No sería una mentira decir que de los primeros juegos anunciados para Nintendo DS, Nintendogs (o Puppy Times, como se llamó en un primer momento) fue de los que menos llamó la atención. Al lado de sagas consolidadas como Super Mario Bros, Mario Kart y Pac-Man, o de juegos que hacían un uso llamativo de la pantalla táctil, este juego de cuidar mascotas caninas no destacaba demasiado. Las ventas, en cambio, lo han convertido en el primer "fenómeno" que sale en la consola Nintendo Ds. En tan solo unas semanas el juego ha propulsado las ventas de la máquina de Nintendo, haciendo que superen a las de PSP –que llevaba la delantera en 2005-, y ha vendido más de medio millón de unidades –y subiendo-. Veamos pues qué tiene de especial esta creación de Nintendo titulada con un juego de palabras.
La premisa de Nintendogs no puede ser más sencilla: cría a tu propio perro, comenzando desde cachorrito, enseñándole a comportarse bien, jugando con él, acariciándolo... La frase con la que Nintendo quiere vender Nintendogs es que es "el perro virtual para los que no pueden tener uno de verdad", y en cierto sentido tiene razón. Tras elegir la raza de nuestro perro y escoger a uno entre tres posibles que el juego nos daba a elegir, nos encontraremos con un cachorrito al que le cuesta mucho hacernos caso y al que habrá que enseñar a hacer todo lo que un perro que se precie saber hacer para complacer a su amo.
Es importante aclarar que Nintendogs es uno de los juegos que mayor uso hace de las funciones características de Nintendo DS. La doble pantalla se usa inteligentemente para mostrar lo que hace nuestro perro mientras navegamos por las pantallas de inventario, pero lo que realmente se lleva la atención es la pantalla táctil y el micrófono, pues el juego no se controla con los botones. Con el micrófono llamaremos al perro y le daremos órdenes, y con la pantalla táctil interactuaremos con él y con el escenario.
Nada más comprar nuestro cachorro se nos pedirá bautizarle a través del micrófono –repitiendo el nombre varias veces-, pues luego, cuando queramos llamarle, tendremos que repetir el nombre. Una cosa es que repitamos el nombre, y otra cosa que el perro nos acabe haciendo caso, como es de esperar. Una de las claves de Nintendogs, que lo hace muy divertido, aunque a veces desesperante en el sentido gracioso de la palabra, es que el perro es muy desobediente al principio –como por otra parte es natural-. A base de aprendizaje Pauloviano, recompensa-castigo y ese tipo de cosas, nuestro cachorro irá identificándonos como amo al que hacer caso a medida que va creciendo.
De igual modo tendremos que entrenar a nuestro perro para que sepa hacer trucos; cuando aleatoriamente nuestro perro haga alguna acción, como sentarse o tumbarse, el juego nos dará la oportunidad de nombrar con el micrófono esa acción, de forma que mediante la repetición y el método de la recompensa y la corrección nuestro perro vaya aprendiendo a hacer cada vez más trucos y más obedientemente.
Pero no todo será dar órdenes a nuestro perrito con el micrófono. Para que nos haga caso y sea feliz también tendremos que jugar con él, y la forma más básica de hacerlo será acariciarlo, cosa que también se puede hacer para reforzar un tipo de comportamiento. Siendo un juego que usa la pantalla táctil para todas las acciones que no sean llamar al perro, es evidente que lo acariciaremos "tocándolo" a través de la pantalla.
Este interfaz de acariciar al perro está realmente bien hecho y da una respuesta diferente, pero precisa, en todos los casos. Muchos recordarán la célebre pantalla inicial del Mario 64 de Nintendo 64, donde podíamos deformar a Mario agarrándolo usando el stick analógico. En Nintendogs podremos coger la oreja del perro, tocar su morro, reaccionando el modelo tridimensional del perro de forma creible a nuestros estímulos. Son muy variadas las posibilidades y las respuestas realistas, de forma que realmente se crea una interacción coherente entre nuestros dedos y el cachorro.
La forma de jugar e interactuar con el perro (o los perros, pues podremos tener hasta tres) no solo se reduce a acariciarlos. Con los fondos adecuados podremos comprar juguetes y otras distracciones para nuestro perro, como una pelota de fútbol o un frisbee, y a medida que juguemos con nuestro perro de ese modo y que lo domestiquemos para que lo haga mejor, nuestro perro comenzará a hacer cosas sorprendentes. En un primer momento no reaccionará de forma demasiado intuitiva ante el lanzamiento de frisbee, para más adelante perseguirlo eficientemente y hasta poder realizar saltos en el aire para agarrarlo con los dientes.
En el juego hay una gran cantidad de items y objetos que adquirir y con los que interactuar, que podremos comprar con el dinero que ganemos en concursos, siendo uno de ellos precisamente el de lanzamiento de frisbee. Es sorprendente la evolución del perro, ya que no se nos indica con las clásicas barras de progreso ni nada por el estilo, sino por el propio comportamiento del perro. Esto puede desconcertar en un primer momento pero a la larga le da al juego un aire mucho más coherente y creible de "mascota virtual", ya que no tenemos más indicadores sobre el perro que su propio comportamiento y su a veces sorprendente evolución.
La vida de nuestro perro no solo se limitará al jardín sino que además podremos llevarlo de paseo, generalmente para que haga sus necesidades. Ahí podrá encontrarse con otros perros e interactuar con ellos (es gracioso como se huelen), y del mismo modo el juego cuenta con multijugador con wireless para que nuestro perro haga vida social con otros cachorros de amigos.
Nintendogs resulta un juego tremendamente original y especial. Pocas veces se han visto títulos tan diferentes al resto y al mismo tiempo tan fáciles de entender y jugar; con un lanzamiento previsto para el mes de octubre, no es seguro que Nintendogs repita el éxito nipón en el resto de mercados, con gustos bien diferentes, pero sin lugar a dudas se ha convertido ya en uno de los juegos más sorprendentes y curiosos de los últimos años, en, como dice Nintendo, el juego que permite tener un perro a los que no se lo pueden permitir.