Llevábamos años esperándolo. Final Fantasy Type-0 es uno de esos juegos que ha sabido cómo hacernos sufrir prácticamente desde que se anunció para PSP, ya que cada nuevo tráiler, imagen e información que veíamos sobre él no hacía más que ponernos los dientes más y más largos. Pero como a veces suele ocurrir con este tipo de producciones, el anuncio de una versión occidental parecía no llegar nunca y con el final del ciclo de vida de la primera portátil de Sony, las esperanzas de verlo en las tiendas de nuestro país no hacían más que disminuir.
A pesar de ello, no éramos pocos los que veíamos un rayo de esperanza en la actual moda de las remasterizaciones en alta definición, confiando en que al menos el juego diera el salto a PS Vita en algún momento y con ello Square Enix por fin se animara a traerlo por estos lares.
Por suerte, no estábamos muy equivocados al pensar así y las súplicas de los fans por fin consiguieron que se produjera el milagro en el E3 del año pasado: Final Fantasy Type-0 HD sería una realidad y esta vez sí llegaría a Occidente.
Lo que sí que no nos esperábamos para nada fueron las plataformas para las que se anunciaría: PlayStation 4 y Xbox One. Inexplicablemente y por algún motivo, Square Enix ha tomado la decisión de no lanzarlo en PS Vita, la plataforma que parecía más lógica, y de la misma forma deja fuera de la ecuación a PlayStation 3 y Xbox One, consolas en las que habría sido perfectamente posible su estreno, más todavía teniendo en cuenta que se trata de una remasterización de un juego de PSP y no de un remake completo.
Pero el hecho es que este mismo mes por fin vamos a poder disfrutarlo, aunque sea con años de retraso, y con la versión final ya en nuestras manos, os podemos ir adelantando que esa larga espera parece haber tenido su recompensa, ya que nuestras primeras horas por el mundo de Orience nos han cautivado y dejado un gran sabor de boca, de forma que si todo sigue su rumbo y las cosas no se tuercen en lo que nos queda de juego (que es bastante todavía), podréis señalar con toda seguridad en vuestro calendario el 20 de marzo (día en el que se estrena en las tiendas) como una fecha a tener muy en cuenta.
Eso sí, hay algo que tenéis que tener muy claro: se trata de un juego de PSP. Por mucho HD que lleve en el título, este nunca esconde su naturaleza y origen portátil, algo que se deja notar no solo en su apartado gráfico, sino en muchos aspectos de su jugabilidad, así que si esperáis encontraros con una superproducción de sobremesa os vais a llevar una gran decepción porque no es el caso.
Una vez aclarado esto (se trata de una pequeña barrera que hay que superar para poderlo disfrutar plenamente) decir que estamos ante un Final Fantasy muy distinto si lo comparamos con el resto de juegos de la saga, aunque al mismo tiempo, consigue mantener y retener esa esencia tan característica de la serie para que nos sintamos como en casa. De hecho, tiene muchos detalles que hacen de él un título que de haberse enfocado de otra forma podría haberse convertido perfectamente en una entrega numerada, ya que tiene más de Final Fantasy que muchos de sus hermanos mayores.
El argumento tiene un punto de partida muy interesante, situándonos en un mundo en guerra dominado por cuatro grandes naciones en el que una de ellas ha decidido pasar a las hostilidades sin previo aviso, generando un conflicto de carácter mundial en el que nos veremos inevitablemente inmersos.
Si bien, este tipo de guion no es que sea muy nuevo dentro de la propia saga, sí que lo es el tono con el que se nos cuenta, así como lo oscura y cruda que resulta su narrativa, queriéndonos mostrar en todo momento lo dura que puede llegar a resultar una guerra, con muertos por todos lados, ciudades destruidas y litros de sangre tiñendo el campo de batalla, algo de lo que seréis muy conscientes nada más terminéis de ver su impactante introducción, de la que preferimos no decir nada.
En el juego encarnaremos a los miembros de la Clase 0 de Aspirantes a Agito, un grupo de estudiantes de élite con una serie de habilidades fuera de lo común que por motivos que no desvelaremos se convertirán en la principal baza del Dominio de Rubrum para darle la vuelta a una guerra desesperada en la que llevan todas las de perder.
Por lo que llevamos jugado, los integrantes de la Clase 0 tienen más importancia y protagonismo como grupo que como individuos, ya que no nos han permitido conocerlos todavía demasiado bien uno por uno y durante las misiones el resto de personajes siempre se dirigirán a ellos en plural. Evidentemente, hay unos pocos que destacan algo más y parecen llevar la voz cantante, por lo que tendremos que seguir avanzando para ver si todos consiguen ganar algo de importancia y relevancia en la trama principal para ayudarnos a empatizar con ellos.
De todos modos, al final acabaremos conociéndolos bien a todos si queremos. Esto se debe al inteligente sistema de tiempo que se ha introducido en el juego. Cuando no estemos cumpliendo una misión principal de historia, nos darán total libertad para explorar a nuestro gusto la Academia a la que pertenecemos y las zonas del mapamundi (sí, todavía hay juegos de rol japonés que por suerte no se olvidan de esto) que hayamos desbloqueado.
Lo interesante es que la mayoría de acciones que realicemos aquí nos consumirán tiempo. Por ejemplo, mantener una conversación especial con alguien nos llevará dos horas y salir al mapamundi seis. Cuando se nos acabe el tiempo que nos hayan dado, comenzará una nueva misión de historia. Si no queremos hacer nada, siempre tendremos la opción de avanzar directamente al "Día D" para que comience inmediatamente la siguiente misión.
Nosotros decidimos cómo invertir nuestro tiempo y qué hacer: prepararnos para la batalla, ver conversaciones y eventos especiales (estos nos ayudarán mucho a conocer un poco mejor la personalidad e incluso trasfondo de los protagonistas, por lo que resultan muy recomendables), realizar encargos, criar Chocobos (cuánto echábamos de menos esto en un Final Fantasy para un jugador...) o mantenernos ocupados con actividades de todo tipo.
Un buen detalle es que todas las actividades y mecánicas del juego las iremos desbloqueando poco a poco, por lo que no nos abrumarán demasiado de primeras, pero no tardaremos en llegar a un punto en el que tendremos tantas cosas para hacer y tan poco tiempo que nos veremos obligados a planificar con mucho cuidado cada día para aprovecharlos al máximo.
En lo que respecta al sistema de combate, este es en tiempo real y apuesta fuertemente por la acción, aunque esconde un gran componente táctico que nos dejará bien claro que la estrategia de lanzarnos al ataque aporreando botones es de todo menos recomendable, a menos que queramos acabar viendo una bonita pantalla de Game Over con la opción de cargar partida.
Type-0 es un juego exigente incluso en su modo de dificultad normal, y de hecho, os recomendamos empezar en esta modalidad, ya que en difícil los enemigos son 30 niveles más de lo habitual, lo que convierte los primeros compases de la aventura en un auténtico infierno con rivales que nos sacarán el suficiente nivel como para matarnos de un solo golpe. Por suerte, siempre que no estéis en una misión podréis cambiar la dificultad, por lo que siempre tendréis la oportunidad de ajustar el nivel de reto a vuestras necesidades y preferencias.
En la batalla podremos llevar hasta tres personajes activos, aunque si uno muere lo podremos reemplazar por cualquiera de los que queden vivos en la retaguardia, de forma que tendremos algo así como 14 vidas en total desde el mismo principio del juego. Cada personaje puede tener una habilidad defensiva equipada, dos básicas y sus combos propios. Esto puede no parecer mucho, pero cuando te das cuenta de lo enormemente diferenciados que están unos de otros, lo personalizables que son y que cada uno de ellos viene mejor para una situación u otra, la cosa cambia considerablemente.
Prácticamente nos veremos obligados a aprender a utilizar 14 personajes distintos (y hay algunos de ellos muy complicados de dominar), a conocernos sus características al dedillo y a saber cómo sacarles partido. Y olvidaros de eso de solo centraros en unos pocos, ya que el título nos está dejando bien claro que vamos a necesitarles a todos. Los enemigos quitan bastante vida con sus golpes y nuestros protagonistas pueden acabar besando el suelo a poco que nos despistemos, obligándonos a seguir combatiendo con los siguientes de la lista. También hay habilidades tan importantes como la de invocar Eidolones que nos obligarán a sacrificar a nuestras unidades para poderlas utilizar y no serán pocas las situaciones en las que nos veremos inmersos en una batalla que no podremos ganar, lo que se suele saldar con varias bajas en la huida.
Otro detalle muy importante y que nos ha gustado mucho de su sistema de combate, es la presencia de unas "oportunidades" que tendremos para realizar grandes daño a los enemigos. Todos los monstruos y rivales a los que hagamos frente suelen dejar durante unos segundos sus defensas desprotegidas tras realizar un ataque o justo antes, momento en el que aparecerá un círculo rojo o amarillo si los tenemos fijados para indicárnoslo.
Si es amarillo ejecutaremos un gran golpe y si es rojo los mataremos directamente, por lo que os podéis hacer una buena idea de la importancia que tiene estudiar a los enemigos y sus movimientos para acabar con ellos de la forma más rápida y limpia posible. De hecho, si atacamos continuamente estos puntos débiles casi no se mostrarán, por lo que la paciencia es toda una virtud en este juego.
Otra característica a tener en cuenta es la de las debilidades y fortalezas de los rivales. Como suele ocurrir en los juegos del género, cada una de las criaturas es débil o fuerte a unos determinados elementos y tipos de daño, por lo que os recomendamos que siempre tengáis un poco de todo en el grupo activo. Además, a esto hay que sumarle la importancia de la climatología, ya que esta afectará directamente a nuestras habilidades. Por ejemplo, si llueve nuestros hechizos de fuego se volverán inútiles, pero probad a lanzar uno eléctrico y veréis cómo sus números y efectos se disparan.
En líneas generales, combatir nos está resultando una experiencia muy divertida, profunda, táctica, desafiante e incluso un poco frenética, ya que todo se desarrolla a gran velocidad y nuestros reflejos y capacidad para improvisar se verán puestos a prueba con bastante frecuencia. Y eso que solo hemos empezado a rascar la superficie...
A nivel gráfico, tenemos que volver a lo que dijimos al principio del texto: estamos ante un juego de PSP, con todo lo que ello conlleva. Sí, el título tiene un gran apartado artístico que consigue que todo se vea relativamente bien y sea agradable para la vista. Además, los modelados de los protagonistas están bastante bien y en las escenas cinemáticas no tenemos casi ningún problema con ellos más allá de alguna que otra textura y los dedos de las manos, que se ven demasiado rectangulares.
El problema viene cuando en los escenarios vemos unas texturas horribles con nula resolución que cantan desde la otra punta de la pantalla, polígonos muy visibles y lo peor de todo: el modelado de los personajes secundarios. Al igual que ocurrió con Final Fantasy X, la diferencia que hay entre los protagonistas y el resto es abismal, algo especialmente notable en la Academia, con unos estudiantes que lucen fatal y a los que es mejor no mirar fijamente.
Además, el mundo está muy fragmentado y estaremos constantemente pasando pantallas de carga (que son más bien anecdóticas ya que no duran nada). De hecho, los mapas de las misiones están estructurados de una forma muy similar a lo visto en la saga Monster Hunter. Si bien en estos casos no es algo que nos moleste especialmente, el hecho de que el mapamundi también esté dividido por cargas es algo que ya no nos ha gustado tanto, rompiendo la unidad y la sensación de estar explorando un enorme mundo más de lo que nos gustaría.
Tampoco entendemos demasiado bien que el juego no funcione a 60 imágenes por segundo, cuando PlayStation 4 y Xbox One deberían de poder de sobra con ello. El título va totalmente fluido y mantiene los 30 fps de forma constante (cosa que la versión de PSP no podía decir), por lo que se deja jugar de maravilla, pero dada la naturaleza tan ágil y frenética de las batallas, una tasa mayor de fotogramas por segundo le habría sentado de maravilla.
A lo que no le podemos poner ni una sola pega es al sonido, con una banda sonora increíble, repleta de coros, temas épicos y geniales remezclas de muchos clásicos de la saga. Los efectos también tienen mucha calidad y si optáis por el doblaje japonés para las voces de los diálogos terminaréis de disfrutar de una experiencia de audio de primer nivel (el inglés es muy irregular y no nos ha convencido demasiado).
Orience es enorme y todavía nos quedan muchísimas cosas por descubrir y explorar en profundidad, como su sistema de objetivos secundarios durante misiones, las batallas de estrategia en tiempo real que tienen lugar en determinados momentos de la historia, el desarrollo de su trama principal y de los personajes, los encargos, el sistema de personalización y evolución de los protagonistas y de sus magias, la crianza de Chocobos, las posibilidades y funcionamiento de su mapamundi (con combates aleatorios) y un largo etcétera.
Todo ello lo comentaremos dentro de poco, cuando llegue la hora de su análisis (os recordamos que apenas quedan dos semanas para que se ponga a la venta), pero nuestra experiencia hasta el momento está siendo muy satisfactoria. Si bien Square Enix podría haber hecho mucho más para sacarle partido a las nuevas consolas y mejorar su apartado técnico para que luciera bastante mejor, lo cierto es que estamos disfrutando como niños pequeños con su intrigante y oscura historia, con todas las opciones que nos brinda, con su banda sonora, con su genial sistema de combate y, en definitiva, con todo lo que tiene que ofrecernos. Así que preparaos, que la guerra por Orience está a punto de comenzar y hacen falta héroes.