Con PES hemos pasado, en estos casi 20 años de saga, de disfrutar de cada cambio por mínimo que fuera hasta acabar excusando fallos para destacar virtudes de manera forzada. Recordamos con mucha nostalgia incluso las versiones exclusivas para la liga japonesa de Winning Eleven, igual que aquellos grandes PES, especialmente el 3 y el 5 de PlayStation 2, y nos enfadamos viendo el panorama actual, en el que Konami, por el motivo que sea, ha perdido fuelle hasta el punto de no haberse adaptado a una generación que ya ha llegado a su fin.
Con la entrega de 2014 se dio un salto importante, de los que marcan un punto de inflexión. El uso del Fox Engine supuso un nuevo camino para Konami, y PES en este caso actuó como conejillo de indias y preludio del juego estrella de la compañía, Metal Gear Solid V. El resultado del ensayo no fue del todo malo, aunque con matices, como todos sabéis.
Faltaron cosas esenciales, sobre todo a nivel de opciones. No había muchos campos, se echaban de menos licencias, opción de lluvia y nieve…en general acabamos con un sabor de boca agridulce, debido a que de alguna manera tuvimos la sensación de probar un producto sin terminar.
Durante este E3, el primero después del estreno de la nueva generación, hemos podido probar algunos juegos que suponen el asentamiento de la misma, y como cada año hemos visitado el stand de EA para su nuevo FIFA. Lo que no esperábamos era encontrar el juego de Konami. De hecho, ha sido casi por accidente. PES este año se situaba dentro de una especie de bar deportivo recreado para la ocasión, al lado del mastodonte protagonizado por Snake, y nosotros, como fans acérrimos que hemos sido de la saga desde los primeros Winning Eleven (que es como se conoce el juego en Japón), no hemos dudado en entrar para probar unos cuantos partidos.
Lo primero que nos ha llamado la atención, y además de manera poderosa, es el empeño de los desarrolladores en que tanto periodistas como aficionados den su punto de vista. Nos hemos visto asaltados por peticiones de feedback de manera verbal y escrita, con incluso una encuesta donde nos pedían que fuéramos muy honestos. Las preguntas iban desde el típico "a qué juego de fútbol sueles jugar" a valorar de más a menos convincente la animación de los disparos, habilidad del portero y demás. Vamos, toda una declaración de intenciones por parte del PES Team, que no quiere darse por vencido y pretende escuchar a los usuarios de manera más activa que nunca.
Después de ser sinceros con nuestra opinión sobre lo que nos gustó y decepcionó PES 2014 pasamos a sentarnos en la barra de bar para probar la nueva versión. Cabe destacar que por primera vez lo hemos hecho en la nueva generación, concretamente en PlayStation 4, y que después de jugar sobre una decena de partidos hemos salido relativamente contentos. Esta demo solo disponía de dos equipos: Bayern de Munich y Juventus de Turín, ambos con las plantillas y equipaciones actualizadas hasta la fecha. Podíamos cambiar entre nivel de dificultad "normal" y "estrella", sin término medio, y solo disponíamos del Konami Stadium como feudo, a plena luz del día. Pocas opciones en una versión dispuesta para que el jugador se centrara en el partido y las sensaciones a los mandos.
Nuestra primera impresión es la de un juego muy parecido a PES 2014. Evidentemente se mueve mejor y es más nítido, gracias al potencial de las nuevas consolas, pero en cuanto al manejo es muy similar. Se ha añadido un control preciso del balón al pulsar R2 y el stick izquierdo, que permite al jugador pisar y salir hacia cualquier dirección con mayor elasticidad, y por lo menos en las transiciones entre ataque y defensa nos costó menos irnos en velocidad de nuestro marcador, tanto con el balón como sin él. Es más evidente la diferencia entre por ejemplo Robben y Llorente, y ya no hace falta tirar el balón hacia delante para regatear al contrario.
Eso sí, los problemas dentro del área siguen existiendo. Hay animaciones muy buenas para las paradas, pero los porteros siguen rechazando balones muy sencillos y no han desaparecido algunas cantadas bochornosas. Tampoco nos convencieron las animaciones en los amagos de tiro y pase, pero sin embargo vimos algunos destellos en quiebros en carrera muy realistas. Estos altibajos no impidieron que disfrutáramos de algunas acciones brillantes, como jugadas al primer toque que acababan con un remate a bocajarro. Es un juego más ágil, que responde muy bien a los controles y que recoge la base de la última versión de PES 2014, pero que desgraciadamente sigue arrastrando algunos de sus errores.
Es muy pronto para sacar conclusiones, pero si hemos salido ilusionados de esta prueba es precisamente por las ganas que tiene el equipo de PES por hacer que su juego guste. Nos han acompañado en todo momento preguntando qué mejoraríamos, y ahora que técnicamente es un juego que funciona a la perfección, solo queda centrarse en el apartado jugable. Por otra parte, pudimos apreciar algunos carteles colgados en la sala que auguraban la continuidad de licencias como la Champions y Europa League o la Liga Argentina, pero no nos han podido decir nada sobre nuevas inclusiones. Así que a falta de más información en futuros trailers, deseamos que Konami dé con la tecla y consiga que este PES 2015 progrese adecuadamente. Puede que este año no sea el definitivo, pero por lo menos pedimos continuidad, y que esos años oscuros llenos de experimentos queden enterrados para siempre.