La saga DOOM es un mito en el mundo de los videojuegos por lo que supuso para la acción en primera persona, y curiosamente no ha sido muy explotada, ya que en sus más de 20 años de historia apenas se han lanzado tres entregas principales. Bethesda y los padres de la criatura, id Software, llevan años preparando un regreso que se ha hecho de rogar, con un desarrollo un tanto turbulento, pero que parece que ha llegado a buen puerto por lo que hemos podido comprobar en las últimas horas.
El 13 de mayo se pondrá a la venta DOOM en Xbox One, PlayStation 4 y PC, y aunque lo más apetecible para muchos será su espectacular y violenta campaña para un jugador, este fin de semana se está celebrando la beta cerrada multijugador, que nos ha dejado un excelente sabor de boca, y que ha incrementado nuestras expectativas hacia el juego en todos los sentidos.
Lo que más nos gusta del multijugador de DOOM es que es una apuesta totalmente diferente a los títulos más exitosos de los últimos años como Call of Duty, Battlefield, Counter-Strike: Global Offensive o esa nueva oleada de juegos de acción con toques de MOBA, o los también conocidos como heroe shooter, un término que se va a poner de moda con títulos como Overwatch de Blizzard y Battleborn de Gearbox.
DOOM es un viaje al pasado, y toma prestado el espíritu de dos juegos que nos hicieron disfrutar muchísimo como Quake III Arena y Unreal Tournament, ambos de 1999, de los primeros osados en ofrecer acción en primera persona totalmente centrada en el multijugador, para que veáis que no es algo nuevo. Evidentemente se parece mucho más a Quake III, que también fue desarrollado por id Software, pero no se han limitado a copiar y traer de vuelta su concepto, sino que también lo han modernizado o actualizado con bastantes detalles nuevos.
Para quien nunca haya disfrutado de aquellos dos míticos shooters, lo que les diferencia principalmente de los juegos de acción multijugador actuales es su frenetismo, donde moverse con agilidad y rapidez por los escenarios es muy importante, más que apuntar de manera precisa, con una jugabilidad aparentemente sencilla y sin muchos elementos accesorios como personalización de las armas o rachas de bajas, pero con una profundidad enorme: fácil de jugar, difícil de dominar, como los mejores arcades.
Como jugadores que disfrutábamos muchísimo de Quake III, casi se nos cae una lagrimilla al empezar a jugar a DOOM y recuperar esas viejas sensaciones que ya habíamos olvidado, con esa velocidad de movimientos y frenetismo de las partidas, donde no hay un segundo para pararse a pensar. La declaración de intenciones de id Software es absoluta desde el primer segundo, y la clase por defecto con la que empezamos a jugar es la llamada Asalto, cuya arma principal es un Lanzamisiles, como el mítico Rocket Launcher de Quake III.
Con esto nos están diciendo que aquí lo importante no es tener buena puntería y ser precisos con los disparos, sino movernos de manera endiablada por el escenario, y sorprender a nuestros enemigos por todos los ángulos. Desde el principio hay detalles peculiares que llaman la atención, como ver los puntos de daño que hacemos a nuestros rivales, pero según jugamos partidas le vamos viendo el sentido, ya que viene muy bien saber cómo de tocado hemos dejado a un enemigo tras un ataque, para replegarnos o rematarle.
Tenemos puntos de salud y de escudo si hemos recogido los ítems oportunos, ya que cada vez que reaparecemos lo hacemos sin escudo, y no hay autoregeneración de vida, por lo que tenemos que recoger objetos por los escenarios para recuperar la salud. Con esto consiguen que te tengas que estar moviendo constantemente, además de con otras recompensas, como armas especiales o potenciadores, que van apareciendo por el mapa y que conviene coger rápidamente para tener determinadas ventajas.
Por ejemplo el Fusil Gauss, cuyos rápidos disparos láser eliminan a los enemigos de un plumazo, incluso pudiendo atravesar a varios a la vez, o la Motosierra, con la que también mataremos a otro jugador de un solo golpe. En el lado de los potenciadores tenemos uno que nos hace invisibles, otro que nos hace más rápidos, o el poderosísimo daño cuádruple, que nos convierte en una máquina de matar durante unos segundos. También hay un elemento bastante curioso, los módulos de pirateo, unas ayudas que podemos activar en cada reaparición, como experiencia extra durante unos segundos, mostrar los tiempos de reaparición de los objetos, o ver a través de todo el mapa al jugador que nos mató la última vez, y que obtenemos como recompensas después de cada partida.
Aquellos jugadores que nunca hayan probado un shooter multijugador de la vieja escuela se van a sentir un tanto perdidos en las primeras partidas, por cosas tan peculiares como las armas, ya que muchas de ellas no tienen un apuntado tradicional, y hay que reconocer que son un tanto extrañas. Además del Lanzamisiles que nos encanta hay un Fusil de asalto pesado, que nos permite apuntar con una mira a distancia, un Fusil de plasma que produce daño a dispersión, la poderosa Súper escopeta, letal a corta distancia, o el Fusil Lanzarrayos.
Podemos llevar equipadas dos armas principales, y no vale jugar todo el rato con la misma, ya que dependiendo de la situación tenemos que ir alternando, un detalle crucial de la jugabilidad y que nos advierten con una pista, al haber puesto el botón de cambiar de arma muy a mano, en R1/RB. Por ejemplo si llevamos equipado el Lanzamisiles y la Súper escopeta, el primero viene bien para espacios abiertos y amplios, pero en un pasillo no es muy recomendable usarlo, ya que nos hacemos daño a nosotros mismos con las explosiones, por lo que conviene cambiar a la escopeta, letal a corta distancia, pero inútil a media o larga. Siempre hay que llevar equipada un arma para espacios amplios, y otra para distancias cortas o lugares reducidos, teniendo que ir alternando entre ellas.
Si bien DOOM tiene el alma de Quake III, su espíritu y forma de entender la acción multijugador, de una manera frenética, también aporta nuevas ideas respecto a aquella antigua fórmula, en un montón de detalles. Por ejemplo tenemos doble salto y la posibilidad de agarrarnos a los salientes, algo que se ha puesto de moda en los juegos de acción en los últimos años, y es realmente útil en un juego en el que moverse con agilidad es importante, ya que aunque los escenarios no son enormes, sí son muy verticales, e incluso tienen cierto "plataformeo", a la hora de coger ciertos atajos o hacerse con algunos ítems colocados con muy mala leche, ya que hay muchos lugares donde nos podemos caer y morir. Es aquí donde se agradece un control que funciona a las mil maravillas, muy precioso.
Los escenarios son realmente divertidos, con teletransportadores, plataformas de salto, bidones explosivos, cieno radiactivo, lava o fosos mortales, y de momento nos ha encantado su laberíntico diseño, aunque solo habrá nueve mapas en el lanzamiento del juego, y nos parece un número un poco escaso.
Los ingredientes que más pueden llegar a molestar a los puristas son dos. Primero las ejecuciones, un movimiento con el que podemos eliminar de manera salvaje a un enemigo cuando esté muy dañado, algo que sabremos porque su cuerpo se ilumina, momento en el que tenemos que darle un golpe cuerpo a cuerpo para que se desarrolle una animación. Y lo que puede ser más controvertido, los demonios, un ítem que recogemos y que nos convierte en uno de los monstruos que nos vamos a encontrar en la campaña, pasando a tener una serie de ataques, movimientos y resistencia fuera de lo habitual.
En la beta está disponible el demonio Revenant, que cuenta con una gran velocidad y que puede planear por el escenario, atacando con su lanzamisiles doble. Se supone que es uno de los demonios más débiles que nos vamos a encontrar, por lo que es relativamente sencillo matarle si vamos en equipo (en un uno contra uno es muy complicado, a no ser que ya esté muy tocado). Lo curioso es que cuando lo matamos el ítem queda en el suelo, y lo puede coger otro jugador, de cualquier de los dos equipos. Habrá más demonios en la versión final, cada uno con características diferentes, como Barón del infierno, Merodeador y Mancubus.
En esta beta hay disponibles dos modos de juego, Partida a muerte por equipos, que no necesita presentación, con dos equipos de seis jugadores cada uno que se enfrentan con el objetivo de ser los primeros en realizar 75 bajas, y Sendero de guerra, este bastante original. Tenemos que competir por hacernos con un único punto de captura que se desplaza sin parar por el mapa, siguiendo un camino prefijado, y con una runa demoniaca que de desplaza en la dirección opuesta, por lo que tenemos que evaluar en cada momento si nos conviene proteger la zona de captura o ir a por la runa, un concepto que proporciona momentos muy divertidos.
DOOM quiere ser un soplo de aire fresco en el género, y eso se nota en multitud de detalles, como sus originales modos de juego, ya que hasta algunos que puede sonar muy manidos tienen sorprendentes variantes. Además de los dos disponibles en la beta en la versión final tendremos Tocar y congelar, en el que con nuestros disparos congelamos a los otros jugadores, y los miembros del equipo tienen que intentar descongelarlos, ganando el equipo que consiga congelar a todos los rivales, y Cosecha de almas, muy parecido a Baja confirma de Call of Duty, pero con nuevas ideas, como en el resto de modos más clásicos, como Dominación y Arena por clanes, cada uno con sus peculiaridades, siempre intentando innovar de alguna manera.
El competitivo con sus seis modos de juego no va a ser el único componente multijugador, y también va a ser importante el interesantísimo SnapMap, un editor en el que podremos crear mapas, misiones y modos de juego, para un jugador, cooperativos o multijugador. Esta parte del juego tiene un potencial enorme, e independientemente de que nos guste ponernos a crear, podremos disfrutar de las creaciones de la comunidad, que viendo el potencial de la herramienta seguro que veremos cosas geniales, con todo tipo de modos horda o incluso pequeñas campañas.
Para tratarse de una beta multijugador gráficamente nos ha gustado bastante, los escenarios cuentan con una buena cantidad de detalles, son coloridos y vistosos, y el juego prioriza por encima de todo unos estables 60fps, sin dejar de ser un juego visualmente atractivo. El mayor defecto en esta beta es un molesto tearing o falta de sincronización vertical que aparece bastante a menudo, y que esperemos esté solucionado en la versión final.
Con ganas de DOOM
Ya le teníamos muchas ganas tras su espectacular presentación en el pasado E3, pero después de probar la beta han aumentado nuestras expectativas, porque el multijugador nos ha parecido divertidísimo, fresco y original, el control es impecable, se ve y se mueve muy bien, y parece que va a ser un producto muy completo, con una elaborada campaña para un jugador, el divertido multijugador y una potente herramienta para crear niveles. No habrá que esperar mucho, el 13 de mayo está a la vuelta de la esquina, y creemos que los amantes de la acción más frenética y desenfada de la vieja escuela se deberían empezar a frotar las manos, porque esto tiene muy buena pinta.
Hemos jugado a la beta en su versión de PlayStation 4, gracias a un código que nos ha proporcionado Bethesda.