Análisis de Thief (PC, PS3, Xbox 360, PS4, Xbox One)
En el verano de 2011 recibimos con los brazos abiertos Deus Ex: Human Revolution, la continuación o reinicio de una saga de culto, una tarea nada fácil de la que se encargó Eidos Montreal, y de la que salieron más que airosos, siendo una de las aventuras de acción y siglo que mejor sabor de boca nos ha dejado en los últimos años. Respetando lo que todos entendíamos como un Deus Ex, pero a la vez modernizando el planteamiento original y haciéndolo más acorde a los tiempos que corren, consiguieron satisfacer hasta a los fans más exigentes, atrayendo de paso a nuevos jugadores a la saga.
Ahora este talentoso estudio repite la jugada con la reinvención de Thief, una serie de culto creada por Looking Glass Studios, estudio donde trabajaron talentos como Ken Levine, Warren Spector y Harvey Smith, este último uno de los directores y escritores del genial Dishonored, el juego de Bethesda con el que se ha comparado inevitablemente a este nuevo Thief. A veces el alumno acaba superando al maestro, y si bien Dishonored nos parece superior a la vuelta de Thief, en personalidad y carisma, en su portentoso diseño artístico y posibilidades jugables –no obstante es uno de los mejores juegos de los últimos años-, lo que ha hecho Eidos Montreal vuelve a tener mucho mérito, y dejará completamente satisfechos a los amantes de las aventuras de sigilo.
Si Square Enix recuperó Deus Ex en forma de precuela, y Tomb Raider entendido como un reinicio de la saga, con Thief hacen lo mismo que con la aventura de Lara Croft, y la serie se reinventa, explicándonos el origen del personaje, por lo que no se puede considerar una continuación, y no hace falta haber jugado a la anteriores entregas para disfrutarlo del todo. Encarnamos a Garrett, un experto ladrón que se ha criado en las calles de la Ciudad, una enorme y poblada urbe de ambientación medieval gobernada por el Barón, que siembra el terror y la opresión mientras una misteriosa enfermedad llamada tenebra castiga a la población, y como suele ser habitual, con especial virulencia a los más pobres. Tras una misión inicial que sirve de tutorial, y donde ocurre un hecho que cambiará la vida de Garrett para siempre, comienza una aventura larga y elaborada, que podemos tardar en completar entre 15 y 20 horas tranquilamente.
Una duración muy variable ya que depende tanto de la dificultad en la que juguemos como de lo que curiosos que seamos, ya sea descubriendo información del universo del juego, robando todos los tesoros posibles, o completando la multitud de misiones y tareas secundarias. Para agradar tanto a jugadores experimentados y fans de la saga, como a nuevos jugadores, la dificultad y las ayudas son completamente ajustables, y cada jugador podrá diseñar una experiencia a su medida. Hay tres modos de dificultad predefinidos, en los que los oponentes son más o menos débiles y atentos, los recursos más abundantes o baratos, o que el indicador de Concentración, una habilidad muy importante a lo largo del juego, se vacíe con mayor velocidad.
Pero luego además tenemos una opción muy interesante, la dificultad personalizada. Desaparición de los puntos de control durante la misiones y ausencia de guardado automático, la eliminación del modo Concentración, solo nocauts sigilosos, ausencia de retícula al apuntar con el arco, ausencia de comida para recuperar la salud, que cualquier daño provoque el fracaso de la misión, menor velocidad al correr y caminar, que no haya mejoras del personaje, que el dar la alarma nos haga fracasar la misión… más de diez parámetros que según activamos o desactivamos suman puntos, y que pueden hacer que la experiencia sea idéntica a la de los Thief originales. Aparte también podemos configurar a nuestro antojo todas las ayudas visuales –marcadores de destino, iconos de amenaza, minimapa, botines resaltados, y un larguísimo etcétera-, la verdad un ejemplo que deberían tomar otros muchos juegos, y más de este estilo.
Empezamos explicando esto ya que dependiendo de cómo configuremos la dificultad de Thief, nos vamos a encontrar una experiencia muy diferente. En su dificultad media, a cualquier jugador acostumbrado a este tipo de aventuras, le parecerá un paseo, pero si en cambio ajustamos unos cuantos parámetros, nos encontraremos con algo mucho más exigente y emocionante. En cualquier caso a la elección de cada uno queda, lo que hace que sea un título recomendable para todo tipo de jugadores, siempre y cuando te guste el género claro.
Como otros juegos similares se nos ha intentado vender como una aventura de acción y sigilo, pero estamos realmente ante una experiencia 100% de infiltración y sigilo, y la acción nunca es una opción viable o divertida. Ni tenemos armas apropiadas –solo una porra para noquear por la espalda y un arco-, ni la acción está bien resuelta jugablemente, todo está diseñado para escondernos entre las sombras e intentar pasar desapercibidos. Hay en pantalla un indicador que nos dice si estamos en la luz o en la oscuridad –en la versión de PS4 la luz del mando cambia de color entre azul y blanco-, aunque no es muy necesario fijarse, ya que la elaborada iluminación en el apartado gráfico no deja nunca lugar a dudas.
Tenemos que movernos por los lugares más oscuros, ya sea por los existentes o provocándolos, apagando interruptores, velas y antorchas, y tan importante es caminar entre las sombras como no causar ruido. Las superficies que pisamos generan más o menos ruido, por ejemplo dependiendo de si es una alfombra, madera o agua, a veces hay cristales rotos en el suelo que tenemos que evitar pisar, y hay cuervos y perros enjaulados ante los que tenemos que caminar con cuidado. En las misiones más avanzadas también hay trampas, e incluso enemigos que no podemos noquear por la espalda. Por suerte, las habilidades y herramientas de Garrett no se quedan atrás.
El control en un principio puede resultar un tanto peculiar, con el gatillo izquierdo pulsado corremos, escalamos y saltamos, como si se tratara del botón de parkour de la saga Assassin's Creed, y una vez nos acostumbremos, algo que no tardaremos demasiado en conseguir, descubriremos que es una gran idea, y resulta cómodo y práctico. Una acción que se descubre muy importante -abusivamente buena- es deslizarnos, en cualquier dirección, para ir de sombra en sombra sin que nos vean, muy satisfactoria, pero que facilita demasiado las cosas. Caminar agachados para hacer menos ruido, asomarnos a las esquinas, abrir todo tipo de cerraduras y mecanismos mediante un sencillo minijuego de ganzúas, no faltan ninguna de las acciones clásicas en este tipo de juegos, siendo su mayor elemento diferenciador el poder llamado Concentración.
Esta habilidad activa consume su propia barra de energía, y volviéndose la imagen totalmente oscura, se resaltan en pantalla de color azul los elementos clave del escenario. Los elementos con los que podemos interactuar, los tesoros que podemos robar, las puertas, mecanismos ocultos, los enemigos, etcétera, una habilidad que estaremos usando intensamente de principio a fin para no dejarnos nada, pero que hay que saber racionar, ya que su barra de energía se consume muy rápido, y el objeto que la rellena –flores de amapola- no abunda.
El dinero lo es todo en Thief, es el recurso principal que tenemos de mejorar al personaje, y como ladrón no pararemos de robar multitud de objetos que nos encontramos por los escenarios, y que tienen su valor monetario. Con este dinero compramos recursos de todo tipo, desde comida a todo tipo de flechas, de fuego, agua, explosivas, asfixiantes, con cuerda –muy importantes estas, ya que lanzadas a ciertos postes nos permiten alcanzar zonas elevadas que de otro modo serían inaccesibles-, mejorar la porra, la calidad de las ganzúas, el arco, y un larguísimo etcétera.
Además tenemos que comprar algunas herramientas imprescindibles, como el destornillador, que nos permite abrir conductos de ventilación, o las tenazas, con las que podemos desactivar trampas ocultas, ya que los niveles tienen distintos caminos y rutas. También tenemos las mejoras de Concentración, que se pueden obtener a cambio de dinero o encontrándolas, y que están relacionadas con la intuición, el combate, el sigilo o la destreza, como veis, muy completo en cuanto a personalización del personaje, y nos pasaremos el juego sin haber adquirido muchas de estas mejoras.
La aventura se divide entre La Ciudad, una enorme localización llena de misiones secundarias y desde la que accedemos a los ocho capítulos, las elaboradas misiones que hacen avanzar la trama principal, y que siempre nos llevan a nuevos escenarios. Se valora nuestra manera de actuar –fantasma, oportunista y depredador-, y cuentan con sus propios desafíos, botines y coleccionables, por lo que es muy complicado hacerlas a la primera al 100%, lo que invita a la rejugabilidad, ya que se pueden repetir en cualquier momento.
Como es costumbre en este tipo de aventuras, nos enteramos de la historia a través de escenas de vídeo, tanto generadas por el propio motor como grabadas, conversaciones que escuchamos de los personajes secundarios, multitud de documentos y textos que encontramos, y aunque la trama no es ninguna maravilla, consigue mantener el interés hasta el final, y los hechos que van ocurriendo van afectando de manera evidente a ese gran escenario que es La Ciudad. En los capítulos además de tener que infiltrarnos en un gran edificio y robar algún objeto importante, tenemos puzles muy interesantes -ya sean opcionales u obligatorios-, sin duda un acierto que aporta un agradecido toque de variedad, e incluso alguna escena espectacular y "escriptada", un recurso del que nunca se abusa y que cumple muy bien su función cuando aparece.
El desarrollo de los capítulos nos ha gustado mucho, son variados en objetivos, situaciones y ambientación, y se hacen muy entretenidos. Es en La Ciudad, el núcleo de la aventura que lo une todo, donde encontramos algunos problemas. Para empezar las misiones secundarias no son demasiado interesantes, casi todas consisten en entrar en una casa por la ventana y robar determinado objeto, y aunque hay algunas más elaboradas, que nos llevan a una localización nueva, palidecen ante la calidad de los capítulos. Pero esto no es lo que más nos ha molestado, sino la estructura de La Ciudad, muy fragmentada, lo que provoca que sea tedioso moverse por sus calles.
Hay abundantes tiempos de carga entre sus distintos barrios o zonas, y en ningún momento tienes la sensación de estar ante un auténtico mundo abierto, siempre para ir de un lugar a otro has de pasar por tres o cuatro pantallas de carga, que no son precisamente cortas –también es bastante larga la espera cuando quieres cargar partida, algo un tanto molesto en un juego de estas características, que te invita a hacer partidas perfectas-. Además la estructura es un tanto confusa, para acceder a muchos sitios tenemos que entrar por ventanas –que son en sí mismas tiempos de carga camuflados-, y no hay nada que nos indique si vamos a entrar en una casa, o trasladarnos a un nuevo barrio, con su consiguiente y larga pantalla de carga, cuando no queríamos irnos de donde estábamos.
También echamos de menos en líneas generales –esto es bastante subjetivo- cierta falta de carisma o personalidad, es un juego por momentos demasiado sobrio. La historia es muy predecible, y su contexto es demasiado parecido al de Dishonored, una ciudad en decadencia oprimida por el poder y asolada por una extraña enfermedad. Nos gusta que Garrett tenga personalidad, y haga sus propios comentarios en voz alta sobre lo que va ocurriendo, pero el resto de elenco de personajes, tanto aliados como enemigos, no están a la altura, y son un tanto genéricos y te dejan indiferente. Tampoco son muy interesantes los abundantes textos que encontramos, algo que han hecho mucho mejor anteriormente otros juegos. La ambientación por las imágenes también puede parecer un tanto monótona y repetitiva, pero la verdad es que en los capítulos es bastante variada, y no tenemos quejas al respecto.
En cualquier caso estamos ante una aventura muy sólida, bien realizada y con muchos contenidos, y si os gustó lo que hizo Eidos Montreal con Deus Ex: Human Revolution, podréis saber más o menos lo que os vais a encontrar aquí, un juego que no va a decepcionar a ningún amante del sigilo. Le falta un "algo" para sorprender, para dar ese salto que diferencia a lo notable de lo sobresaliente, pero nos ha dejado más que satisfechos, y si te gusta mucho este género tan concreto, es casi imprescindible.
Hemos analizado la versión de PS4, y el apartado gráfico nos ha gustado bastante, aunque se nota en ciertos detalles estar lastrado por ser un juego del primer año de una consola, y estar a camino entre dos generaciones. A 1080p y 30fps en PlayStation 4 –a 900p en Xbox One-, nos ofrece una imagen limpia y sin casi ningún defecto gráfico, aunque nos haya sorprendido en momentos puntuales la carga tardía de texturas propia del Unreal Engine, algo que creíamos superado, y ciertas dificultades para mantener la tasa de imágenes en espacios abiertos, algo que se nota mucho al mover la cámara lateralmente, con una sensación un tanto brusca y que afea el resultado global. En cambio la elaborada dirección artística junto a una lograda iluminación remedian esto, y es un juego bastante vistoso, pese a predominar en su ambientación colores tan oscuros y apagados.
Los tiempos de carga podrían ser mejores, y nos parece inexplicable que las escenas pregrabadas de vídeo –como unas tres a lo largo de todo el juego- se vean tan mal, a trompicones, cuando hay espacio de sobra en el Blu-ray para haberlas incluido a una calidad mayor, un detalle muy feo en un título que presume de ser una superproducción. El sonido cumple, con un correcto doblaje al castellano, una voz bastante acertada en el caso de Garrett, un poco peor en los personajes secundarios, dando esa sensación de que todos hablan parecido, y que unos pocos actores han doblado a demasiados personajes. En cualquier caso se agradece en un juego de estas características el doblaje, estamos escuchando constantemente hablar a los enemigos, pero nos hubiera gustado que en el menú de opciones pudiéramos elegir sin problemas el doblaje en inglés, algo que ya es hora que se vuelva una costumbre en todos los juegos. La música pasa bastante desapercibida, aparece en momentos puntuales, en las escenas de acción o más intensas, y deja que el protagonismo lo tengan las voces y los efectos de sonido.
Un acertado regreso
Con parecido acierto al de Deus Ex y Tomb Raider, Square Enix recupera una saga de culto y la convierte en un producto accesible para una nueva generación de jugadores, pero a la vez complaciente con los fan de anteriores entregas, permitiendo ajustar la dificultad a su antojo. Una aventura de sigilo larga, muy elaborada y con todos los elementos que no pueden faltar en el género, con un acabado notable en todos y cada uno de sus apartados. Una jugabilidad sin fisuras, un desarrollo bastante variado para una propuesta tan concreta y un acertado diseño artístico, solo su falta de atrevimiento y de intentar sorprender al jugador juega en su contra, en un producto muy redondo y al que cuesta ponerle grandes peros. Si te gustan las aventuras de sigilo, Thief no te va decepcionar.