Si Killzone 2 se hizo esperar muchos años, pero finalmente cumplió con su cometido de ser uno de los hitos técnicos de PlayStation 3 en su momento, esta tercera entrega llega mucho antes de lo que habríamos imaginado, y con "todo incluido". Usa PlayStation Move, tiene imagen en tres dimensiones e incluye demandas de los jugadores como el modo cooperativo, y estará en las tiendas muy pronto, el próximo mes de febrero. Hemos podido probar durante algunas horas una versión preliminar del juego, en la que pudimos ver que los Helghast son igual de insistentes y resistentes pese a los duros golpes sufridos en su planeta natal en Killzone 2.
Obviamente esta tercera parte es una entrega continuista, después de lograr un grandísimo juego con Killzone 2, que cumplió sobradamente las expectativas -al contrario que el primer Killzone de todos- pese a la cantidad de humo que le precedía. El control sigue siendo el mismo, funciona igual de bien, y el estilo de juego muy similar. Los dos cambios más destacables llegan en los primeros minutos de juego: el apartado gráfico ha seguido mejorando, manteniendo el estilo turbio e industrial de los escenarios y añadiendo un toque más personal a los rostros de los personajes, y la jugabilidad se ha hecho más variada, haciendo que las situaciones se repitan mucho menos.
Hacer más variado el juego era una de las promesas de los desarrolladores y, por lo que hemos podido ver, van camino de cumplirla. En el pasado E3 ya habíamos podido probar el juego en tres dimensiones, y ver cómo en los niveles helados la jugabilidad iba cambiando entre tiroteos entre trincheras, paseos en nave voladora y asaltos a los mandos de un jetpack. En esta versión provisional, mucho más larga en duración, comprobamos que, aunque obviamente nunca dejaremos de disparar en primera persona, las diferentes situaciones se van intercalando con muy buen ritmo, haciendo que el juego sea llevadero y adictivo: algo que quizás hayan aprendido de la última gran lección en este sentido, dada por Uncharted 2 hace ya un año.
Otro detalle que hemos notado en los primeros minutos, es que se le ha dado más importancia a la historia. La saga Killzone tiene un trasfondo y una cronología que los más aficionados conocen, pero en lo que se refiere a narración cinemática siempre ha estado algo por detrás de otros juegos en primera persona que sí han apostado fuerte por implicar al jugador en la lucha por la que está pegando tantos tiros, y por familiarizarle con los personajes. En las primeras cinemáticas que hemos visto de Killzone 3 se nota, y mucho, que Guerrilla Games quiere que sintamos que somos Sev, y que Sev es un héroe, y que nos impliquemos más con los otros personajes, como Rico y una nueva chica que forma parte de nuestro escuadrón, e incluso con los enemigos, humanos a fin de cuentas y no tan necesariamente malvados. Se nota el toque humano y personal, y a esto ayuda la mayor definición de los rostros.
La versión de prueba no comenzaba al inicio del juego, sino en una parte ya avanzada, y comenzábamos con un tiroteo adentrándonos en territorio enemigo; los Helghast estaban bien pertrechados y organizados, y nuestra ofensiva, acompañados de varios compañeros, avanzaba poco a poco mientras acabábamos con tropas normales y con francotiradores, parapetándonos tras objetos y estructuras del escenario según íbamos avanzando. Tras esta parte, recorríamos unas trincheras, corredores donde surgían enemigos en el propio camino o desde arriba, incluyendo uno con un lanzallamas. Al poco tiempo, nos encontrábamos con una secuencia bastante digna de recordar, un enfrentamiento contra una gigantesca máquina Helghast, una especie de tanque gigante de cuatro patas, armado con todo tipo de ametralladoras, morteros y lanzacohetes.
Para acabar con él hace falta, sobre todo, mucha potencia. El gigantesco robot iba alternando disparos de artillería con momentos en los que dejaba expuestos sus dispositivos de refrigeración. Para acabar con su armamento y con sus sistemas usamos un lanzacohetes especial, capaz de fijar blancos, y que dispara varios cohetes pequeños a la vez, del que ya os habíamos hablado previamente. Durante unos minutos se sucede esta lucha contra ese enemigo formidable, que se intercala con momentos de huidas desesperadas ante lluvias de fuego enemigo e incursiones de naves de despliegue Helghast, mientras por radio nos van diciendo lo que va pasando, y lo que debemos hacer.
Éste es un ejemplo de algunos de los momentos con los que nos encontramos en esta versión de prueba, donde como ya hemos dicho abunda la alternancia entre diferentes situaciones, lo que hace que el juego sea más variado y divertido. Pero más allá de destriparos el juego, su historia y sus situaciones, es mejor comentar algunos cambios respecto a Killzone 2, un shooter muy logrado hace dos años, que ha sido muy mejorado en esta ocasión.
Aunque la "sensación Killzone" está completamente intacta, se han mejorado algunos detalles que se notan tras unas cuantas partidas. La inteligencia artificial de los enemigos es bastante mejor a la de Killzone 2, un apartado cuidado en la anterior entrega, pero que a veces producía comportamientos absurdos, suicidas, en los enemigos. En esta ocasión, los enemigos se comportan de forma más inteligente y organizada. En cuanto hay una torreta con un Helghast caído, aparece otro rápidamente para substituirse, y a la hora de disparar atrincherados, lo hacen bien, cubriéndose con frecuencia, alternándose para disparar y, en definitiva, planteando un reto mayor.
Las batallas del anterior juego eran, en ocasiones, a gran escala, pero las de Killzone 3, o al menos las que hemos visto, son mucho más activas. Algunos escenarios son más abiertos, convirtiéndose el campo de batalla no un corredor que hay que dominar, sino un área con una especie de frente abierto, que cambia continuamente. De ese modo, internarnos demasiado en un área que creemos dominada puede depararnos desagradables sorpresas, en forma de disparos desde un lateral, e incluso desde atrás, de otros Helghast que han venido en auxilio desde otra parte del mapa. La escala de los escenarios es mayor, y su actividad también. Hay más aliados disparando, ellos mismos acaban con Helghast, pero también mueren, por lo que la sensación es menos de "yo contra el mundo".
Hay que mencionar también que se han cambiado las muertes cuerpo a cuerpo, un apartado generalmente automático en los juegos en primera persona, pero que en Killzone 3 se le ha dado un giro más. Requiere a veces de más de una pulsación, como si fuese un evento interactivo, y son muy diferentes dependiendo del arma que portemos. Incluso hay "fatalities", muertes especialmente violentas: nos quedamos con la que Sev mete sus dedos en las famosas gafas rojas de los Helghast, rompiéndolas y aplastándo los ojos del enemigo.
A nivel gráfico el juego marca un nuevo hito en PlayStation 3, aunque no sabríamos decir si comparable a las espectaculares primeras escenas de God of War 3. En cualquier caso, los enemigos están ahora mucho mejor animados, reaccionando de forma diferente a los disparos y explosiones. Es particularmente vistoso hacer estallar un barril explosivo; la onda expansiva de la explosión, el fuego que se desencadena, y cómo prende a los enemigos y se comportan mientras están ardiendo, intentando seguir luchando, y al mismo tiempo huyendo para no morir.
Además de la ya comentada mejora de las caras, los escenarios son mucho más densos en cantidad de detalles y objetos, y los efectos gráficos y la iluminación han mejorado notablemente. No solo las explosiones y el fuego ya comentados, también el humo, los efectos de luz, desde la tónica general del escenario hasta las luces azuladas del traje de los soldados, las descargas eléctricas... todo se mueve fluidamente, aunque a 720p, al menos por el momento.
Aunque no hemos probado esta versión en 3D (sí lo hicimos durante el E3), lo que hemos tenido ocasión de probar es el control con PlayStation Move, tanto usando el Navigation Controller para movernos, como agarrando con la mano izquierda un Dual Shock 3 para ello, mientras disparamos con el mando principal de Move. La sensación es novedosa para tratarse de PlayStation 3, aunque similar a la de los juegos de Wii, y funciona bastante bien. El cooperativo a pantalla partida, una característica con la que se atreven muy pocos juegos, funciona bastante bien. La mayor escala de los escenarios permite que haya trabajo de sobra para los dos jugadores, y aunque a nivel gráfico se baja el detalle de ciertas cosas, el motor del juego no se resiente.
El sonido contaba, todavía, con doblaje únicamente en inglés, de una buena calidad y bastante dramático, acorde con las secuencias cinemáticas. La música no destacaba por su protagonismo, pero ambienta bien la acción, mientras que los efectos de sonido siguen igual de espectaculares. En la secuencia comentada del robot/araña gigante, eran atronadores, en el buen sentido.
Killzone 3 tiene tan buena pinta como la tuvo la segunda parte en su día. Es cierto que se enfrenta a una competencia mucho mayor, pero los progresos de juego respecto a Killzone 2 son considerables, pese a ser una entrega bastante continuista, y los extras del cooperativo, PlayStation Move y la imagen 3D lo hacen estar a la última. Todavía hay mucho que probar de Killzone 3, especialmente su modo multijugador, que por el momento es una gran incógnita. En tan solo dos meses estará en las tiendas.
