias opciones, como la configuración de nuestro vehículo, una lista de participantes, ver la climatología y características de la zona o practicar un poco. Tras modificar los parámetros que deseemos, se desplegará un menú con datos aleatorios acerca, por ejemplo, del número máximo de vueltas de campana, el salto más alto en metros, el salto más largo en metros y un largo etcétera. Son estadísticas muy interesantes y que hacen la carga del juego más amena. Además de que la carga entre etapa y etapa es bastante rápida, cosa que se agradece.
Ya dentro de las carreras en sí, lo primero que nos llamará la atención será el renovadísimo apartado gráfico. La mejora con respecto a la anterior entrega es mucho más que notable. Ahora los desarrolladores hacen un buen uso tanto de los efectos gráficos como un perfectamente implementado sistema de iluminación HDR. Además, tampoco podemos olvidar los reflejos y demás efectos que podríamos encontrarnos realmente en las zonas en donde transcurren las carreras, englobando totalmente al juego y no solamente aplicados a unas zonas determinadas.
Todo este novedoso y espectacular apartado técnico viene dado gracias a la creación de un nuevo motor gráfico llamado NEON, creado desde cero y el cual usarán para todos los nuevos juegos de esta generación. Este novedoso motor gráfico nos ofrecerá una infinidad de nuevos efectos de luces, de partículas de polvo, así como efectos de viento y aire, todo ello aplicado en tiempo real. En cuanto al entorno, los paisajes estarán muy conseguidos: todo lo que nos rodea en la etapa, árboles, rocas, roza un nivel de realismo realmente elevado y nos sumergirá más aún en el pilotaje de nuestro vehículo. También ahora el público reaccionará a nuestra forma de conducir y reaccionará según vaya el coche hacia ellos, nos paremos, etc.
Todos los objetos que encontremos a nuestro paso, tanto palos de madera como pequeñas ramas, todo será parte activa del escenario y tendrán su propia física. Ya no nos encontraremos con unos simples palos clavados en el terreno que nos frenarán en seco al chocar contra ellos a más de 100 km/h. Ahora tendrán una física más realista, y si realmente no son un gran obstáculo podrán ser arrancados del terreno, aunque con su consiguiente inconveniente en nuestra conducción. Si chocamos contra un talud de piedras, por ejemplo, éste se resquebrajará y caerán pequeños trozos de piedra a la carretera. Incluso si chocamos contra las barreras de seguridad, estas se deformarán siguiendo una física bastante convincente que se apreciará con total nitidez pasando la repetición a cámara lenta (una gozada).
Un detalle que no nos ha gustado y el cual le resta bastante realismo al juego lo encontramos en el hecho de que cuando nos salimos demasiado de la zona de carrera, el coche al rebasar un límite determinado (imaginario) desaparece y aparece de nuevo en la carretera por el tramo por el cual nos salimos. Creemos que deberían haber dado libertad total en la zona de competición y ser uno mismo quien rectificara sobre la marcha., que para algo tenemos una opción que devuelve el coche a la carretera.
El vehículo por su parte, tiene también un buen modelado, en el que podemos apreciar cada una de sus partes con total detalle. Quizás el fallo más grande y que viene siendo habitual en anteriores entregas, es la sensación visualmente hablando, de que el vehículo no agarra con la carretera, dando una sensación de flotabilidad. Es fácil de comprobar viendo la repetición después de acabar la etapa, en la cual parece que el coche no forma parte realmente del escenario. Los efectos de luces, barro, arena y demás actuarán también sobre el vehículo en tiempo real ensuciándolo. En todo momentos podremos vislumbrar sus efectos sobre la carrocería, como también disfrutaremos de reflejos tremendamente realistas que variarán dependiendo de cómo incida la luz sobre la carrocería. Las vistas del vehículo serán también las habituales: exteriores más o menos alejadas, parachoques, cabina y una nueva que se situará en el casco del piloto. Esta última será la más realista, dándonos un ángulo de visión similar al que tendríamos dentro del coche.
De nuevo como viene siendo habitual en todas las entregas, no podían faltar tampoco las deformaciones. De momento no nos han parecido excesivamente espectaculares, ya que más bien cumplen su cometido de marcar las zonas afectadas pero no con un realismo acorde con la calidad gráfica general del juego. El coche podrá abollarse completamente, resquebrajarse la luna o incluso llegar a romperse, viendo incluso como vuelan por los aires los limpiaparabrisas. En este aspecto está bastante lejos de juegos como Flatout, por ejemplo.
Por otra parte, los daños en el vehículo no han llegado a influir decisivamente en la conducción. Si, vale, el motor y la caja de cambios fallarán, la tracción dejará de funcionar y todo ese tipo de cosas, pero realmente no lo percibiremos en nuestro mando. También falta, al menos de momento, algo más de interacción para hacernos sentir que realmente nuestro coche está en las últimas y hay que llegar a meta como sea posible. Esto es algo que si realmente no lo cambian para la salida, puede ser un punto muy negativo a tener en cuenta, pero al no ser una versión final, todavía puede cambiar mucho.
Eso sí, los golpes fuertes en el motor se sentirán más que nunca. Y es que si llegamos a golpearnos contra una roca, árbol, etc., en una zona importante de nuestro coche, podremos dar por terminada la etapa, ya que nuestro coche no arrancará y seremos descalificados. Cualquier imprevisto puede ser definitivo en la competición y creemos que es algo que le va a dar mucha más emoción a esta nueva entrega. Aunque claro, todo en el juego es configurable y si realmente nos desesperamos con tanto rigor en los daños, podremos también jugar en niveles más sencillos, en los que no se tendrán en cuenta este tipo de detalles.
El sonido del coche es bastante realista, tanto que podremos notar perfectamente como entra en funcionamiento el turbo, los amortiguadores al rebotar duramente contra el terreno, todo tipo de golpes, el ruido del motor averiado y cualquier sonido ambiente que pudiéramos escuchar en las diferentes zonas en donde se darán cita las competiciones. También estarán diferenciados todos y cada unos de los motores de los vehículos, que el juego pondrá a nuestra disposición. Aunque deberían haber tenido en cuenta que con la luna rota tendríamos que percibir los sonidos exteriores y del motor de forma distinta.
En cuanto a los modos de juego, tendremos los típicos de todas las entregas: el campeonato, etapas libres, prácticas y alguna que otra novedad. Podremos elegir otras competiciones en las que lucharemos contra otros vehículos en carretera, como la competición Colina Arriba o el Rally Cross, además de los modos online de los que de momento no se ha desvelado detalle alguno. También han cambiado un poco el "chip" y en esta nueva entrega no se centrarán solo en el campeonato del mundo de rallys, sino que incluirán más distintos tipos de juego y conducción, pero siempre dentro del tipo "offroad" (rallys). Y ahora viene el apartado que más polémica puede suscitar. ¿Simulador o Arcade?
Desde siempre todas las entregas de esta legendaria serie han venido marcadas por un estilo arcade y un control muy asequible. En esta nueva entrega han querido profundizar algo más en la física del coche, los golpes, la forma en la que el vehículo se vuelca con respecto a la velocidad. Ahora si tomamos mal una rampa, dependiendo de la velocidad, nuestro coche puede comenzar a dar vueltas de campana de una forma muy realista, al igual que si chocamos contra un bloque de rocas, realmente notaremos que así ha sido. También la física del coche con respecto al terreno en donde corremos se ha cuidado más, se nota y mucho el conducir sobre un tipo de terreno u otro. Aunque, al frenar a altas velocidades el vehículo se clavaba en el terreno más de lo que realmente debería, sobre todo cuando circulamos sobre arena, es un apartado que tendremos que examinar con más detenimiento, porque la frenada está algo descuidada.
El control es más puro, pero quizás no llega a ser totalmente simulador. Nos parece más bien como una mezcla entre arcade y simulador, pero con un porcentaje más elevado de simulación. Aunque claro, viendo que la física está muy lograda, que el coche da la sensación de responder de forma muy realista con respecto al entorno y que las colisiones y la forma de responder del coche parecen reales, quizás con la versión final y habiendo jugado las horas suficientes, podríamos llegar a encasillarlo dentro del mundo de la simulación pura. Pero aún, es pronto para marcarlo como tal, pues es un tema bastante complejo de analizar.
Como primera impresión, estamos ante un título que rebosa calidad por cualquier lado que se mire. Maravillosos efectos de luces, movimiento de partículas y todo lo que nos rodea en el paisaje. Unos gráficos realmente buenos, gracias al nuevo motor que luce con una calidad tremenda. Una jugabilidad clásica de esta saga, amén de que no van a faltar modos de juego para que no nos podamos aburrir en un tiempo y hacerlo aún más rejugable. Teniendo en cuenta todas estas características y las nuevas que puedan llegar con la versión final, puede que estemos ante el título que va a consagrar la saga como uno de los mejores juegos de rally del momento.
