La historia nos ha enseñado que un videojuego puede cambiar para bien con el paso del tiempo. Es algo que Blizzard pudo experimentar en primera persona tras el lanzamiento de Diablo III en 2012. De aquella versión prácticamente solo quedan las bases. El juego ha mutado enormemente con el paso de los parches, se ha nutrido de una expansión solvente (Reaper of Souls) ha ha incorporado elementos atractivos como las aventuras o las grietas. A día de hoy es descabellado decir que para muchos jugadores Diablo III es un juego eterno. Pero a pesar de todas las mejoras, todavía queda una vieja espina clavada.
Nos referimos a la ausencia del Nigromante, una de las clases de personaje más queridas de la serie desde su incorporación en Diablo II que se ausentó de la fiesta en el tercer episodio para la sorpresa de los fans de la saga. Prácticamente desde el minuto uno de la presentación del juego de Blizzard sabíamos que este ser de la oscuridad no sería clase seleccionable, y eso, a pesar de las justificaciones de la compañía, no sentó nada bien. Las críticas llovieron en todas las direcciones y ahora, cinco años después del lanzamiento del título, la desarrolladora se prepara para remendar su error.
Fue durante la pasada Blizzcon cuando Blizzard dio el paso al frente para anunciar que el Nigromante llegaría como clase seleccionable a Diablo III. Lo hará este mismo año, en una fecha que todavía no ha sido anunciada (segundo semestre probablemente) y con un precio por fijar. La pasada semana pudimos probar cómo funciona este personaje mediante la fase de pruebas que Blizzard lanzó en los servidores de test de Diablo III. El acceso, de carácter cerrado (solo por invitación), nos ha permitido sentir cómo se comporta este personaje venido desde el mundo de los muertos en el juego de rol y acción.
La reinvención del Nigromante en Diablo III partió de una game jam dentro de Blizzard. Fue una idea lanzada al aire que todo el equipo de desarrollo aceptó de pleno. Lo que recibiremos este año es una clase de personaje completamente nueva, que no tiene igual dentro de las ya disponibles, ni siquiera con el Médico Brujo, que nos trataron de vender como su "sustituto". El Nigromante lo forma el poder de sangre, el control de esbirros, las maldiciones y los cadáveres explosivos que nos acompañan a nuestro paso por Santuario.
Es de la sangre, de esa esencia, de donde vamos a obtener el poder necesario para alimentarnos y ejecutar los movimientos. La conseguiremos directamente de los enemigos y con ella podremos hacer que las huestes caídas vuelvan a la vida para acompañarnos formando un ejército. Las capacidades de reanimación del Nigromante son sólidas y versátiles a todos los niveles, e implican una diferencia táctica con respecto al Médico Brujo: podemos controlar las embestidas de nuestros aliados eligiendo a dónde deben atacar. Es un mecanismo atractivo que hace que sobre el papel no solo tengamos un personaje en el escenario, sino que dirijamos un escuadrón completo.
De la resurrección de gólems, esqueletos y no muertos pasamos a otro interesante uso de los cadáveres caídos en combate mediante la Explosión Cadavérica. Esta habilidad hace que nuestras escabechinas adquieren sentido al poder detonar los cuerpos de los generando daño a todo lo que los rodea. Si además le sumamos las runas disponibles, conseguimos efectos diversos que potencian nuestro poder: aumento del radio de acción, explosión con persecución, efecto congelante a los enemigos que quedan vivos, etc. La Explosión Cadavérica va a ser sin duda una de las habilidades más cotizadas en las partidas de Diablo III con un Nigromante en el equipo.
Es importante señalar que el estado actual del Nigromante no es definitivo en lo que respecta a sus habilidades, por lo que es natural que en ocasiones hayamos sentido que el personaje está "roto" por su exceso de potencia. En este tipo de pruebas, los parámetros de desarrollo del héroe no sólo no son finales, sino que en ocasiones hasta se alteran de manera premeditada para que los jugadores puedan experimentar sus habilidades en el menor tiempo posible. Toca ahora que Blizzard recorra el camino para conseguir el equilibrio y evitar que sea una máquina de exterminar enemigos a todos los niveles.
De hecho, y a falta de poder probarlo acompañado de otras clases de personajes, el Nigromante cuenta con una enorme autonomía a la hora de superar situaciones complicadas. Durante el test, bastaba con encontrar un equilibrio relativo en la obtención de esencia (aquí las pasivas jugarán un punto clave) y nuestra capacidad ofensiva para avanzar sin problemas combinando ataques con esbirros y explosiones de cadáveres.
Durante la prueba del Nigromante no se tuvo acceso a la campaña principal. La única vertiente disponible para probar el Nigromante era el Modo Aventura a través de los escenarios de los cinco actos del juego y en diversos modos de dificultad. Es por ello que todavía no podemos ofrecer una valoración sobre cómo se integrará el personaje en el lore de Diablo III y sus dos campañas, pero teniendo en cuenta el trabajo realizado en su momento por el equipo de Blizzard con el Cruzado, no deberíamos preocuparnos demasiado. Tampoco se han podido probar los objetos legendarios y los conjuntos de la clase.
El Nigromante de Diablo III ya no está disponible en los servidores de prueba, pues Blizzard ha decidido retirarlo a los pocos días de su activación. Al tratarse de un test, no sería raro ver que en el futuro volvemos a tener la oportunidad de probarlo, sobre todo si tenemos en cuenta que la compañía californiana suele prolongar en el tiempo sus fases de prueba. Mientras llega esa fecha, nos quedamos con buenas sensaciones ante el personaje. En Blizzard tienen camino por delante para pulir aspectos de su jugabilidad, pero esta primera toma de contacto nos deja con ganas de más. Seguiremos invocando a los muertos.
Hemos escrito estas impresiones con un acceso a la beta cerrada que nos ha proporcionado Blizzard.
