The Order: 1886 fue anunciado en el E3 del año pasado como uno de los juegos de "segunda hornada" para PlayStation 4, pero no llegará estas Navidades. Hace unas semanas se confirmó que no estará listo hasta principios de 2015, uniéndose a un repertorio de títulos que prometen convertirlo en un año memorable. El debut de Ready at Dawn en consola de sobremesa (conversiones y remasterizaciones aparte) llamó la atención desde el principio por su impactante apartado gráfico, que en las últimas semanas ha sido criticado por haber recibido la palabra de moda en los últimos meses, un downgrade. Ya no se ve tan bien como nos habían prometido, pero sigue siendo portentoso. Pocos juegos en el E3, se cuentan con los dedos de una mano, pueden compararse visualmente a éste.
Un steampunk victoriano lleno de interrogantes
El título nos lleva a un siglo XIX alternativa, una especie de historia steampunk de la época victoriana con una ambientación muy cuidada y oscura y que en realidad se basa en un "punto de divergencia" que data de la época del Rey Arturo, en la que la humanidad se enfrenta a una raza de seres mitad hombres mitad bestia.
Los encargados de mantenerla a salvo son los descendientes de los caballeros de la tabla redonda, y de hecho nuestro protagonista adopta el apodo de Sir Galahad. Además de tener que enfrentarnos a las bestias habrá que hacer frente a la revolución proletaria de este extraño Londres alternativo.
En la breve demo del E3, un fragmento del tercer capítulo del juego, tenemos que progresar por unas zonas de pequeño tamaño de la ciudad avanzando con nuestro equipo. Estos cinco o diez minutos daban para muy poco, solo para apreciar el impecable acabado gráfico del juego, probar los tiroteos y el sistema de coberturas, el excéntrico pero original funcionamiento del rifle de termita, y apovechar una especie de "tiempo bala pistolero" que es capaz de usar nuestro protagonista.
Tiroteos inflamables
El arma que llevábamos en el nivel es curiosa. El disparo principal del rifle de termita es... termita. Una sustancia química que, tras una ignición, produce una gran cantidad de calor. Según la Wikipedia fue descubierta en 1893, pero en The Order, siete años antes, es un arma común y bastante efectiva y útil para acabar con enemigos tras coberturas. El funcionamiento es ingenioso. Primero disparamos esta sustancia al enemigo, quedando él y su entorno espolvoreado con ella, y luego lanzamos una especie de bengala rudimentaria que provoca una vistosa llamarada. Podemos incluso combinar el uso, disparando primero la bengala y luego la termita o, lo que más resultados da, primero termita, luego bengala para encenderla, y luego más termita para echar más leña al fuego y acabar definitivamente con el enemigo por si le quedaba algo de vida.
Aunque la forma de disparar este arma es poco ortodoxa, la dinámica de coberturas no lo es, usando el botón círculo del mando de PS4 para entrar en este modo y adaptándose nuestro personaje a aquello que tengamos enfrente, pudiendo movernos hacia los lados. En la demostración teníamos que acabar con varios enemigos y luego escoltar a un político que había sido herido, entrando en una habitación tras una secuencia cinemática, y precisamente liberando el camino provocando que un obstáculo literalmente se derrita usando un cartucho entero de termita.
La segunda parte de la demostración nos mostraba otro titoteo en el que ya podíamos usar una técnica especial que ralentiza el tiempo, pasando a una perspectiva en primera persona en la que podemos cambiar de blanco rápidamente, rotando entre los enemigos de izquierda a derecha y disparando rápidamente un revolver. Una especie de "tiempo bala pistolero" en la que emulamos a un vaquero de un spagueti western vaciando nuestro cargador en los enemigos, mientras estos se mueven a cámara lenta. Con esto terminaba la demostración dejándonos muchas cuestiones abiertas sobre qué más ofrecerá el juego además de tiroteos con armas originales.
Gráficamente sigue siendo espectacular
Es una lástima que The Order no vaya a ser tan vistoso como parecía en su día, pero como decíamos antes a nivel visual sigue siendo fantástico. Es cierto que los escenarios por los que nos movíamos eran de tamaño bastante reducido, pero las cinemáticas resultaban espectaculares y estaban generadas por el motor del juego (de hecho, podíamos movernos en ellas). La ambientación es sensacional, tan gris y nebulosa como uno puede imaginar llevando todos los tópicos de Londres al extremo, pero lo que más nos llamó la atención fueron las animaciones faciales.
Si en la pasada generación estas dieron un enorme salto y para demostrarlo optaron por la plasticidad (Uncharted) o el hiperrealismo (L.A. Noire), en The Order: 1886 lo que impresiona es la sutileza, los pequeños movimientos. Las miradas entre los personajes, sin muecas, solo con leves gestos, transmiten muchísimo realismo y humanidad.
Prometedor, pero hemos visto muy poco
The Order: 1886 resulta muy prometedor y Ready at Dawn se merece un voto de confianza, pero por el momento hemos visto demasiado poco. Gráficos aparte, donde será un referente cuando salga, el título solo nos deja dudas en qué más ofrecerá en su jugabilidad. Necesitamos ver más armas y tiroteos, saber qué más podremos hacer aparte de aniquilar revolucionarios, para saber cómo complementarán con juego una historia tan poco ortodoxa. Se ha retrasado pero no está tan lejos. A principios de 2015 estará en las tiendas.