Un "renacimiento del RPG de fantasía y estrategia". Los juegos de Vanillaware, creadores de 13 Sentinels: Aegis Rim, Dragon’s Crown y Odin Sphere, siempre han sido ambiciosos. Pero con Unicorn Overlord se embarcan en un género complicado, con unos pocos referentes bien establecidos en las últimas décadas, y con la pretensión de revolucionar una fórmula fijada en los 90. George Kamitani, cofundador del estudio japonés, lo ha calificado como "una de las mayores producciones de Vanillaware".
La compañía que suele ir de la mano de Atlus presentó oficialmente el título que llegará el 8 de marzo a PS5, Xbox Series, Switch y PlayStation 4 en el Nintendo Direct del pasado septiembre, seis años después de que comenzara su desarrollo y cuatro años más tarde de que viéramos un primer teaser en el prólogo de 13 Sentinels: Aegis Rim lanzado en Japón en 2019. Ese vídeo de hace unos meses donde conocimos el nombre del proyecto mostraba combates que recordaban a Fire Emblem, exploración de mundo reminiscente a los Final Fantasy clásicos y una manera de abordar la fantasía medieval similar a la de Vagrant Story o el más reciente Triangle Strategy, todo ello con el brutal acabado artístico propio de Vanillaware. Pero la información y los vídeos publicados en las últimas semanas demuestran que Unicorn Overlord no es un pastiche de ideas ajenas: no le faltan las propias, ambiciosas y curiosas. A continuación repasamos todo lo que sabemos de este prometedor RPG táctico.
Un mundo que liberar de la opresión de un imperio
"Esta es la triste historia de Fevrith", resume Atlus sobre la premisa argumental. "Es una historia de destinos robados, de mentes poseídas y de naciones usurpadas". No queda duda: la historia nos llevará a un continente con ambientación de fantasía medieval, Fevrith, que tendremos que liberar de las garras de un poderoso imperio. Sin embargo, el mundo que Vanillaware pondrá ante nuestros ojos promete ser rico, con naciones con su propia idiosincrasia y conflictos internos, y con preocupaciones tanto militares como morales e ideológicas.
La trama arranca cuando el General Valmore traiciona al reino de Cornia, acabando con la reina y guerrera Ilenia y provocando el exilio de su hijo, el príncipe Alain. Valmore trae de vuelta el Imperio Zenoiran, que antaño gobernó todo el continente hasta su desaparición de un día para otro por un cataclismo misterioso. Ahora, las cinco naciones de Fevrith viven bajo el puño de hierro imperial: Albion es una isla-estado religioso con habitantes humanos y ángeles, Cornia es un lugar fértil que contaba con un poderoso ejército, Elheim es la tierra frondosa de los elfos oscuros y de la luz, Bastorias es una región neva donde viven los bestrals, y Drakenhold es un lugar árido con abundantes minerales y un ejército draconiano.
Así, diez años después y con esas naciones bajo el dominio imperial, nos ponemos en la piel del joven príncipe Alain, portador del ancestral Anillo del Unicornio y nombrado líder de la Armada de Liberación, con el objetivo de poner fin al terror Zenoiran y restaurar el orden diverso previo. No estaremos solos: nos acompañarán hasta 60 personajes únicos, algunos presentes desde el principio de la aventura y otros que podremos reclutar para nuestro ejército, cada cual con su propia personalidad, trasfondo y habilidades: la sacerdotisa Scarlett, el amigo de la infancia Lex, el caballero que nos rescató Josef, el espía Travis, la bruja Yahna, la lancera Chloe, la espadachina Melissandre y muchos otros, tanto humanos como elfos, bestias y ángeles, que nos cruzaremos en nuestro camino, más tarde o más temprano.
Una estructura singular y libre
Porque una de las particularidades de Unicorn Overlord es la libertad. El vasto mundo abierto u overworld estará totalmente abierto desde el principio: podremos ir a cualquier lugar, a cualquiera de las naciones, y abordar el proceso de liberación de Fevrith como queramos. El progreso se basa en conseguir fama y gloria en cada uno de los cinco países. Al movernos por el mundo encontramos personajes con los que charlar, localizaciones a las que entrar, tiendas en las que comprar, combates en los que participar, y pueblos y fortalezas que reconquistar.
En la reconquista y reconstrucción de esos lugares se centra la progresión. Al superar las batallas de los pueblos y las fortalezas, toca volver a levantar esas localizaciones de sus cenizas. Para ello son necesarias la fama y la gloria. La fama con una nación la conseguimos al completar batallas en su territorio y al otorgar materiales para reconstruir, que se pueden conseguir explorando el mundo, al superar combates y en un minijuego de minería donde también podemos descubrir mapas del tesoro ocultos. La gloria con una nación se obtiene al completar misiones (principales, secundarias, de liberación y del mundo, habitualmente centradas en combates).
Por lo tanto, liberar un pueblo (que provoca que las unidades enemigas dejen de pulular la zona) es solo la primera parte del trabajo. Conforme le donamos materiales se van desbloqueando más funciones del lugar, como los armeros y las tiendas; en el caso de los pueblos grandes y las ciudades fortificadas también se añaden posadas donde disfrutar de platos suculentos con otros personajes para mejorar nuestra relación con ellos. Asimismo, se pueden emplazar unidades en los pueblos para defenderlos y que recolecten automáticamente recursos y objetos cercanos. Las fortalezas funcionan de manera similar: para utilizarlas es necesario tener cierta cantidad de fama y se desbloquean más funciones al incrementar la gloria. Prometen ser fundamentales porque además de mejorar a nuestros aliados y ampliar las unidades también son el lugar en el que podemos contratar mercenarios que podremos personalizar como nos plazca, tanto visualmente como en sus estadísticas.
Un combate profundo, ¿demasiado enrevesado?
Os habréis dado cuenta de que hablamos de personajes o aliados y de unidades por separado. No estamos simplemente intercambiando términos sin ton ni son. Lo que ocurre es que el sistema de combate de Unicorn Overlord es diferente a lo que nos tiene acostumbrados el género y aparentemente complejo, aun teniendo en cuenta que algunos de sus pormenores todavía se desconocen. Aunque en los tráileres puede parecer que se combate de manera parecida a Fire Emblem, y es cierto que hay algo de eso, realmente es innovador.
Antes de entrar en cómo funciona, tenemos que aclarar que aquí los combates son entre unidades y no entre personajes. Las unidades son grupos de personajes que hemos designado previamente: en cada unidad tenemos un límite de cantidad de personajes y de valor de los mismos, aunque en las fortalezas podremos ampliar las unidades. Los enfrentamientos se desarrollan en tiempo real. Está nuestra bandera, desde donde invocamos las unidades, y la bandera del comandante enemigo; la riña se puede ganar alcanzando esa bandera o cumpliendo otras condiciones, como acabar con el líder adversario. Podemos mover nuestras unidades por el campo de batalla, seleccionándolas de una en una o en grupo, indicándoles que vayan a un punto concreto o que ataquen a una unidad enemiga. Cuando una unidad aliada y otra rival colisionan, empieza la pelea como tal, que se desarrolla automáticamente; por lo tanto, es clave personalizar nuestras unidades, colocando en ellas personajes de clases que tengan ventaja sobre las del rival.
Además, en el escenario de combate puede haber unidades no vinculadas al ejército enemigo que se unirán a nuestra lucha al tocarlas. También se motiva a jugar con cabeza: si el encuentro se concluye con una sola batalla se obtiene experiencia adicional y fama, y hay bonificaciones por tiempo, zonas liberadas, unidades derrotadas y otras estadísticas; la derrota se paga con volver a la zona del mapa conquistada más cercana. Pero como apuntábamos antes, en los vídeos se ven muchos elementos que Vanillaware aún no ha explicado. Parece que los combates contra unidades que se van a ganar sí o sí se resuelven rápidamente, sin entrar en la pantalla de pelea. Tampoco se ha definido cómo funciona el temporizador en tiempo real de los encuentros, ni para qué sirve en los combates el indicador de los puntos de valor, entre otras cosas.
Aun así, es un sistema de combate lo suficientemente profundo como para que exista un coliseo en el que se pueden realizar batallas contra la máquina o contra otros jugadores a través de internet, con enfrentamientos que pueden ser en un modo con rangos o contra amigos. Si realmente es tan complejo como aparenta, podemos estar ante un título de estrategia que de para meses, cuando no años, de juego online, sobre todo si el sistema de recompensas es lo suficientemente atractivo para atraparnos.
Lo que sí que es atractivo sin duda alguna, como ya nos tiene acostumbrados Vanillaware, es su apartado audiovisual. Ya sea al explorar ese vibrante overworld, que rememora a los mundos abiertos de los clásicos del JRPG pero con un aspecto de diorama donde se mezclan los personajes y elementos bidimensionales con efectos modernos (sombras, reflejos, etcétera); como sobre todo en las escenas de conversación y en las peleas, donde esos muñecos antes presentados en perspectiva cenital cobran vida con diseños voluminosos, superdetallados y muy expresivos, especialmente en el caso de los aliados con nombre propio y los comandantes enemigos, quienes también hacen gala de un doblaje de primer nivel, al menos, en su versión japonesa.
Llega el 8 de marzo a PS5, Switch, Xbox Series y PS4
Unicorn Overlord promete ofrecer un RPG táctico fresco pero nostálgico, que indudablemente ha estudiado las ambientaciones, las narraciones y las mecánicas clásicas del género, pero no para copiarlas, sino para darles un sabor único. La historia de fantasía medieval, de naciones que liberar y decenas de personajes que conocer tiene los mimbres para ofrecer una narrativa densa e inmersiva. La estructura libre puede conseguir que nos sintamos como auténticos comandantes de un ejército de liberación y que cada partida sea diferente. El extraño a la par que profundo sistema de combate parece tener todos los elementos para que nos devanemos los sesos en la campaña y para que pasemos horas y horas en el online. Y por supuesto, la belleza audiovisual marca de la casa nos acompañará durante todas esas horas de juego. Vanillaware tiene entre manos otro gran clásico.
