Desde su sorprendente inicio en GBA, la saga Wario Ware se ha consolidado con facilidad y rapidez en las consolas Nintendo, convirtiéndose en baluarte de nuevas tecnologías, tanto en la propia GBA, repitiendo aparición con el sensor de inclinación y motor de vibración en la todavía inédita en Europa Twisted!, como en NDS, con microjuegos centrados en el uso de la pantalla táctil y micrófono en Touched!, mientras que GCN recibió el experimento multijugador de interactuación no sólo dentro del juego, sino también fuera de él, aportando nuevos elementos a los videojuegos tipo party. Ahora, en Wii, la próxima consola doméstica de Nintendo, que llegará en unos meses a las tiendas europeas, con Wario Ware: Smooth Moves la saga está destinada a repetir su papel capital de exhibidor de nuevas tecnologías, al tiempo que rescatará el estilo de multijugador que ya conocimos en GameCube.
Este título se disfrutará con, tan sólo, el mando principal de la consola, el llamado Wii-mote, sin precisar de extensiones como el popular nunchaku (que aporta stick analógico y dos botones extra en forma de gatillo, además de acelerómetro incorporado), por lo que se mantendrá en un rango de accesibilidad para todo el público –intuimos- muy elevada, ya que todos los microjuegos que harán aparición se jugarán con el sensor de movimiento del Wii-mote y, en ocasiones, con un botón.
La principal novedad es que si en los anteriores títulos de la saga el jugador debía intuir por sí mismo qué hacer en cada momento, pues no contaba con instrucciones de ningún tipo, y eso era parte de la diversión, el mando de Wii aporta tantas posibilidades que lo haría impracticable. De este modo, ahora, antes de cada minijuego se nos presenta una pequeña ilustración representativa de cómo debemos sujetar el mando.
Esto es necesario porque, según los creadores, cuentan con tantas maneras de coger el mando para realizar acciones diferentes, que es más divertido enseñarle al jugador qué hacer y que lo haga, que intentar que lo adivine mediante el sistema de intento y error, que dada la amplitud de opciones de configuración y disposiciones del control lo haría prácticamente inabarcable.
Así pues, gracias a las pequeñas instrucciones que se nos dan antes del microjuego que vayamos a disfrutar, sabremos si debemos coger el mando en horizontal con las dos manos a modo de volante, poniéndolo sobre la palma de la mano para hacer equilibrios, apuntando hacia el televisor, como un palo, etc. Y es que con más de 200 microjuegos, habrá combinaciones para todos los gustos, partiendo de al menos 15 modos de agarrar el mando, aunque sus desarrolladores han confesado que tienen muchas más en la recámara. Habrá que ver, por tanto, cuántas ideas alocadas más pueden meter en el título de aquí a su lanzamiento, ya que después de haberlo probado, lo cierto es que nos gustaría que incluye muchísimas variantes en el control, ya que aportan un toque de frescura y cachondeo poco habituales. En este sentido, que Intelligent Systems y Software Planning Development estén trabajando en el juego nos hace esperar lo mejor.
En la demo que probamos había una pequeña muestra de los diferentes estilos que se presentarán para coger el mando, con la estética habitual de la saga, es decir, gráficos sencillos y muy desenfadados. Como nota curiosa, era el único juego que no se mostraba en formato panorámico, sino en 4:3, aunque no es algo que afectase lo más mínimo al desarrollo de las partidas, y suponemos que cuando esté finalizado permitirá ser jugado en 16:9, como todos los títulos presentados hasta el momento, aunque Goro Abe, director del título, dijo que era algo que todavía estaban pensando. Esperamos que finalmente el juego presente la opción de ser jugado en ambos formatos de televisión.
En cuanto al multijugador, están planeando introducir un sistema de multijugador similar al de GameCube, como os contábamos al principio de estas líneas. Por tanto, se centraría en un modo en el que un único jugador participaría –por lo general- mientras el resto de personas pueden interactuar directa y físicamente con él, creando lo que los desarrolladores del juego han denominado una "atmósfera multijugador" mientras esperan a recibir el único mando necesario para poder jugar todos.
El modo de juego disponible en la demostración se centraba en la aparición aleatoria de microjuegos de todo tipo. Así, por ejemplo, debíamos meterle la dentadura postiza a una anciana haciendo puntería con el mando, controlar un coche en pleno rally, o aplastar una mosca con un matamoscas. En todos estos múltiples contextos, el mando responde con completa fiabilidad. Primero jugamos de pie, marcando algún que otro pequeño récord, y luego, más tarde, cómodamente sentados en uno de los sofás que había disponibles. Lo cierto es que la sensibilidad del mando nos permitía jugar tanto de la forma más alocada posible, haciendo movimientos estrambóticos, como ponérnoslo en la cintura y simular que estamos jugando con un hula-hop, o hacer grandes movimientos arriba y abajo para hinchar un globo en pantalla... o bien de manera sutil, tranquila y relajada, sentaditos, y con leves movimientos de nuestra muñeca.
Más allá de las divertidas apuestas deportivas de Wii Sports y otras experiencias sorprendentes, como la proporcionada por Wii Music, este título, Wario Ware: Smooth Moves, representa una apuesta sorprendente dentro de la línea de juegos de la familia Wario Ware y, también, una de las mejores demostraciones del potencial del mando de Wii al mostrar de manera sencilla y rápida algunas de las aplicaciones y disposiciones que puede adoptar el mando de la consola que si bien aquí representan microjuegos de apenas unos segundos, a buen seguro podrían sentar las bases de futuros títulos completos por sí solas. Wario siempre nos ha sorprendido y fascinado con esta saga de juegos, y aunque Smooth Moves no llegará a tiempo para coincidir con el lanzamiento de la consola (al menos según declaraciones del director), esperamos que no se demore demasiado, pues puede convertirse en una de las experiencias de juego más divertidas que reciba la consola, al menos durante su primer ciclo vital. Potencial para eso, desde luego, no le falta.