Hay muchos juegos clásicos que se quedan en nuestro recuerdo por algún u otro motivo y que, aunque no han vuelto a aparecer por nuestras consolas, siguen estando presentes. Eso pasaba con Splatterhouse, un juego que destacaba por tener una ambientación bastante oscura y sangrienta, inspirada en películas como Viernes 13. El juego estaba enmascarado por un hombre enmascarado que debe abrirse paso acabando con todo tipo de criaturas de pesadilla. Ahora, muchos años después de su última aparición, llega a Xbox 360 y PS3, prometiendo ser más sangriento que nunca.
La historia del juego es bastante sencilla. La novia del protagonista ha sido capturada por criaturas infernales por lo que él deberá rescatarla. Pero sólo no puede, ya que no es rival para todo lo que tiene delante.
Por azares del destino encuentra una máscara que al ponérsela le da una fuerza increíble y unos poderes sobrenaturales. Pero tanto poder tiene sus consecuencias y si no tiene cuidado la máscara acabará poseyéndolo, acabando así la esperanza de salvar a su novia.
Mata todo lo que veas
El juego es un beat’em up en el que deberemos avanzar por unos escenarios bastante lineales acabando con todos los enemigos que salgan a nuestro paso. Tendremos varios tipos de ataques, con X y Y, que podremos encadenar para ganar efectividad. También podremos saltar y agarrar a nuestros enemigos, ocasionando efectos curiosos como el poder arrancarles extremidades y golpearles con ellas. Aunque empezaremos con las manos vacías podremos usar las armas que veamos por el escenario, aunque aparentemente no abundarán. Hasta aquí las cosas son más o menos normales, lo mismo que podemos ver en otros juegos, pero la gracia de Splatterhouse es la máscara y las habilidades que nos dará.
Lo primero que hay que tener claro es que no podremos usar los poderes de la máscara en cualquier momento, sino que deberemos "alimentarla" antes, haciendo que suba una barra. Para ello bastará con acabar con los enemigos, pues iremos aumentando el poder de la máscara con la sangre de los enemigos. Pero debemos tener cuidado, pues si acabamos cubiertos de sangre la máscara nos poseerá. Por ello debemos ir vaciando la barra usando los poderes de la máscara y de paso acabar con unos cuantos enemigos. Y es que estos podremos sobrenaturales nos permitirán realizar ataques tremendamente poderosos o incluso curarnos gracias a nuestros enemigos.
La estructura del juego consiste en avanzar e ira acabando con los enemigos, aunque no está bien planteada, ya que muchas veces no sabíamos que hacer. Por ejemplo, llegamos a un punto en que teníamos una puerta cerrada y no podíamos avanzar, mientras no dejaban de salirnos enemigos. Tras un buen rato matando la puerta se abría, aunque no vimos ninguna lógica. De hecho, poco después nos mataron y tuvimos que repetir la escena y esta vez la puerta se abrió mucho antes, sin saber tampoco que habíamos hecho. Esta situación se repetía varias veces a lo largo de la demo lo que unido a que muchas veces moríamos sin saber por qué, hizo que la sensación final fuese bastante mala. Es cierto que lo que es la jugabilidad no era mala de todo, pero la sensación de no saber bien que pasa no le hace ningún bien a la experiencia de juego.
Teñido de rojo
Gráficamente el juego tiene luces y sombras. Por una parte es bastante resultón con un diseño de personajes bastante curioso. Los modelos son bastante buenos y, en el caso de los enemigos, nos encontramos bastante variedad. Los escenarios, por otra parte, son bastante simples y, salvo algún detalle escabroso que ayuda a dar ambientación, nos encontramos con pasillos y salas sin demasiada gracia, al menos en el nivel de la demo. Suponemos que más adelante en el juego mejorará, pero la verdad es que el escenario que pudimos probar no era especialmente lucido. Pero sin duda el mayor problema del juego es que tenían bastantes tirones muy molestos en varios momentos de la partida, algo que se debería solucionar urgentemente antes de su salida. Respecto a la estética, nos encontramos con que es bastante oscura, salpicada habitualmente por el rojo de la sangre y con detalles bastante escabrosos como poder arrancar un brazo a un enemigo y usarlo como arma.
La idea de este Splatterhouse no es mala, recuperar un clásico y hacer un beat’em up a la vieja usanza, pero la impresión que nos ha dado es que no termina de cuajar. Por una parte, los gráficos no están mal, pero no son nada del otro mundo y además tienen el problema de los tirones y por otro, y esto es más grave aún, el juego no termina de funcionar, resultando confuso en muchas ocasiones. Realmente deseamos que esta impresión se deba a que el nivel de la demo no estaba demasiado bien escogido, aunque hay problemas, como los tirones, que sí son algo real y debe se corregido. Tendremos que probar la versión final para ver si nuestras impresiones se confirman o no.