Commandos se ha convertido durante estos últimos años en todo un hito nacional, siendo el juego realizado en España más internacional de todos los tiempos, y aupando a Pyro Studios, con sede en Madrid, a los niveles de las más importantes desarrolladoras de todo el mundo. Una vez finiquitada la saga de estrategia, que contó con tres entregas y era famosa por la extrema habilidad y paciencia que exigía al jugador, la compañía ha buscado nuevos vuelos, lanzando títulos como Praetorians o el más reciente Imperial Glory. Sin embargo, eso no significa que vayan a dejar pasar la oportunidad de aprovechar el nombre Commandos, y con esa idea, y una jugabilidad muy interesante, llegará este otoño Commandos: Strike Force.
Commandos Strike Force es la adaptación a la primera persona de la jugabilidad vista en los juegos de estrategia anteriores, con los cambios oportunos y necesarios. Cuando el juego fue anunciado por primera vez, fueron muchos los que se temían que Commandos se convirtiese en un shooter en primera persona genérico con un componente táctico light, léase poder dar un par de órdenes a los soldados que nos acompañan.
Nada más lejos de la realidad, como hemos podido comprobar las dos veces que hemos visto el juego en movimiento y como nos dijo su jefe de proyecto en las dos entrevistas que a lo largo de estos meses le hicimos. El objetivo de Strike Force es situar la cámara en la cabeza de los diferentes Commandos variando lo mínimo posible las dinámicas de la saga, y según hemos podido ver lo han conseguido.
Esto no significará que sea un juego tan exigente como los anteriores Commandos, pues ahora habrá mucha más acción. Pero la estrategia y la infiltración siguen presentes, y la coordinación entre los diferentes hombres sigue jugando un papel claro para llevar a buen puerto las misiones que, de nuevo, nos introducirán en la Segunda Guerra Mundial con el ominoso Tercer Reich alemán como enemigo. Los escenarios donde tendrá lugar la acción son viejos conocidos, ya visitados por la saga Commandos: Noruega, donde inicialmente actuaron los comandos tras ser creados en 1940 por orden directa de Winston Churchill; Rusia, el frente más importante de la Guerra, y Francia, donde hubo una activa resistencia hacia el final de la guerra.
El repertorio de Commandos de esta primera entrega en tres dimensiones se ha reducido, y ahora tan solo estarán a nuestra disposición el Francotirador, el Espía y el Boina Verde, quizás los más utilizados en la anterior saga de estrategia. En cada misión contaremos de forma predeterminada con dos de ellos, y en todo momento controlaremos solamente a uno, mientras que el otro esperará. En nuestras entrevistas al jefe de proyecto del juego se nos comentó que, para darle al jugador toda la responsabilidad, no se ha implementado una inteligencia artificial agresiva en los soldados que no estemos controlando, sino que se limitará a quedarse en la posición en la que le hayamos dejado, devolviendo fuego enemigo; cuando nuestro compañero se encuentre en apuros, aparecerá una ventana dramática mostrándonoslos, pudiendo entonces cambiar inmediatamente el control a él.
Controlando alternativamente a estos dos comandos tendremos que hacer frente a las diferentes misiones que irán surgiendo en el juego, siendo un factor común en todas ellas la apertura de los escenarios y la no linealidad de los sucesos. La misión comenzará con un objetivo, pero a medida que pase el tiempo y dependiendo de nuestras acciones surgirán nuevos eventos que harán variar la situación, y con los que tendremos que lidiar usando las habilidades de nuestros operativos especiales. De este modo, el equipo espera que no se convierta en un juego de acción en primera persona estándar, sino que la diversidad de situaciones de los juegos de estrategia se vea reflejada en esta adaptación con mucha mayor acción.
Las misiones serán bastante variadas en lo que a objetivos se refiere, con un abanico que va desde la acción pura hasta la infiltración pura. Habrá misiones de defensa, de asalto, de infiltración... y no siempre estaremos solos dependiendo de los dos comandos que podemos controlar. Con frecuencia habrá soldados e instalaciones aliados peleando de nuestro lado aunque, como es de esperar, será nuestra habilidad la que tendrá que marcar la diferencia. Habrá incluso un nuevo tipo de misión pensado especialmente para el francotirador, donde tendremos que vivir un "día de trabajo" del personaje, infiltrándonos entre las líneas enemigas y acabando con cuantos más enemigos –y de mayor rango posible- mejor, mientras nos ocultamos de las desconcertadas patrullas.
Como es de esperar, cada uno de nuestros tres soldados tiene un repertorio de habilidades muy marcado, y será la coordinación de ellas lo que nos dé el triunfo. Como novedad en esta versión en primera persona, se han añadido habilidades especiales a cada Comando. El boina verde es el más potente físicamente y el más hábil con las armas, y como habilidad especial tiene la capacidad de usar dos armas al mismo tiempo. La habilidad especial del espía es evidente dado que se conserva de los anteriores juegos: ponerse uniformes enemigos para así infiltrarse entre sus filas sin ser descubierto. Cuanto mayor sea el rango del uniforme que nos pongamos, menor la posibilidad de ser reconocidos. Finalmente, el francotirador, tan parco en palabras como siempre, podrá activar una especie de tiempo bala para apuntar con mayor precisión, estando controlado por una barra de "concentración".
Aparte de estas habilidades especiales y de las características esperables de cada comando, habrá una buena cantidad de items que usar y de acciones realizables por uno o varios comandos. Por ejemplo, matar sigilosamente usando tanto cuchillos (boina verde) como cuerdas de piano (espía), llamar la atención del enemigo con un señuelo, como el clásico paquete de cigarrillos presente en anteriores entregas de la saga, usar explosivos como bombas lapa, granadas de gas, etc... aparte de, naturalmente, usar las armas e intentar pasar desapercibidos siempre.
La infiltración seguirá siendo una de las claves del juego y de hecho pese al paso a la primera persona seguiremos contando con el útil radar que nos informará de la situación de los enemigos cercanos y hacia dónde miran. Las reglas de la infiltración del juego son prácticamente las mismas que las de la saga de estrategia, jugando la luz un papel muy secundario frente a las líneas de visión clásicas. De este modo, en muchas situaciones tendremos que usar señuelos visuales o sonoros para distraer a los enemigos y así pasar por un punto que de otro modo sería infranqueable.
Dejando a un lado el modo para un solo jugador, esta entrega de Commandos en primera persona contará con un completo modo online con cierta variedad de modos de juego más allá del clásico Deathmatch. Podrán jugar hasta ocho jugadores en las versiones de consola y hasta dieciséis en la de PC en modos de juego originales, siendo el único conocido hasta la fecha el "Sabotaje", donde tendremos que hacernos con un código del equipo enemigo para obtener acceso a otra parte del mapa.
Commandos Strike Force se presenta como uno de los títulos más prometedores de este otoño, dando un giro de 180 grados a la saga Commandos pero manteniendo los elementos que le han hecho triunfar en el género de la estrategia. Manteniendo estos, ahora el juego estará mucho más orientado a la acción y por lo tanto será mucho más permisivo con el jugador, no exigiéndole que medite tanto sus acciones antes de llevarlas a cabo, sino dejando cierto margen de error que sin duda alegrará a aquellos que se quedaban atrancados en los juegos clásicos de Commandos. Estará en las tiendas en el mes de octubre.