Desde que Square Enix se hizo con los británicos Eidos Interactive ha ido recuperando poco a poco algunas de sus sagas más reconocidas y exitosas, y la manera de hacerlo nos parece un acierto, estableciendo un nuevo punto de partida que rompe argumentalmente con las anteriores entregas, reiniciando la franquicia para hacerla atractiva tanto para los que ya eran fans, como para nuevos jugadores. Lo hizo con acierto con Deus Ex: Human Revolution, con Tomb Raider y ahora pretenden repetir la jugada con la saga de culto Thief, aventuras de sigilo protagonizadas por un ladrón, con una enorme capacidad de inmersión como mayor baza.
Los encargados de traer de vuelta a Garrett y sus manos largas son Eidos Montreal, que ya demostraron su talento con Deus Ex: Human Revolution, y que aquí vuelven a repetir la jugada, con una excelente aventura en primera persona que va a encantar a aquellos jugadores que disfrutan con juegos pausados, desafiantes y que premian la paciencia, la curiosidad y la capacidad de observación.
Aunque como ha pasado con otros títulos similares en los últimos años -Hitman Absolution, Dishonored de los que comercialmente se nos dice que son de acción y sigilo, realmente Thief es un juego 100% de infiltración, y si quieres acción es mejor que busques otro título, que por cantidad y variedad dentro del género no te van a faltar opciones.
Hemos jugado ya sus primeras horas, y como amantes de este tipo de aventuras, ha conseguido lo que siempre pedimos a este tipo de juegos, que nos sumerja de lleno en su propuesta, y que nos haga perder prácticamente la noción del tiempo, mientras robamos, desvelamos todo tipo de secretos y vamos conociendo más y más detalles de un apasionante universo, muy elaborado y del que cada jugador descubrirá tanto como desee. A través de algunas cinemáticas –un recurso a estas alturas un tanto pobre y manido-, textos en todo tipo de formatos y conversaciones que escuchamos entre las sombras, te vas dando cuenta del enorme trabajo que hay detrás de Thief, tanto en lo narrativo como en lo artístico y jugable.
Si no habéis jugado anteriormente a ningún Thief no temáis, como decíamos antes estamos ante un reinicio, y se establece un nuevo punto de partida para que se puedan enganchar a la saga todo tipo de jugadores, y vuelvan también los fans de las anteriores entregas, ya que se mantienen la mayor parte de sus señas de identidad. El tono de la aventura es oscuro, áspero y serio, y aunque hay algunos elementos sobrenaturales, la jugabilidad se aborda desde un punto de vista bastante realista. Es una aventura de infiltración exigente, aunque realmente lo es tanto como quiera el jugador, ya que al iniciar la partida tenemos cuatro niveles de dificultad distintos, bien diferenciados y explicados para que cada jugador encuentre un reto a su altura.
Lo poco que hay de saber de la historia de Thief es que nos ponemos en la piel de Garrett, un experto ladrón que se ha criado en las calles de la Ciudad, una enorme y poblada urbe de ambientación medieval gobernada por el Barón, que siembra el terror y la opresión mientras una misteriosa enfermedad llamada tenebra castiga a la población, y como suele ser habitual, con especial virulencia a las clases más bajas. En la primera misión a modo de prólogo vivimos un hecho que cambiará para siempre la vida de Garrett, además de servir de tutorial, explicándonos las nociones básicas del juego.
La ambientación de Thief es siempre nocturna, y la luz y la oscuridad se convierten en los dos pilares de la jugabilidad. En la esquina inferior izquierda de la pantalla hay una esfera que se ilumina o apaga dependiendo de si estamos en la oscuridad o en la luz, lo que determina si los enemigos nos ven o no. Para estas impresiones jugamos a la versión de PlayStation 4, y de manera curiosa, la luz del DualShock 4 cambia de color dependiendo de esta circunstancia, en blanco si somos iluminados, en azul si estamos entre las sombras.
Podemos –y debemos- apagar velas, antorchas, chimeneas e interruptores que corten la luz, todo para crear la mayor oscuridad posible, y que así los enemigos no nos vean. Pero también el sonido es muy importante a la hora de ser sigilosos, y no solo tenemos que tener cuidado moviéndonos agachados y despacio para generar el menor ruido posible, también hay que tener en cuenta la superficie sobre la que andamos. No es lo mismo andar sobre una moqueta que sobre madera, y por ejemplo hay que tener especial cuidado si cruzamos zonas con agua. En las fases más avanzadas incluso nos ponen trampas para que hagamos ruido, como cristales en el suelo que tenemos que tener cuidado en no pisar, o jaulas con pájaros, que se asustan si hacemos cualquier movimiento brusco.
Las armas y herramientas también juegan un papel importante dentro de la jugabilidad, siendo la principal el arco y sus distintos tipos de flechas. Más efectivas a larga distancia, capaces de atravesar armaduras, de agua que sirven para apagar antorchas, de fuego para prender aceites y otros elementos del escenario, o las de cuerda, que sirven para crear atajos. La imprescindible porra sirve para noquear a los enemigos por la espalda y dejarlos inconscientes –tendremos que esconder los cuerpos si no queremos que los encuentren sus compañeros-, y poco a poco nos hacemos con otras herramientas como un destornillador que abre ciertos mecanismos.
Para hacernos con todo esto necesitaremos dinero, mucho dinero. La economía es muy protagonista en Thief, por lo que tendremos que robar todo lo que podamos para contar con dinero suficiente y así poder comprar flechas, pócimas para recuperar salud y todo tipo de mejoras. Si vamos deprisa en las misiones y no nos paramos a robar la inmensa cantidad de objetos que se encuentran repartidos por los escenarios, descubriremos que no tenemos dinero y apenas podemos mejorar el inventario, pasándolo muy mal en los momentos más avanzados de la aventura.
Dado un acontecimiento que ocurre al principio del juego, Garrett obtiene una habilidad paranormal que será una ayuda imprescindible, el focus. Una visión especial que nos permite ver rápidamente los tesoros que esconde una habitación, el movimiento de los enemigos y sus puntos débiles, y hasta el interior de los mecanismos, como las cerraduras que tendremos que estar constantemente forzando mediante un sencillo minijuego con ganzúas. Este poder puede sonar un poco abusivo y que rompe el realismo de otros elementos del juego, pero al menos en dificultad normal, está muy bien medido, no podemos abusar de él, ya que hay una barra que se gasta muy rápido, y no se regenera automáticamente, hay que consumir ciertos objetos que no abundan, y que cuestan su dinero.
El control es bastante peculiar. Desde una perspectiva en primera persona nos movemos con gran agilidad y rapidez, pero por ejemplo no hay un botón para saltar, ya que todas las acciones como escalar o elevarnos por encima del suelo se realizan apretando el gatillo izquierdo del mando, como si fuera un botón de parkour, de manera idéntica a como ocurre en la saga Assassin's Creed. Aunque al principio puede provocar rechazo, pronto te acostumbras y descubres que los controles funcionan muy bien, y que tienen muchas posibilidades. Por ejemplo tenemos un botón para deslizarnos por el suelo, de cobertura en cobertura, o de oscuridad en oscuridad, que resulta muy práctico y que conviene dominar.
Aunque el combate se nos ha vendido como una opción más, realmente Thief está diseñado totalmente para jugar con sigilo, y todo lo que no sea hacerlo de esta manera rechina. Los escenarios están llenos de recovecos, caminos opcionales, y si damos la voz de alarma y nos vemos rodeados de tres o cuatro enemigos, podemos darnos por muertos. Es un placer explorar las localizaciones con sumo cuidado, encontrando todo tipo de tesoros para robar, elaborados textos que nos aportan más información sobre la historia y el mundo del juego, interesantes conversaciones que podemos escuchar escondidos, o sorprendentes escenas que podemos observar a través del ojo de una cerradura o un sutil agujero en una pared.
Entre sus numerosos elementos, nos ha sorprendido el marcado toque aventurero que tiene, en forma de puzles, laberintos o hasta zonas de plataformas. En una de las misiones del ecuador del juego, pasamos de infiltrarnos en un detallado y exótico burdel, a estar en una fase que parece sacada de alguno de los clásicos Tomb Raider, un giro de los acontecimientos que nos ha gustado mucho por inesperado. No todo es dar esquinazos a guardias y soldados, y dentro de su marcada propuesta sabe ser lo suficientemente variado.
La aventura se estructura por capítulos, en los que vamos visitando las distintas localizaciones de una enorme ciudad. Estos son verdaderamente largos y elaborados, y al acabarlos se valora nuestra actuación, dependiendo de lo letales o sigilosos que hayamos sido, o de lo minuciosos a la hora de encontrar y robar todos los objetos posibles. Además hay muchas misiones secundarias a lo largo de la ciudad, por lo que si conectamos con su propuesta, tendremos juego para rato.
El único detalle que no nos acaba de convencer es lo fragmentada que está la ciudad, con tiempos de carga cada vez que cambias de distrito, y eso que estos no son realmente muy grandes. No hay sensación de recorrer un enorme y extenso mundo abierto, sino una serie de escenarios separados y conectados con mayor o peor fortuna. Es extraño, porque durante algunas misiones visitamos sitios realmente grandes, y la peculiar estructura del mundo de Thief nos parece uno de los peajes que se han pagado por ser un título intergeneracional, que sale en dos generaciones de consolas bien distintas.
El apartado visual cumple con nota, tanto en los aspectos técnicos como artísticos. Es cierto que la ambientación puede ser un poco agobiante, con tanta oscuridad y colores oscuros, pero los lugares donde se desarrollan las misiones principales a veces no sorprenden con radicales cambios de ambientación, lo que se agradece. La iluminación, la enorme cantidad detalles de los escenarios, las animaciones del personaje, todo cumple con nota, y es el ejemplo perfecto de juego de primer año en una nueva generación de consolas. Se ve estupendo pero sin llegar a sorprender, y en un par de años estarás más que superado, lo que no le resta méritos. De hecho cuenta con ideas visuales notables, como que a pesar de jugar desde una perspectiva en primera persona, veas a menudo el cuerpo del personaje, sus manos, sus piernas, lo que hace la experiencia más inmersiva si cabe. Como nos ha acostumbrado Square Enix en sus grandes producciones occidentales, llegará a nuestro país con un correcto doblaje al castellano.
Una gran aventura de sigilo
Si eres aficionado a este género tan particular, seguro que Thief te va a encantar. Sus mecánicas jugables funcionan a la perfección, han creado un mundo elaborado y lo suficientemente interesante como para que apetezca explorarlo y descubrir sus múltiples secretos, y la ambientación es de esas que te atrapan, que te hacen estarte pegado a la pantalla durante horas sin el menor atisbo de cansancio. Ahora que la nueva generación de consolas está arrancando y está más necesitada que nunca de grandes juegos, Thief va a ser una opción excelente para estar enganchados a su elaborada propuesta dura muchas horas. Estará a la venta el 28 de febrero para PlayStation 3, Xbox 360, PC, PlayStation 4 y Xbox One.
