En un Tokyo Game Show un poco parco en anuncios, una de las más agradables sorpresas para los usuarios de PlayStation 3 ha sido la aparición de Gran Turismo 5. Existe, está casi terminado, y llegará en el mes de marzo a Japón, si todo va bien. Como colofón, el juego estaba en versión jugable y probable en el stand de Sony de la feria, en varias modalidades: en varias cabinas con volante, y al modo tradicional, con un pad. Había varias demos diferentes, y todas ellas estaban puestas como en una especie de modo automático: mismo coche, mismo circuito, límite de tiempo de tres minutos por vez, y una larga cola para volver a echar una partida. La hicimos varias veces, y por suerte era temprano así que el Makuhari Messe de Tokio todavía no estaba lleno de asistentes. Valió la pena, sin duda.
Gran Turismo 5 es la esperada puesta al día de la franquicia de Sony en la nueva generación, tras el éxito de Gran Turismo Prologue el año pasado. Esta versión completa incluirá todos los coches y circuitos, pero tiene también cambios respecto a Prologue.
En nuestras sucesivas tandas de minutos con el juego comprobamos que la simulación sigue siendo tan exigente y realista como estamos acostumbrados, aunque no jugamos tanto tiempo como para comprobar si hay cambios respecto a la versión prólogo. Lo que sí vimos es que el modelado de los coches ha progresado algo más, si cabe, haciendo honor a la fama de atención al detalle casi enfermiza que ha caracterizado a Polyphony Digital desde el primer Gran Turismo.
En las pruebas competíamos en el mismo circuito, usando varios coches diferentes dependiendo de la consola. Nosotros jugamos siempre con un Subaru tuneado, como si fuese un coche de rally, lo que nos permitió comprobar que el juego cuenta con un sistema de daños en tiempo real parcial. El coche no se altera ni modifica, no se producen rasguños o abolladuras en su carrocería, pero las partes de modificación sí se ven alteradas con los choques. Pudimos ver como uno de los faldones traseros se desprendía del coche por culpa de los choques, acababa colgando y tambaleándose, y finalmente se caía, u otro "daño sutil", que la puerta del conductor se quedase abierta. Sigue sin haber rastro de un sistema de daños realista en tiempo real en la carrocería del coche, algo que siempre se ha achacado a la negativa de ciertos constructores a ver sus coches perjudicados por los impactos, lo que a veces se ha considerado una excusa pero considerando que las partes modificadas sí se caen, empezamos a pensar que hay algún "constructor maldito" que nos impide ver de una vez por todas daños en Gran Turismo, pese a que en Forza Motorsport sí los haya.
Del mismo modo que en los daños en tiempo real este Gran Turismo 5 es "conservador", lo mismo puede decirse de otros detalles del juego como la inteligencia artificial, los choques contra los rivales, o la línea de trazada inteligente. Parece como si Polyphony tuviese miedo a cambiar y poner al día algunas cosas por miedo a estropear lo logrado, por lo que pese a que el aspecto visual y la simulación sean excepcionales, en algunas funcionalidades GT5 se queda unos años atrás. Por ejemplo, la inteligencia artificial de los rivales ha mejorado respecto a anteriores entregas, y ahora ya no se ciñen a una línea de conducción imaginaria sino que cometen más errores, asumen riesgos y conducen de forma variada y menos predecible; también intentan evitar que les adelantemos. Sin embargo, visto en conjunto la inteligencia artificial de los rivales sigue siendo poco agresiva y más que competidores parecen comparsas, intentando hacer un papel meritorio pero sin pasarse de la raya, lo que es una decepción viendo cómo otros juegos de carreras cuentan con rivales competitivos, agresivos y hasta en ocasiones sucios.
Otro detalle conservador del juego: los choques contra los rivales. Como sigue sin haber daños en tiempo real ni existe una penalización de tipo alguno para los comportamientos antideportivos, podemos volver a chocar contra nuestros rivales cuanto queramos, perjudicándoles y sin sufrir demasiadas consecuencias nosotros, y por supuesto llevar a cabo el clásico truco de Gran Turismo para tomar las curvas, usar al rival que va delante de nosotros como "barrera de neumáticos" para que nos frene, pudiendo tomar la curva con mayor facilidad y sin decelerar mucho al acercarnos a ella. Finalmente, el tercer detalle conservador: la línea de trazada ideal. En vez de hacerla dinámica, que vaya cambiando de color según la velocidad a la que vayamos, vuelve a ser estática, prefijada, marcando en colore l zonas de frenada pero no dependiendo de nuestra situación; esto es un arma de doble filo porque no ofrece tanta ayuda como las líneas dinámicas, pero aún así sigue siendo una postura muy conservadora.
Ésa fue la arena, pero ahora viene la cal: Gran Turismo 5 sigue siendo un simulador excepcional, que asombrará una vez más a los aficionados a la conducción y a los coches por su precisión, su realismo y su excepcional apartado gráfico. El motor se mueve a la perfección, con una buena sensación de velocidad, y hemos podido probar cómo el juego es especialmente inmersivo en la vista del piloto, viéndole las manos y con una visión más limitada, a través del cristal del coche.
Esta vista siempre ha sido la asignatura pendiente de los juegos de coches, al ser el punto de vista real del conductor, pero nunca ha estado implementada lo suficientemente bien en los juegos de conducción como para que los jugadores se planteasen optar por ésta en vez de la vista trasera o la vista en primera persona al estilo de un juego de acción. Como ya ha ocurrido en Need for Speed Shift, en Gran Turismo 5 la vista funciona bien y se juega a la perfección con ella, en combinación con los sensaciones efectos de sonido del coche, que se oyen mucho más con esta vista, así como los de los coches rivales que adelantamos, una sensación especialmente buena.
Pese al carácter conservador que ya hemos comentado, Gran Turismo 5 sigue siendo una compra obligada para los amantes de la simulación y para los usuarios de PlayStation 3. La competencia en la consola rival es más fuerte que nunca y no sabríamos decir cuál simula mejor, si bien GT se ha quedado obviamente atrás en aspectos como los daños o la inteligencia artificial. Esperemos que la versión final, que se ha hecho esperar la friolera de dos años, cumpla las expectativas, y Gran Turismo 5 vuelva a convertirse en el referente de la simulación automovilística, título que ostenta desde el mismísimo lanzamiento de la primera parte. En el mes de marzo lo descubriremos.
