El primer material mostrado en 2017 de Witchfire, lo nuevo de The Astronauts (The Vanishing of Ethan Carter), fue un tanto confuso. Lo ha admitido el propio equipo en base a los comentarios de los jugadores, que creían ver en él una especie de Painkiller o Bulletstorm –el estudio polaco fue fundado por gente de People Can Fly-, o incluso un Doom o Hexen modernizado. Y es que con los primeros tráilers de este shooter de fantasía oscura y hechicería lo vendían como un juego de acción desenfrenada, algo que no es exactamente lo que busca este título.
Witchfire ya está disponible en fase de acceso anticipado en Epic Games Store con un precio de 35,99 euros. En Vandal hemos jugado con su contenido actual, que obviamente no está completado; durante una temporada recibirá nuevas actualizaciones y correcciones de parches, de hecho en este momento sólo incluye textos en inglés y hay algunas zonas inaccesibles.
En guerra contra las brujas
The Astronauts matizó la definición de Witchfire este verano para aclarar que tiene más puntos en común con un Dark Souls que con Doom. Es así, aunque tampoco es una versión en primera persona de la saga de FromSoftware, lo que pasa es que se aleja de esos shooter arcade en zonas muy acotadas contra decenas de enemigos, encadenando headshots con música death metal de fondo mientras pasamos más tiempo en el aire que en el suelo. Es otro rollo, con ligera exploración y una dosis rolera; otro tema es que puntualmente podamos tener enfrentamientos rápidos.
El trasfondo de su historia nos habla de una encarnizada guerra de la Iglesia contra las brujas, que se está perdiendo. Por suerte, se encuentra un valioso artefacto que podría cambiar las tornas en este conflicto, pero está en una tierra controlada por las brujas. Sólo los Preyer o cazadores de brujas –con witchfire en sus venas-, pueden enfrentarse a una bruja, vivir para contarlo y recuperar este artefacto. Precisamente nosotros somos uno de ellos. Con armamento clásico y poderes sobrenaturales, nos embarcamos en esta tarea de encontrar a la bruja del Mar Negro, destruir a su ejército fantasma y regresar con el artefacto.
Sí, hay un salto doble y una carrera para explorar estos mapas semiabiertos, pero desde un primer momento se hará patente que existe una barra de stamina o resistencia que se agota con el uso de habilidades de movimiento o las heridas. Se recupera con el tiempo y la derrota de enemigos, pero esto significa que si en algún momento se agota, entramos en un estado de agotamiento. No es que Witchfire no sea ágil, puede serlo, pero conviene jugar con inteligencia para que esto no se convierta en un problema en las situaciones más complicadas. La propia mecánica de combate nos incentiva a matar enemigos: esto aumenta el límite máximo de stamina y, con suficientes bajas, se entra en un estado beneficioso que nos permite ver el Soul Sigil de las criaturas, un punto débil que aturde a nuestros oponentes.
Una vez iniciamos la expedición, llegamos a una zona amplia con la intención de eliminar al enemigo más poderoso del lugar. Pero no esperes que sea fácil, el bucle jugable estilo roguelite nos invita a explorar los bosques guiados por un mapa que indica las amenazas más importantes que detectan nuestros sentidos, o encontrar objetos útiles en cofres. Si lo deseamos, se puede entrar en estas tierras, obtener una buena cantidad de tesoros y witchfire de monstruos menores para luego utilizar uno de los portales y volver al mundo central para subir de nivel, mejorar equipamiento y repetir luego mucho más fuertes.
Este progreso al estilo rolero es otro punto similar al de un Souls, y es que podemos mejorar la vitalidad resistencia y otros aspectos de nuestro protagonista. E incluso empezar a entender cómo funcionan los hechizos de los cuatro elementos –está por ejemplo la magia para congelar enemigos-, acceder a nuevos rincones del mapa, desarrollar nuevas ventajas en las armas contra un tipo de enemigo concreto o por tiros críticos, e incluso la telequinesis y teletransporte. Ya sea por las armas con propiedades especiales o nuestros hechizos, el combate en Witchfire no será el de un shooter corriente. Y tenemos Arcana, unos cristales que permiten alterar la realidad con nuevas reglas que debilitan a las hordas enemigas, mejoran a nuestro Preyer durante un periodo de tiempo.
Naturalmente la habilidad a los mandos o teclado/ratón es importante, pero si tienes dificultades para avanzar, la clave es subir de nivel. ¿Y qué pasa si mueres en tu expedición? Lo has adivinado, volver al mapa para eliminar de nuevo a los enemigos y reclamar tu witchfire, al puro estilo soulslike. Para animar las cosas un poco, pues vamos a pasar por estas zonas muchas veces, también se introducen las "calamidades", maldiciones que recuperan a los muertos de sus tumbas, activan molestas nieblas y más adelante, nuevos tipos de enemigos más fuertes. The Astronauts lo explica como un mundo que se adapta a ti, con más posibilidades de conseguir witchfire pero a la vez, oponentes más serios.
Como podéis ver en las imágenes, el equipo ha vuelto a apostar por un estilo gráfico ligeramente tétrico e incluso más apagado que el de The Vanishing of Ethan Carter. Al inicio del título se nos recuerda que es un juego independiente creado por apenas doce personas, así que teniendo en cuenta la modesta producción, no se pueden poner muchas pegas al apartado audiovisual. The Astronauts estima un año o año y medio para abandonar el Acceso anticipado, un plazo mínimo para que la reacción de los jugadores tenga un impacto real en los cambios del juego. En su estado actual tenemos el núcleo, que apunta buenas maneras, y en los próximos meses recibirá "más de todo": armas, hechizos, enemigos e incluso niveles.
Todavía sin fecha para el lanzamiento oficial
Witchfire es una amalgama de ideas, todas conocidas, pero que habitualmente vemos en ARPG y no en shooters. La extensión de los mapas nos permite afrontar cada arena con la estrategia que deseemos, sea descargando nuestro arsenal sin detenernos ni un segundo, avanzando de manera más pausada o con armas de larga distancia que nos den más seguridad. Está lejos de ser un Far Cry en cuanto a libertad de movimientos, pero desde luego que destaca por la enorme libertad que tiene en cada aspecto de su gameplay o para marcar nuestras prioridades: ¿intentamos avanzar o sólo mejorar el equipamiento?
Decíamos al inicio que este no es un sucedáneo de Doom. Tiene personalidad propia y muchas papeletas para gustar a aquellos que disfruten con la ambientación del rol de fantasía oscura y los shooter. Si encajas en este perfil, no pierdas de vista su evolución.
