Todavía estamos disfrutando con el juegazo que acabó siendo OlliOlli World, en Roll7 contraataca con un título que mantiene su pasión por el patín, pero con un pequeño giro de tuerca. Tras probar sus primeros seis niveles, os podemos contar que nos encanta su propuesta, y tenemos muchas ganas de seguir explorando este particular concepto en el que la violencia no escasea... y los trucos sobre patines tampoco.
Tiros en la cara, pero con estilo
Rollerdrome es un juego de patinaje y disparos en tercera persona que nos lleva a un mundo retrofuturista y (cada vez menos) distópico en el que la diversión pasa por ver a gente en una arena intentar sobrevivir a decenas de rivales que intentan matarte mientras patinas con estilo y los revientas a tiros. La historia (que, curiosamente, cuenta con momentos algo más narrativos que nos ayudan a conocer más sobre este universo) es secundaria, pero aquí sabemos a lo que venimos.
En lo jugable es, esencialmente, un Tony Hawk pero con la posibilidad de disparar. Lo que es la parte del patinaje es virtualmente idéntico con un control muy parecido a las entregas numeradas de la saga, pudiendo saltar, hacer diferentes grabs (no hay flips por razones obvias), grinds, wallrides y acip drops. Si estáis familiarizados con este tipo de juego, os vais a sentir como en casa. Ponerse a disparar ya es otro rollo, y la verdad es que combinar el skate y los disparos, inicialmente, nos ha costado un poco.
En la parte de juego de disparo tenemos mecánicas muy sencillas pero muy efectivas. Diferentes armas que iremos desbloqueando según progresamos y que podemos intercambiar en cualquier momento usando la cruceta, un modo a cámara lenta que podemos activar en cualquier momento y, finalmente, un movimiento para esquivar que, de realizarlo en el momento justo, nos permite extender el tiempo bala.
La clave está en cómo se combinan ambas partes. La munición sólo se recarga con trucos, por lo que, lógicamente, estamos obligados a realizar trucos constantemente, mientras nos movemos por el escenario en busca de los enemigos y ciertos objetos necesarios para mejorar nuestra puntuación y conseguir completar todos los desafíos. Pasando a los desafíos, este es otro aspecto en el que las similitudes con los Tony Hawk numerados son obvias. Cada fase cuenta con una serie de desafíos (conseguir todos los objetos, realizar un truco mientras matas a un enemigo, conseguir una determinada cantidad de puntos...) y necesitamos completar cierta cantidad de desafíos para desbloquear nuevos escenarios. Una apuesta tan sencilla como efectiva que nos anima a rejugar cada pantalla.
Un apartado visual con personalidad
Algo que también nos ha gustado mucho de Rollerdrome es su apartado artístico. Aunque extremadamente parecido a Sable, la ambientación retrofuturista le sienta genial. Y, apartado artístico aparte, esta estética hace que sea tremendamente fácil identificar a los enemigos en pantalla o ubicar los objetos coleccionables. Está todo muy bien medido para que aparte de bonito sea funcional.
Por si esto fuera poco, cuenta con un modo a 120 imágenes por segundo, al menos en PlayStation 5, donde lo hemos probado. No sabemos si este modo es perfectamente estable, pero al menos jugando en una pantalla con VRR lo hemos notado muy, muy fluido, y da gusto jugar así. Además, el juego se controla genial, responde siempre a la perfección y, una vez que nos acostumbramos a sus controles, es un gustazo lanzarnos a la pista a hacer trucos, esquivar misiles y disparar a nuestros enemigos.
La única pega que le hemos encontrado por ahora es que algunos escenarios, algo más amplios o complejos, pueden dificultar localizar a los enemigos, y teniendo en cuenta que se nos recompensa por hacerlo todo en el menor tiempo posible, puede ser un pelín frustrante. Como decimos, es fácil verlos, pero hay escenarios con varias zonas, varias alturas, y podemos perder valiosos segundos intentando encontrar al rival que nos falta. Aun así, no es un problema grave ni mucho menos.
Una propuesta divertida, interesante y espectacular
Este primer contacto con Rollerdrome ha sido genial. Después de tantos años de Tony Hawk nos ha costado un poco que el cerebros nos haga clic y hacernos a los controles, pero una vez que le hemos pillado el truco, nos lo hemos pasado en grande. Nos parece un concepto muy divertido y muy bien ejecutado, que sabe equilibrar el concepto clásico de los juegos de skate con algo nuevo, a la vez que mantiene esas sensaciones de arcade clásico que nos anima a rejugarlo una y otra vez.
Por el momento, sólo queda esperar que el resto de fases sigan sorprendiendo y aumentando el desafío, y que sepa darnos motivos para seguir jugando una vez terminada la historia principal. Si os gustan los juegos de skate o si, simplemente, os atrae la idea, os recomendamos que le sigáis la pista y lo pongáis en vuestro calendario de lanzamientos, ya que debutará en tan sólo unas semanas.
Hemos realizado estas impresiones en PS5 con un código de descarga proporcionado por Best Vision PR.