Sí, quien más o quien menos ha terminado un poco cansado de tanto shooter en primera persona a lo largo de esta longeva generación de consolas, una fórmula tan agotada y desgastada que cada vez le cuesta más sorprender. No es un problema tanto de la perspectiva y el género como de cierta moda de hacer juegos de acción en primera persona, lineales, pasilleros y llenos de scripts, al calor del tremendo éxito de la saga Call of Duty, que no olvidemos si por algo ha triunfado en los últimos años ha sido por su excelente modo multijugador, y no por sus cada vez más previsibles campañas para un jugador.
Al género todavía le queda mucha vida, y juegos como Portal, Dishonored, Bulletstorm, Deus Ex: Human Revolution, Far Cry 3 o la saga Borderlands han demostrado que todavía se pueden hacer cosas distintas desde esta perspectiva.
De hecho, ¿dónde han quedado esos juegos de acción en primera persona de finales de los 90, primeros años 2000, que mezclaban a la perfección acción con toques aventureros? Véase Blood, Half-Life, No One Lives Forever o Return to Castle Wolfenstein entre otros muchos, un género que para muchos a involucionado en los últimos tiempos.
A finales de este año vamos a tener el regreso de un clásico, una nueva entrega de una saga a la que muchos consideran uno de los padres del género con Wolfenstein 3D. William Joseph "B.J." Blazkowicz va a volver a los videojuegos con Wolfenstein: The New Order, un héroe de acción que lleva combatiendo a los nazis más de 20 años, y que vuelve en plena forma, como si el tiempo no hubiera pasado por él. Los encargados de este regreso serán MachineGames, un nuevo estudio sueco formado por ex empleados de Starbreeze Studios, creadores de juegos como The Chronicles of Riddick: Escape from Butcher Bay y The Darkness, y quedaros con este dato porque es importante, ya que da muchas pistas de por dónde irán los tiros.
La semana pasada en el BFG 2013, un evento celebrado por Bethesda en Londres donde nos mostró y dejó probar sus novedades para los próximos meses, pudimos jugar por primera vez al nuevo Wolfenstein, y tenemos que empezar admitiendo que nos ha sorprendido muy gratamente. No teníamos demasiadas expectativas y esperábamos el típico shooter de los últimos años que se iba a aprovechar sin más de una saga con tanto nombre y prestigio. Pero nos encontramos con un juego de acción en primera persona con mucha personalidad, que rememora las sensaciones y la dificultad de los shooters de antaño, y que recupera toques aventureros tan refrescantes como inesperados, sabiendo fusionar con naturalidad aspectos clásicos y contemporáneos del género.
Wolfenstein: The New Order transcurre en 1960, dejando atrás la Segunda Guerra Mundial, que han ganado los nazis. Estos consiguieron cambiar el curso de la guerra gracias a una misteriosa y avanzada tecnología, logrando doblegar a las naciones más poderosas, y ahora dominan el mundo con mano de hierro. Nuestro protagonista B.J. Blazkowicz ha estado dos décadas en estado de coma, y ahora vuelve a la vida para seguir dándole guerra a los despiadados y ambiciosos nazis.
La aventura tendrá una historia bastante elaborada, de ahí que se note que MachineGames está formado por antiguos empleados de Starbreeze Studios. Además no tendrá ningún modo multijugador, y está totalmente centrado en la historia para un jugador, algo que como nos dijeron sus creadores, es lo que mejor saben hacer. Como ejemplo de su narrativa nos enseñaron una peculiar y tensa escena en un tren, en el que Blazkowicz se ha infiltrado vestido de camarero, y le tiene que poner unos cafés a los malos de la función. Frau Engel, una sargento nazi de mediana edad que da muy mal rollo, y su secuaz, Bubi, un joven de sexualidad y sobre todo intenciones muy ambiguas, que juntos forman una pareja de lo más peculiar y perturbadora. Una escena tensa, con gancho y muy bien escrita, que fue un perfecto ejemplo de su cuidada narrativa, y de que habrá momentos de relativa calma entre tanto tiroteo.
Pero de lo que verdad teníamos ganas era de poner las manos sobre el juego, y comprobar qué pretende como shooter, y si no es más de lo mismo. La demo era una fase ya avanzada dentro de la aventura, en la que teníamos que asaltar una instalación nazi en mitad de Londres, pegada al Big Ben y que ha sustituido al famoso edificio del Parlamento. Visitaremos distintas localizaciones por todo el mundo, y aunque no esperamos una historia que nos sorprenda, sí que nos parece muy interesante su contexto argumental, y ver cómo sería el mundo si los nazis lo hubieran conquistado, algo que da mucho juego en términos de ambientación. Esto ha provocado cosas tan curiosas como que los nazis fueran los primeros en llegar a la Luna, y en esta demo veíamos todo un museo que homenajeaba este hito.
El salto temporal de casi 20 años ha permitido que en este Wolfenstein la tecnología nazi esté muy avanzada, y no solo lucharemos contra todo tipo de soldados, también contra robots de lo más variopinto, como distintos tipos mechas y hasta perros mecánicos. Nosotros como parte de la resistencia también haremos usos de estos avances tecnológicos, y contamos con un cortador láser, una pequeña herramienta que siempre llevamos junto al cuchillo. Este láser nos permite romper ciertos materiales, como verjas metálicas, pero nos sorprendió que no es la típica escena en la que llegamos, pulsamos un botón y la acción se realiza automáticamente, a lo Call of Duty, sino que somos nosotros los que realizamos el corte exacto, moviendo el stick.
Aunque más adelante lo veríamos de manera más evidente, este es un ejemplo de los toques aventureros que tendrá este shooter, en el que no solo disparamos, también hay momentos para la exploración, el plataformeo y pequeños puzles. De hecho algo que nos llamó y mucho la atención es que no hay una flecha guía que nos marque los objetivos, que nos diga por dónde debemos ir para seguir avanzando, ni obligatoria ni opcional, toda rareza en un videojuego contemporáneo, y que se agradece, tratando al jugador con respeto.
Una vez nos infiltramos en la base comienza la acción, y nos enfrentamos a los primeros nazis con un repertorio de armas no muy sorprendente, pero sí contundente. Pistolas, escopetas, rifles, ametralladoras y lo que es muy interesante, podemos usar cualquier tipo de arma por duplicado, sujetando una en cada mano, incluso las devastadoras escopetas, de momento nuestra arma favorita. También puedes acabar con los enemigos por la espalda si no te han visto, degollándolos, y habrá alguna que otra situación en la que sea un buen recurso, veremos si incluso tenemos alguna misión en la que haya que utilizar el sigilo obligatoriamente, algo que se ha puesto muy de moda en el género.
Lo que consigue que los tiroteos sean completamente distintos a la mayoría de shooters actuales es su sistema de vida y escudo por puntos, como en los clásicos, sin autoregeneración completa de vida, lo que hace que tenga una dificultad por encima de la media. Contamos con 100 puntos de vida 100 de escudo, y la autoregeneración es limitada a la siguiente veintena, y si te quedas al 5 por ciento, se te regenerará hasta el 20 por ciento, no te quedarás con un 1 o un 2 por ciento, lo que te da una oportunidad de salvar el pellejo. Los puntos de salud y escudo se podrán ir mejorando encontrando secretos, pero como comprobamos en el primer gran tiroteo, hay que andarse con mucho ojo, esconderse constantemente, e intentar coger todos los objetos de recuperación de salud y escudo que encontramos por los escenarios o que sueltan los enemigos.
Esta primera gran escena de acción se desarrollaba en un escenario bastante amplio, con varias alturas, habitaciones, y con enemigos por todas partes, que conseguían que no estuviéramos seguros en ninguna parte. Por lo visto en esta escena y al final de la demo, no parece que vayamos a tener una sensación de shooter pasillero, ni mucho menos. Hay un sencillo sistema de coberturas que nos permite asomarnos lateralmente, por encima, e incluso por debajo de un objeto, pero el frenetismo de los tiroteos invita a moverse constantemente, y a recoger el botín que sueltan los enemigos al caer muertos.
En los escenarios hay bastantes secretos escondidos, y como en los juegos de antaño hay que romper algo, abrir una caja fuerte o realizar una acción concreta para encontrarlos, no basta con desviarse unos metros del camino preestablecido. Tras un segundo tiroteo en el que se homenajeaba la llegada a la Luna de los nazis, en una localización de gran altura en la luchábamos contra todo tipo de soldados y algunos dron voladores, se iniciaba una interesante y larga sección de exploración y plataformas, que nos recordó a esos geniales momentos aventureros del gran Half-Life.
La herramienta cortadora láser tiene dos tipos de uso, el rayo normal para cortar y un disparo a distancia, que sirve para romper determinados elementos del escenario, por ejemplo unas piezas mecánicas que sostenían un ascensor, y que tuvimos que romper para seguir avanzando. Al igual que el cortador, todas las armas tienen dos modos de disparo, aunque no pudimos profundizar demasiado en este aspecto ya que en la demo todavía no estaban todo desbloqueados.
El desarrollo a veces está salpicado por escenas cinemáticas de vídeo que nos cuentan hechos relevantes de la historia, y que como nos confesaron sus creadores, camuflan las cargas entre escenarios, que es cierto que nunca vimos. Llegando ya al final de la demo conseguimos el laserkrafter, una mejora sustancial del pequeño cortador láser, que Blazkowicz abandonada con desprecio. A diferencia de otros juegos de acción en primera persona nuestro protagonista no está mudo, y realiza comentarios bastante irónicos y jocosos, un poco a lo Duke Nukem aunque no tan desatado, pero que en cualquier caso se agradece ese toque irónico y de humor negro.
La escena final de la demo se desarrollaba en un hangar enorme, lleno de nazis, robots y helicópteros con torreta que podíamos usar a nuestro favor. Al llegar a esta localización podíamos pasar un buen rato escondidos, cargándonos a muchos soldados por la espalda, pero más tarde o más temprano era casi inevitable que te descubrieran. Tras limpiar la sala, lo que no era fácil ya que nos mataron unas cuantas veces en el intento, aparecía un jefe final, un enorme robot que disparaba misiles, y con el que nos tuvimos que emplear a fondo, acabando aquí la demo.
Wolfenstein: The New Order utiliza el id Tech 5, el motor gráfico creado por id Software y que se estrenó con Rage, y pese a no contar un deslumbrante apartado técnico, sí que tiene una elaborada dirección artística, y un apartado técnico robusto y estable. Pudimos jugar a la versión de PC que corría a unos impolutos 60 fotogramas por segundo, lo que unido al frenetismo de la acción, conseguía que fuera un placer jugarlo, con un control impecable. A destacar que algunos escenarios no permanecen inalterables ante nuestros disparos, rompiéndose todo tipo de elementos y dejando todo hecho unos zorros, nada demasiado impactante, pero sí destacable en comparación con otros juegos con escenarios de cartón piedra, inalterables a lo que ocurre. A los tiroteos se suma una animada música mitad roquera mitad electrónica que es el complemento perfecto para las intensas escenas de acción que nos propone.
Tiros de la vieja escuela
Este nuevo Wolfenstein, que hace 10 años quizás hubiera sido un juego de acción en primera persona más, hoy en día es casi una rareza, y resulta fresco. Tiroteos en los que estar preocupados por los puntos de salud y escudo, en espacios abiertos y amplios, armas contundentes y satisfactorias, enemigos tan interesantes de derrotar como todo tipo de soldados nazis y un imaginativo elenco de ingenios mecánicos, una elaborada ambientación, una dificultad desafiante, e interesantes toques aventureros, inhabituales en los shooters actuales. No va a reinventar el género, y es cierto que no aporta nada nuevo, pero divierte de lo lindo, que al fin y al cabo es lo que cuenta, y seguro que consigue enamorar a los que añoran los grandes FPS de antaño, con una perfecta mezcla entre elementos clásicos y modernos. Saldrá a finales de año para PlayStation 3, Xbox 360, PC, PlayStation 4 y Xbox One.
