Los grandes cambios en cualquier juego que generalmente funciona suelen ser una arma de doble filo. El uso infinito de un tema puede llegar a cansar o por el contrario, gustar tanto a sus jugadores que no quieran cambiarlo. El caso que nos ocupa es un gran ejemplo de ello, y también del revivir de un auténtico shooter dentro del panorama del videojuego, hablamos de Medal of Honor.
El cambio gigante del que hablamos es la migración desde la época de la Segunda Guerra Mundial – tema harto explotado en los videojuegos por otra parte – para caer en la actualida, concretamente en Afganistán donde un grupo de soldados de élite, los Tier 1, se enfrentarán a los talibanes en una historia muy personal que también introduce a un protagonista como centro de la acción.
Ya el tráiler nos introducía la historia con el Tier dejándole un mensaje a su familia antes de un ataque desde un helicóptero afirmando que se van a ver en breve. Segundos después vemos como este helicóptero cae debido al impacto de un mortero. Ahí empieza Medal of Honor del que solo conocemos partes muy pequeñas de su historia.
En estas impresiones hablaremos de dos pantallas de las que pudimos disfrutar y las sensaciones que tuvimos dentro de un grupo de seis rangers con los que nos movimos por las montañas afganas atacando a los grupos talibanes que se escondían. Un ambiente bien reproducido donde el sonido y el eco de tiros y voces le agregaba la presión que un juego legendario como Medal of Honor debe tener.
El mensaje inicial antes de empezar la misión está entre el desánimo y la épica que ofrece este tipo de grupo del que formaremos parte. "A cuatro de los seis soldados esta misión les parece imposible…" dejando a la imaginación del jugador lo que piensan los otros dos. Ahí inician nuestras andanzas por el valle de Shah-I-Khot en la provincia afgana de Paktia. Una zona donde históricamente ya se habían instalado las diferentes guerrillas existentes.
¡Adelante!
La tranquilidad inicial pronto dejará ver actividad enemiga casi delante nuestro. El primer tiro llega al tiempo de ser vistos si no es que nos decidimos antes abrir la lata e iniciar una carrera a lo largo de todo el valle donde encontramos diferentes restos de edificación que nos van parapetando del fuego enemigo.
Situados en Marzo de 2002 este primer batallón recibirá también el apoyo aéreo de su propio ejército para el que deberá instalar bengalas que marquen el lugar donde estos deben descargar sus misiles. En este doble ataque por tierra y aire son cruciales las coberturas del equipo mientras colocamos dichas marcas luminosas.
Una vez descargada toda la artillería vía aérea empiezan los problemas ya que aparte de mermar a las tropas enemigas – cuyos cuerpos podemos ver inertes en el suelo después del impacto – también levantarán polvo i piedras que vendrán a impactar contra nosotros. La visión de una gran nube de polvo y los consiguientes cascotes dan un aspecto muy realista y añade un sentimiento de presión a la que se le suman los gritos de los enemigos al retirarse cuyas voces oiremos en el eco que nos proporcionan las montañas.
Durante el avance también tendremos conversaciones – no cinematicas – entre el equipo preparando el siguiente paso. Los diferentes recovecos que existen en el escenario después de caer las bombas y las diferentes edificaciones típicas del territorio que se hallan medio caídas en el camino nos permitirán movernos de diferente manera y a nuestra elección haciendo que medio equipo vaya por un sitio y el otro se distribuya por los diferentes desfiladeros en busca de nuevos puntos desde donde aprovechar las miras telescópicas.
El comportamiento gráfico de Medal of Honor fue en todo momento equilibrado. Lo que más sorprendió fue todo el humo y polvo por el que paulatinamente se iban aclarando las siluetas de los talibanes que corrían huyendo del ataque. El hecho de mirar por el punto de mira y ver aparecer al enemigo mientras el humo se disipa está muy bien trabajado y da al juego un plus en realidad. Las físicas, en este sentido también se han cuidado mucho.
Información visual y escueta
En ocasiones el exceso de datos en pantalla empaña la fluidez del juego. En Medal of Honor se ha optado por un interfaz muy sencillo donde la información más vital la tendremos fija en pantalla (posición – sentados, agachados o estirados) y la de nuestros compañeros sobre sus cabezas donde veremos el nombre del sujeto y la munición disponible.
Por todo lo demás, lo que podremos ver será el campo de batalla que nos queda delante y a nuestros enemigos batiéndose en retirada sin dejar de respirar y bombardearnos con sus morteros. En este sentido las montañas afganas han sido reproducidas con un gran parecido al real. Basta ver cualquier imagen del territorio para fijarnos en el buen trabajo gráfico que el estudio ha realizado en cuanto a la ambientación.
En cuanto a la inteligencia artificial no pudimos acabar de cuajar una opinión sólida ya que el hecho de que los talibanes se estén retirando no permitió combates muy directos cuerpo a cuerpo. Las internadas en las diferentes casetas que nos vamos encontrando también dan una idea de la situación y el realismo. En el caso de los interiores podremos ver desde garajes desvencijados hasta auténticos arsenales con misiles preparados para atacar al ejército estadounidense.
La información escueta no solo se quedó en la que vemos reflejada en pantalla. El productor ejecutivo de turno no quiso desvelar más detalles de la historia ni del soldado que inspira la historia personal de la que os hemos hablado. De la misma manera tampoco sabemos nada del futuro de nuestro equipo y si es posible que haya bajas de importancia – aunque todo parece indicar que si – por lo que el E3 de Los Angeles volverá a ser el punto de encuentro para el desenlace de muchas historias como esta.
La última escena que pudimos ver en la demostración de este juego dejó aun más expectativas abiertas. En este momento el jugador se tiene que imaginar una llanura con una casita sencilla a lo lejos. El eco de los gritos de los talibanes en retirada y nuestros aviones zumbando sobre nuestras cabezas.
La llegada a la casa no es difícil, ya nadie opone resistencia pero cuando nos disponemos a entrar…suena un teléfono en el interior…una detonación…y todo negro.
Electronic Arts ha jugado la carta del cambio y parece que la ha jugado con todo el arsenal sobre la mesa. Un apartado gráfico limpio y una historia muy personal que va a dotar al juego de un componente sentimental que antes, con los continuos cambios de soldado y unidad, no se daban con tanta frecuencia.
A partir del 15 de octubre, fecha para la que se espera la salida del juego, el combate estará al orden del día con dos juegos que tienen mucho que ver. A Call of Duty Modern Warfare le sale un duro oponente, Medal of Honor, que vuelve con las cananas más a punto que nunca.
