En marzo de 2014 Ubisoft lanzó South Park: La Vara de la Verdad, una aventura de rol desarrollada por los maestros del género Obsidian, que fue prácticamente un milagro para los que amamos esta serie de televisión. Un RPG divertidísimo, gamberro, lleno de buenas ideas, que clavaba el aspecto visual de la serie de animación, y donde se notaba a cada minuto que habían estado fuertemente implicados en el desarrollo los creadores de estos personajes, Trey Parker y Matt Stone, algo que no había ocurrido de semejante manera con cualquier otra adaptación.
Ya entonces nos dimos con un canto en los dientes por poder disfrutar de semejante juegazo, pero cuál fue nuestra sorpresa cuando Ubisoft anunció en el E3 de 2015 que se estaba gestando una continuación: South Park: Retaguardia en Peligro. Ya hemos podido jugarlo durante varias horas, y podéis estar tranquilos todos los que disfrutasteis del primero, ya que al menos en un principio no se nota la ausencia de Obsidian, ya que ahora lo desarrolla Ubisoft San Francisco.
Estamos ante una aventura de rol con el mismo planteamiento del primero: todo un pueblo para explorar, una divertida historia que sirve como excusa para llevarnos de un lugar a otro y vivir todo tipo de divertidas situaciones, y un sistema de combate por turnos que es quizás la parte que más se ha renovado en esta secuela, al contar ahora con un toque de estrategia que no estaba en el primero.
Los escenarios donde se desarrollan los combates cuentan con un suelo dividido en casillas, y como si se tratara de un juego de estrategia por turnos tipo XCOM, Fire Emblem o el reciente Mario + Rabbids Kingdom Battle, podemos movernos en cada turno por el escenario antes de ejecutar un ataque.
Tenemos ataques que alcanzan varias casillas o que se ejecutan en distintas direcciones, lo que nos permite dañar a varios enemigos, y en ocasiones tenemos que situarnos en algún lugar en concreto si no queremos ser víctimas de un poderoso ataque especial.
Más adelante también se añaden objetos que hacen de coberturas en los escenarios, y es un toque estratégico que se agradece mucho, que hace que los enfrentamientos sean más complejos, algo que era uno de los puntos flacos del primero.
También los árboles de habilidades y mejoras son un poco más profundos, y se ha incluido un inevitable sistema de creación de objetos, que no puede faltar en ningún videojuego contemporáneo, pero que aquí tiene mucho sentido, al tratarse de un RPG en el que estamos constantemente recogiendo objetos de los escenarios.
Lo demás sigue siendo bastante parecido, cada personaje tiene distintos tipos de ataques o magias, podemos usar objetos para curarnos la salud, estados alterados o potenciar los ataques, y también hay invocaciones, como la de Jesucristo. Pero lo que molaba mucho del primer South Park no era solo la parte de los combates, sino también la exploración que era muy divertida, con pequeños puzles y secretos que para solucionarlos o descubrirlos nos obligaban a interactuar con el escenario de diferentes maneras.
Eso se mantiene también en esta secuela, y nos lo pasamos en grande explorando los hogares y comercios de South Park, con algunos coleccionables muy simpáticos, como las uvas de la nostalgia, algo que conoceréis muy bien los que estéis al día con la serie. Como siempre tenemos que desbloquear nuevas acciones para poder acceder a determinados lugares o conseguir algunos objetos que no podemos alcanzar en las primeras horas, todo esto mientras interactuamos con los personajes del pueblo, ya sea hablando, golpeándoles o tirándonos ventosidades, comprobando sus divertidas reacciones.
Ya sea combatiendo, explorando o disfrutando de la historia a través de las cinemáticas, siempre te estás divirtiendo con South Park: Retaguardia en Peligro, y es sorprendente la facilidad que tiene para sacarte constantes sonrisas y algunas carcajadas, algo que muy pocos videojuegos consiguen. Si eres un fan de South Park es un continúo festín, está repleto de referencias a los capítulos de la serie, pero también hay chistes y escenas que funcionan por sí solas, que hablan de temas sociales o de rabiosa actualidad, que potencialmente pueden hacer gracia a cualquiera, sigas o no la serie.
Por ejemplo, en las últimas horas se está hablando mucho de su editor de personaje, en el que al elegir el color de la piel la dificultad aumenta cuanto más oscuro seas, una genial crítica social, que además utiliza una herramienta habitual del mundo de los videojuegos. Esto ocurre varias veces a largo de la aventura, y nos alegramos porque esta vez no está censurado en ningún lugar del mundo.
Contemplamos secuencias realmente perturbadoras que no nos podíamos creer que se hubieran incluido en un videojuego, como un combate contra dos curas pederastas que intentaban agredirnos sexualmente, algo que nos flipó bastante. Ya es hora de que los videojuegos sean tratados como un producto cultural que disfrutan muchísimos adultos, y que puedan incluir sin problemas contenidos que veríamos en cualquier serie de televisión o película, sin necesidad de cortarse un pelo. Puede resultar anecdótico, pero con pasos como este se va allanando el camino.
Otra escena que nos pareció muy mordaz fue una visita al colegio, en la que el orientador social nos hacía un test para averiguar nuestra identidad de género, pudiendo elegir entre múltiples opciones, algo que luego tenía su repercusión en el juego. Esta situación en concreto nos recordó mucho al actual tono de la serie, centrada totalmente en temas sociales y políticos, y que ya hace mucho dejó de lado el vocabulario soez y lo escatológico, una evolución hacia la madurez de sus creadores que han ido reflejando constantemente en la serie.
En cambio en el juego sí que hay una parte que no nos acaba de convencer del todo, es esa obsesión por hacer de lo escatológico algo importante del desarrollo, teniendo que tirarte pedos y defecar en cada localización a través de un alocado minijuego. Sí, te hace gracia las primeras veces, y no tenemos nada en contra de este tipo de humor, pero para cualquiera que siga viendo la serie actualmente, esto rechina bastante, South Park dejó de lado este enfoque hace mucho tiempo.
Hemos encontrado chistes y secuencias realmente graciosos en estas primeras horas, pero a diferencia del primero se sienten como gags aislados de un todo, con una historia peor construida, más torpe a la hora de conectar los diferentes personajes y localizaciones. Evidentemente solo hemos jugado el arranque y la cosa puede mejorar y cobrar sentido más adelante, y tenemos mucha curiosidad por saber si por ejemplo va a ser un juego más largo y con más contenidos que el primero, que era un tanto corto.
En cualquier caso esto son unos meros apuntes o sensaciones de un juego que nos sigue pareciendo divertidísimo, y un soplo de aire fresco pese a que sea tan parecido al primero. Propone algo tan original y único, que no podemos encontrar en ningún otro título, que se puede permitir el lujo de ser continuista y no aportar excesivas novedades.
En esta ocasión además de contar con textos en español también llegará con voces en castellano, aunque todavía no hemos podido escuchar el doblaje, y tenemos mucha curiosidad por hacerlo, aunque sepamos que las voces originales en inglés, que ponen los propios Trey Parker y Matt Stone, son insuperables.
Más grande, más largo y sin cortes
El hecho de que exista esta secuela ya es sorprendente, no imaginábamos que el primero hubiera sido tan exitoso, y los fans de South Park volvemos a estar de enhorabuena, porque es un auténtico regalo poder disfrutar de un de juego de rol que adapta con semejante acierto una de las mejores series de animación de la historia. Igual de divertido y gamberro, jugablemente un poco más complejo, South Park: Retaguardia en Peligro no va a decepcionar, y ya tenemos muchas ganas de que llegue el 17 de octubre para poder disfrutarlo al completo.
Hemos escrito estas impresiones tras jugar a una beta de la versión de PS4 en un evento organizado por Ubisoft.