People Can Fly es un estudio que ha demostrado que es capaz de ofrecernos unos juegos de acción de corte arcade divertidísimos y espectaculares. No en vano, hablamos de los creadores de títulos como Painkiller y Bulletstorm, cuyas propuestas no podían ser más directas y adictivas, aunque también se han permitido el lujo de coquetear con grandes licencias del género como Gears of War.
Gameplay comentado
Ahora, y tras haberse independizado de Epic Games, el equipo polaco se dispone a volver a la carga con Outriders, una ambiciosa aventura que busca combinar acción en tercera persona, rol y un fuerte componente multijugador en un oscuro mundo de ciencia ficción.
En Vandal ya hemos tenido la oportunidad de jugar sus primeras horas y aunque nos gustaría poder decir otra cosa, lo cierto es que este primer contacto nos ha dejado muy, muy fríos.
El destino de la humanidad
Por esta descripción que os acabamos de dar no os resultará difícil adivinar que este proyecto es muy diferente a cualquier cosa que haya hecho el estudio antes, algo que se nota desde un primer momento por el ritmo tan lento y pausado que tiene su desarrollo, con montones de secuencias de vídeo, conversaciones con varias respuestas posibles (nada demasiado complicado ni que afecte a la trama) y elementos de gestión y personalización de nuestro héroe o heroína, avatar que podremos crear con un sencillo editor.
La premisa argumental no es especialmente original: en un futuro distante la Tierra se muere y la humanidad envía dos grandes naves a explorar el espacio en busca de un planeta en el que asentarse y empezar de nuevo. Al llegar al que parece el mundo perfecto para nuestra especie, el grupo de expedición al que pertenecemos se topa con una misteriosa anomalía que genera todo tipo de fenómenos ambientales y desintegra cualquier cosa que se cruza en su camino, desatando el caos y la destrucción a su paso.
Sin embargo, quienes consiguen sobrevivir a ella adquieren grandes poderes que les permiten modificar el tiempo y el espacio, incinerar a sus enemigos e incluso controlar los elementos. Por supuesto, nosotros seremos uno de esos pocos "afortunados", aunque por motivos de seguridad seremos criogenizados durante 30 años. Tal y como podréis suponer, al despertar nos encontraremos con un mundo muy cambiado y asolado por la guerra entre diferentes facciones, momento en el que empieza realmente la aventura.
Lamentablemente, lo que hemos visto de la historia no nos ha terminado de enganchar, con unos diálogos no demasiado bien escritos, personajes con los que resulta difícil empatizar y un ritmo que no termina de casar con su decidida apuesta por el multijugador. De hecho, hemos podido disfrutar de nuestra sesión de juego en compañía de dos redactores de otros medios y entre lo numerosas y largas que son sus secuencias de vídeo y lo poco interesante que nos resultaba lo que nos contaban en ellas, nuestra atención solía desviarse con facilidad hacia las charlas que tenían lugar en el chat de voz. Sí, podemos saltar estas escenas para ir directos a pegar tiros, pero no parece lo ideal en un juego que da tanta importancia a su narrativa y que intenta desesperadamente sumergirnos en su universo.
Armas y poderes
Como buen RPG que quiere ser, una de las primeras decisiones que tendremos que tomar será escoger la clase de nuestro personaje. Si bien en la demo solo nos han permitido probar tres de ellas, en la versión final habrá cuatro distintas. A efectos prácticos, estas las podemos resumir en el guerrero, el pícaro y el mago, y cada una de ellas está enfocada a que juguemos de una forma u otra.
Por ejemplo, si decidimos ser un Devastator (el tanque del juego), tendremos mucha vida, contaremos con varias habilidades defensivas y se nos premiará por luchar contra nuestros enemigos en las distancias cortas, por lo que resulta una clase ideal para quienes prefieren ir de frente y meterse en medio de todos los enemigos para sembrar el caos y la destrucción. En cambio, si optáis por el camino del Pyromancer (el mago), jugaréis de una forma muy distinta, ya que no tendréis mucho aguante y buscaréis freír a vuestros rivales desde la distancia con habilidades de fuego capaces de desatar un auténtico infierno en el campo de batalla. Finalmente, el Trickster (el equivalente al pícaro) se centra en el control del espacio para aniquilar a los rivales a corta distancia sin exponerse demasiado, así que es capaz de ralentizar el paso del tiempo en un área determinada y realizar ejecuciones con una potente espada que necesita unos segundos para recargarse.
Un detalle que nos ha gustado bastante es que cada una de estas especializaciones cuenta con su propia mecánica para curarse, forzándonos así a jugar de una manera más o menos específica. Por ejemplo, los Devastators se curan simplemente al matar a un rival que esté muy próximo a él, haciendo que armas como las escopetas sean realmente útiles y devastadoras en sus manos, mientras que los Pyromancers necesitarán eliminar rivales prendiéndoles fuego para así sanar sus heridas. Eso sí, si nuestra vida baja de cierto límite, esta se regenerará automáticamente hasta alcanzar esa cantidad pasados unos segundos, garantizando así que siempre podamos tener un margen de maniobra para que no lleguemos a un momento en el que nos eliminen de un solo golpe sin que podamos hacer nada para evitarlo.
Por lo demás, podéis esperar un gunplay muy normalito al que le falta algo más de peso y contundencia, un sistema de coberturas sorprendentemente clásico en el que el personaje se pega a la pared o al sitio de turno cuando pulsamos el botón correspondiente junto a él y unos tiroteos que, al menos en cooperativo, se hacen amenos y entretenidos entre el uso de armas, habilidades y estrategias de equipo. Ahora bien, se nota que el juego todavía está en desarrollo y que tienen muchísimas cosas que pulir, empezando por el mismo equilibrio de clases y armas, completamente descompensado a día de hoy, y continuando por la nula inteligencia artificial de los rivales. De igual modo, la estructura de su mundo es muy tradicional, con diversas ciudades en las que comerciar, aceptar misiones y organizarnos con nuestros compañeros antes de salir de aventuras.
Evidentemente, huelga decir que podremos personalizar y equipar a nuestro personaje recogiendo todo tipo de armas y piezas de armadura durante las misiones, clasificadas con el habitual código de colores para indicarnos su rareza y potencia, y tampoco faltará a la cita un árbol de habilidades en el que podremos invertir los puntos que obtengamos al subir de nivel.
Como veis, es una obra que no da la impresión de hacer nada nuevo, algo que no debería ser necesariamente malo. El problema es que no tiene éxito en todo lo que se propone y las cosas que mejor han quedado no son especialmente sorprendentes ni están por encima de la media, por lo que al final la sensación que nos deja es la de estar ante "otro más". Eso sí, estamos seguros que a muchos os alegrará saber que, a pesar de su enfoque, no será un juego como servicio y la idea es que el producto que llegue a nuestros manos cuando se lance sea ya el título completo, por lo que no recurrirá a micropagos, cajas de botín ni nada similar. De hecho, nos han adelantado que la historia principal durará unas 40 horas.
¿Gráficos de nueva generación?
Un detalle que no habíamos mencionado hasta ahora es que Outriders no solo se lanzará en PC, PlayStation 4 y Xbox One, ya que también se estrenará en PlayStation 5 y Xbox Series X, por lo que será uno de los primeros juegos en desembarcar en la nueva generación de consolas. Evidentemente no nos han permitido probarlo en ninguna de ellas y no nos han querido detallar nada al respecto, como si tendrán juego cruzado con las máquinas actuales o no, pero sí que hemos podido probarlo en un ordenador de gama alta con todas sus opciones de vídeo al máximo, por lo que supondremos que no se verá muy distinto.
Eso sí, no esperéis ningún despliegue técnico que os deje con la boca abierta, ya que a nivel gráfico dista de sorprender incluso para los estándares de hoy en día, con unos modelados simplemente notables y unos efectos que no siempre están a la altura. Eso sí, tenemos que reconocer que a la hora de pegar tiros y plantear algunas situaciones es un espectáculo, especialmente cuando jugamos con amigos y todo se llena de enemigos, poderes, explosiones y desmembramientos por doquier, ofreciéndonos una experiencia muy resultona y llamativa. Además, la ambientación está muy lograda y los escenarios están bastante detallados, sumergiéndonos de lleno en un mundo oscuro y decadente, pero que también esconde cierta belleza.
Quizá lo que menos nos ha gustado ha sido su dirección artística. No es que sea mala, pero sí que hemos notado que le falta cierta personalidad, especialmente en lo referente al diseño de personajes. La mejor parte en este sentido se lo llevan las armas y armaduras, inesperadamente recargados y con una estética muy retorcida y agresiva. Eso sí, la demo que hemos probado nos ha parecido que está muy verde y tiene muchísimo trabajo por delante, con numerosos elementos sin finalizar y bugs que nos han impedido disfrutar realmente lo jugado, algo que esperemos solucionen en todo este año que tienen antes de que llegue a las tiendas. Del sonido no tenemos demasiado que comentar todavía, más allá de una banda sonora muy cinematográfica que ambienta bien nuestros tiroteos pero a la que le falta algo más de variedad, unos efectos contundentes y satisfactorios, y un correcto doblaje al inglés.
La batalla en Enoch comienza a finales de 2020
Outriders es un juego al que se le ven buenos mimbres, pero que tiene muchísimo trabajo que hacer si quiere competir en un mercado saturado de experiencias similares y de gran calidad. De momento, lo que hemos probado es una aventura que no ofrece nada especialmente destacable y que se limita a cumplir su función de entretener y distraernos pegando tiros con los amigos, lo que no es poco. Pero, ¿será suficiente? Esperemos que en People Can Fly sepan lidiar con todos sus defectos y problemas y consigan culminar esa ambiciosa odisea que tienen en su cabeza y en la que tanto se están esforzando, ya que es un estudio que ha demostrado tener calidad de sobra para ello.
Hemos realizado este artículo tras probar el juego en un PC de gama alta en un evento celebrado en Varsovia organizado por Square Enix.
