Los primeros pasos de la saga Castlevania apuntaban a una buena combinación de acción y plataformas, y de vez en cuando pequeños rasgos aventureros, pero en líneas generales se trataba de un título de acción con bastantes saltos y Drácula y sus acólitos de telón de fondo. Pero entonces la saga viró y apostó por la exploración, por introducir muchos elementos aventureros e incluso en ocasiones propios del rol, y abandonaba su estructura lineal para apostar por la exploración.
La fórmula ha funcionado bien en las entregas bidimensionales para portátiles de estos últimos años, pero la saga no ha conseguido cuajar en sus encarnaciones poligonales para sistemas domésticos, con resultados dispares, pero que no acababan de cuajar en ningún caso.
Ahora, Konami está decidida a plantear una revisión de la saga buscando sus orígenes, y lo hace de mano de un grupo de desarrollo asentado en España, Mercury Steam.
Castlevania: Lords of Shadow va a ser un juego lleno de acción, con una fuerte influencia de los últimos exponentes del género, especialmente God of War, pero pronto descubriremos que hay muchos más elementos que harán que no se limite a ir en línea recta matando a todo bicho grande y feo que se cruce en nuestro camino, pese a que eso es lo más importante del juego.
En estos momentos el juego se nos ha presentado íntegramente en inglés, tanto en voces como en textos; esperamos que el juego se traduzca y cuente con unos completos subtítulos en castellano, ya que si a estas alturas no se ha anunciado un doblaje al castellano, es poco probable que nos sorprendan con ello. Eso sí, a diferencia de lo que sucede tantísimas veces con Konami, esperamos que la traducción a nuestro idioma sea correcta.
Lo cierto es que el juego no precisa que nos enteremos en exceso de la historia para jugarlo, pero desde luego se agradece, y mucho, pues resulta bastante intrincada en cuanto a las motivaciones de Gabriel, su personaje. El juego nos lleva al año 1047 a través de una narración que, en su versión inglesa, se hace a través de la voz de Patrick Stewart (el actor que muchos conocerán por su papel de Picard en Star Trek), pero pronto descubriremos que este mundo medieval, asolado por una temible magia oscura, esconde también un profundo drama. Gabriel persigue un objetivo: dar paz al alma de su esposa, o quizás algo más, además de, por supuesto, venganza.
La historia parece destinada a ser una revisión completa de los orígenes de la saga, o bien una historia paralela, fuera del canon establecido para la cronología de la serie, que bien podría crear una nueva línea argumental, si el juego cuenta con suficiente éxito comercial y establece una subsaga nueva. Y es que a lo largo de su desarrollo, los productores se han pronunciado en ocasiones en un sentido y en otro, así que suponemos que la decisión final se tomará un poco más adelante. En cualquier caso, Gabriel es un Belmont, aunque su ambientación es mucho más oscura, en un mundo que, aunque medieval, tiene tintes apocalípticos, con las almas atrapadas en el mundo, sin posibilidad de trascender, y un nuevo elemento básico para la trama: las máscaras divinas de dios y del diablo. La máscara de dios puede resucitar a los muertos, y Gabriel no sólo busca librar al mundo del mal, sino que más bien se mueve por el interés personal de recuperar a su esposa.
Para luchar contra estos enemigos, Gabriel cuenta con una Cruz de Combate que nos recuerda a un cruce entre la espada extensible de Ivy en Soul Calibur y el clásico látigo de los Belmont en esta saga, que irá ganando poderes adicionales para el combate, así como otras funciones que nos permitirán tener más movilidad, como usarlo para engancharnos y balancearnos, escalar, etc.
Los combates siguen una tónica actual: los controles son muy simples, pero las posibilidades de control resultan ser bastante altas al final. En esencia, los movimientos básicos se hacen con dos de los botones del frontal del mando, siendo un ataque directo de alcance limitado, y otro que afecta a más área pero que resta menos energía. La combinación de ambos nos permite ejecutar combos, y a eso hay que sumar el salto y el uso de armas secundarias (como las clásicas dagas, o el agua sagrada, entre otras). Podemos bloquear los golpes con el gatillo izquierdo (y, si pulsamos una dirección al mismo tiempo, hacemos un movimiento evasivo), y realizar agarres con el gatillo derecho.
Pero la cosa va mucho más allá: cuando matamos a los enemigos vamos ganando puntos de experiencia que podremos invertir en adquirir nuevos movimientos y habilidades. Así, podemos aprender a hacer presas en el aire, nuevos combos, dar patadas, etc., etc. Los movimientos a desbloquear son muchos, y en ocasiones nos abren más opciones y mejoras todavía, por lo que parece que podremos adquirir más y más mejoras durante casi toda la partida. Esto va haciendo que, en definitiva, partiendo de un esquema de juego muy accesible, pues realmente usa pocos botones, el sistema de combate acabe siendo muy profundo, con elementos que están claramente inspirados en importantes sagas como Devil May Cry o God of War.
Otro punto a tener en cuenta es que se integran también los cada vez más "obligatorios" quick time events, es decir, las instrucciones que aparecen en pantalla indicando la secuencia de botones y movimientos de la palanca analógica que debemos hacer para enfrentarnos a algún tipo de obstáculo o enemigo concreto. Son habituales en los jefes finales, pero también en algunos tipos de enemigos, como en el caso de ciertas criaturas del pantano. Su complejidad es muy variable, pero eso varía también en función de la dificultad escogida.
Igualmente, la acción da espacio para secuencias de estilo jugable diferente, como montar a caballo mientras somos atacados por los lados por hombres lobo sobre monturas monstruosas, pero también cambia en ocasiones el ritmo para presentarnos algunos puzles. En líneas generales son muy sencillos, pero parecen muy bien compensados con las secciones más plataformeras, que al fin y al cabo son el componente principal de Lords of Shadow junto a la acción brutal. Sin embargo, será necesario todavía terminarnos el juego íntegro para ver si se logra que esta sensación de equilibrio se mantenga. En todo caso, hay que tener en cuenta que los puzles son, con diferencia, la parte con menor presencia en el conjunto jugable, pero los que hemos visto nos han gustado mucho. Aportan variedad, pero es un juego de acción, no una aventura de exploración como ha sucedido en otros títulos de la serie, y eso hay que tenerlo muy claro.
Los movimientos que adquirimos, además, no son sólo para hacer bonito, pues la gran mayoría resultan muy útiles contra algunos tipos concretos de enemigos, aunque desde luego podremos perseguir una intención estética en nuestras ofensivas, si así lo queremos. De hecho, el juego incentiva, y mucho, integrar las habilidades que vayamos aprendiendo, pues incluso en el nivel más fácil y accesible habrá momentos peliagudos. Los habituales del género deberán probar, con todo, en niveles superiores de manera directa.
El combate físico es muy importante, así como ir ganando experiencia, pero Gabriel esconde muchas cartas en la manga, y también sumaremos magias, mejoras en aspectos adicionales (como la vida disponible), e incluso la opción de potenciar el uso y efectividad de las diferentes armas secundarias. Así, las dagas empiezan siendo poco útiles (salvo en nivel fácil), pero pronto ampliamos nuestra posibilidad de llevar 5 como máximo hasta 10, y luego podemos mejorar su usabilidad, por lo que acaban siendo muy efectivas y prácticas.
Eso mismo se puede aplicar al resto de posibilidades en la lucha de Gabriel, y es que Castlevania: Lords of Shadow termina ofreciendo amplias opciones de personalización del personaje para adaptarse a nuestro estilo de lucha. Por ejemplo, empieza sin tener apenas recursos para el combate aéreo, pero muy pronto podemos empezar a adquirir esas habilidades. Si no nos gusta ese estilo de juego, basta con centrar nuestros recursos en otros movimientos, algo que irá surgiendo de manera natural según progresamos en el juego, pues ha resultado estar muy bien integrado.
A nivel técnico, el juego se muestra en un estado muy maduro y consistente. De hecho, en esta versión todavía no finalizada nos hemos encontrado con problemas reseñables sólo en las secuencias de vídeo. Es poco común, pero está claro que es algo que se solventará en la versión final del juego. Durante nuestras partidas hemos observado parones en el sonido y en la imagen, y una notable bajada en la tasa de imágenes por segundo, pero siempre en escenas, y nunca mientras estamos en plena acción, salvo en situaciones muy concretas contra enemigos de tamaño francamente descomunal.
El aspecto artístico es algo que, además, logra destacar por encima del técnico, que luce ya a gran altura. Los entornos del juego son tan hermosos como siniestros y decadentes, con una clara tendencia al barroquismo en entornos naturales, pero respetando una fuerte inspiración gótica en las construcciones. Además, los enemigos van desde lo clásico de la serie, como los hombres lobo, hasta criaturas del tipo goblin. Resulta en una acertada combinación de criaturas clásicas con otras nuevas, y muchas clásicas del género de fantasía medieval, que en su mayor parte también han formado parte del elenco de criaturas del averno que son recurrentes en la serie.
Igualmente, la banda sonora es magnífica. La ambientación que logra, junto con la concepción cinemática de muchos de sus segmentos, logra que vayamos de momentos épicos y trepidantes, hasta otros muy emotivos, pasando por el misterio y demás situaciones. Realmente se adapta muy bien a la acción en pantalla, pero a nivel técnico hemos observado que la música parece subir y bajar de volumen sola en ocasiones, así que todavía queda trabajo a la hora de ajustar su presencia, sobre todo, una vez más, en las secuencias narrativas.
Todavía hay tiempo hasta que Castlevania: Lords of Shadow llegue a las tiendas, lo que está previsto para el 7 de octubre, con dos discos en Xbox 360 y un Blu-ray en PS3. Debemos decir que el desarrollo del juego hace que no haya ningún problema práctico en la versión de la consola de Microsoft a la hora de cambiar de disco: no resulta traumático ni molesto. Estamos seguros de que en este tiempo restante el juego mejorará todavía más, y eso nos hace tener grandes esperanzas: confiamos en que va a ser un producto redondo, y, por fin, una magnífica entrega de la serie Castlevania en consolas domésticas tras años de decepciones.
