Tomb Raider, una saga que revolucionó los juegos de aventuras, plataformas, acción y puzles, se mantuvo fiel a su fórmula tradicional durante muchos años, y a pesar de sus esfuerzos por ponerse al día, no conseguía encontrar su sitio en el mercado. Naughty Dog lanzó entonces Uncharted: El tesoro de Drake, y convirtió gran parte de lo que era Tomb Raider en el producto que el mercado quería. Casi arrastrada por la necesidad de éxito, la saga protagonizada por Lara Croft adoptó un concepto más cercano a la de Drake, gozando de mayor éxito, pero perdiendo algunas de sus señas de identidad.
Comparar uno y otro no es algo que hagamos por gusto, ya que Microsoft se ha hecho con Lara para competir contra Drake estas navidades en su búsqueda por el "tesoro". Ahora hemos visto cómo Uncharted 4: A Thief’s End ha adoptado algunas de las mecánicas del último Tomb Raider, y como detallaremos más adelante, cómo Rise of the Tomb Raider parece tomar prestado algunos detalles de The Last of Us. Es obvio que los grandes juegos siempre inspiran, y particularmente a compañeros de género, pero Lara vuelve con mucho más que referencias a otros juegos.
Un viaje emocional
En Tomb Raider –el de 2013, el reinicio– descubríamos cómo Lara se convertía en la heroína que todos conocemos, y descubríamos el viaje emocional que sufría intentando sobrevivir en un entorno hostil, teniendo que matar para proteger su vida y perdiendo amigos por el camino. Ahora, en Rise of the Tomb Raider, Lara guarda cicatrices tanto físicas como mentales, pero lo que vio en su primerísima aventura ha despertado la curiosidad en ella para seguir persiguiendo tesoros y misterios increíbles por el mundo. Dicho sea de paso, si recordáis las cachés de los GPS que encontrábamos ocultas en el primer juego y la historia que nos contaban, ya tenéis la base de uno de los rivales que nos esperan, Trinity.
Lara ha pasado año investigando sobre entidades inmortales, y su búsqueda la ha llevado a Kítezh, una ciudad que habría yacido en la orilla del lago Svetloyar, en Rusia, y que habría sido construida a principios del siglo XIII por Yuri II de Vladímir, el cuarto gran príncipe de Vladímir. La leyenda cuenta que cuando la invasión mongola intentó apoderarse de Kítezh, que aguardaba sin barreras de ningún tipo, sus habitantes comenzaron a rezar y la ciudad se sumergió en el agua, llevándose contigo sus secretos y tesoros. Así, el misterio conduce a Lara a Rusia, y más concretamente, a Siberia, en una aventura donde la historia volverá a tener gran protagonismo, con una protagonista que todavía tiene miedos a los que enfrentarse.
Ahora, una heroína
Esta vez, Lara viene preparada. La aventura no ha sido por sorpresa, sino que la ha buscado ella, por lo que desde el principio iremos bien equipados. Abrigados, con dos piolets y un cuchillo, al menos de la demostración que pudo ver la revista Game Informer, de la cual extraemos los detalles de este avance. No tenemos mucha más información sobre el equipo de turno, pero sabemos que vuelve el arco, que habrá armas de fuego, que podremos tener varias de cada tipo y mejorarlas, e incluso conseguir diferentes municiones para determinadas armas.
En Rise of the Tomb Raider tendremos que buscar determinados elementos para conseguir estas mejoras o las mencionadas municiones, pero también para conseguir curas, aunque no queda claro si la salud se regenerará automáticamente o no. Lara puede conseguir plantas, ropa, minerales o pieles y combinarlas. Por ejemplificar una de las posibilidades mencionadas, combinando plantas y tela podemos conseguir una especie de apósito para curar nuestras heridas.
Aquí entra en juego un nuevo enemigo: el entorno. Crystal Dynamics asegura que los escenarios serán uno de los grandes problemas, no sólo por sus peligros, sino por lo cambiantes que resultan. Esto lo ilustran explicando que para conseguir una determinada mejora podemos necesitar la piel de un tipo de lobo que sólo sale por la noche, pero que quizás la noche que intentamos ir a cazarlo cae una tormenta de nieve que hace que permanezca refugiado y mucho más inaccesible. Eso también afectará a la jugabilidad, ya que la nieve, la niebla o la lluvia nos hará pasar más desapercibidos, pero también dificultará que detectemos a los enemigos.
Las posibilidades de la nueva Lara
Ya señalábamos previamente que habían pasado unos años desde la primera aventura, y que además, ahora Lara llega preparada para explorar los peligros que la acechan. Así, podremos aprovechar mucho mejor el entorno, tanto para la exploración como para el combate. Crystal Dynamics asegura que no será un juego de infiltración, pero que puntualmente podremos evitar situaciones complicadas distrayendo a los enemigos con diferentes elementos como bombas de gas, o pasando desapercibidos por zonas más altas (ahora puede escalar árboles), infiltrándose entre los matorrales o incluso nadando, una habilidad que recupera nuestra protagonista. En definitiva, tendremos más libertad para afrontar las situaciones.
Game Informer asegura que el combate tiene una vertiente más centrado en la improvisación que recuerda al visto en The Last of Us, con Lara recogiendo todo lo que se encuentra a su paso para conseguir crear armas, munición o cualquier tipo de distracción que le dé ventaja en la batalla. Eso sí, el resto de la acción es mucho más rápida y directa que la del juego de Naughty Dog, más parecida a la que vimos en el anterior Tomb Raider. Además, el estudio promete que una vez que los enemigos nos descubran no se olvidarán de nosotros, y nos perseguirán hasta encontrarnos o perecer en el intento.
Algo muy importante es que los puzles y el saqueo de tumbas volverán a ganar protagonismo, dando así un paso adelante para acercarse a los orígenes de la saga. Según parece, los puzles tendrán gran profundidad, incluyendo algunos que incluso estarán divididos en varias fases. De manera similar a lo que vimos en la entrega previa, los puzles están pensados para que parezcan creíbles, aunque el estudio quiere que estemos en constante tensión, y podremos tener secciones de combates en medio de uno.
Mejorando la fórmula, ¿con salto generacional?
Todavía no hemos visto lo suficiente de Rise of the Tomb Raider como para juzgar objetivamente, pero quizás lo poco mostrado no ha dejado ver un salto claro de plataforma. La primera razón que puede venir a nuestras mentes es el hecho de que se trata de un juego intergeneracional, ya que también saldrá para Xbox 360. Crystal Dynamics asegura que esta versión no está limitando la de Xbox One en absoluto, ya que está siendo desarrollada por Nixxes Software, encargados de adaptar todo lo que la versión principal lleva a la nueva consola de Microsoft. Además, con Tomb Raider mejorados en Xbox One y PlayStation 4, más duras serán las comparativas.
Por supuesto, no todo son gráficos, y en Rise of the Tomb Raider veremos mayor variedad de escenarios, incluyendo ubicaciones arqueológicas, y un mayor componente metroidvaniesco, en el sentido de dar mayor profundidad y recompensas al tener que volver a explorar diferentes zonas con las habilidades adecuadas. Aparte de conseguir acceder a nuevos espacios, volver atrás durante la aventura nos permitirá descubrir un nuevo misterio oculto a través de mensajes en idiomas olvidados repartidos por el escenario. Además, como habéis visto, se ha mejorado mucho el componente de la supervivencia, y pulido y ampliado los pilares básicos de la jugabilidad.
Una gran promesa, un paso más cerca de Tomb Raider
Todavía quedan muchas preguntas en el aire, y de hecho, ni siquiera hemos visto el juego en movimiento, pero no hay razones para desconfiar del trabajo de Crystal Dynamics. Microsoft ha apostado fuerte por el nuevo periplo de la señorita Croft, y se la ha llevado en exclusiva a Xbox One y Xbox 360 para las navidades de este año –con un ambiguo juego de palabras que deja abierta su salida en otras plataformas en 2016–, y tiene que dejar el listón bien alto para convertirse en uno de los estandartes de la campaña navideña de su consola de nueva generación.
Tomb Raider cambió bastantes cosas con respecto a las entregas anteriores de la saga, pero hay que entender que para hacer un gran juego es necesario llegar a un gran público, y que con el tiempo, ciertas mecánicas dejan de funcionar como lo hacían en su momento. Con Rise of the Tomb Raider, Crystal Dynamics viene con la idea de evolucionar la fórmula del renacer de Lara, a la vez que la acerca a sus orígenes. Y creemos que ése es el camino a seguir.