Análisis de Yager (Xbox)

De la mano de una compañía alemana primeriza y sin hacer mucho ruido, llega a nuestras consolas Xbox un divertido shooter 3D ambientado en un mundo futurista pero no por ello menos conflictivo, donde pilotaremos un híbrido entre nave espacial y caza de combate. Yager, de la compañía del mismo nombre, viene haciendo poco ruido pero esconde un buen soplo de aire fresco al género, y una mecánica de juego divertida acompañada de un nada despreciable apartado técnico.

Nosotros seremos Magnus Tide, un piloto "free lance" que vive a finales del siglo XXI, en un mundo en el que han desaparecido los estados con asombrosa facilidad para ser sustituidos por macrocorporaciones, y las fronteras han sido sustituidas por zonas de influencia/comercio. También con asombrosa facilidad, el transporte aéreo ha suplantado al terrestre, y para aquel que no trabaje para una macrocorporación existen pocas opciones: ser piloto "freelance", ser pirata, o montar un bar con el dinero ganado en las dos anteriores profesiones, para tener una clientela que trabaje en dichos negocios. Las dos corporaciones alrededor de las que gira la historia son Proteus y DST; la primera es "la buena", con colores blancos, estética agradable para los ojos, rostros bellos y atardeceres bonitos, y la otra es "la mala", con muy mala leche, las típicas chulerías via radio y cierto look "horda del terror". Ambas mantienen una paz caliente, o una guerra fría según se mire, lo que significa que frecuentemente "ocurran cosas" que nadie reconoce. Tide trabajaba con Proteus hasta que fue atacado por piratas, tras lo cual no obtuvo compensación ninguna por parte de la compañía. Un año después, Proteus sufre todo tipo de problemas y ataques de piratas, y no tienen más remedio que acudir a Freelancers para defenderse. Uno de ellos es Magnus, que vuelve a estar a las órdenes de Proteus con una nueva nave, y se ve envuelto en todo tipo de misiones, mientras flirtea vía radio con su antigua amiga Sarah.

Yager es un matamarcianos 3D basado en misiones, que van desde el clásico "acaba con todo", al "acaba con esto" (para lo cual tienes que acabar con todos), "protege esto" y otras variantes, como una de las primeras y más divertidas misiones en las que tenemos que inutilizar unos misiles de crucero que dejarían la flota Proteus hecha unos zorros. Muchas de las misiones tienen sorpresas y cambios de última hora, haciendo al juego mucho más variado y divertido. También están llenas de secretos. Algunas de ellas tienen jefes finales o "semijefes", y las más largas y complicadas cuentan con checkpoints (uno o varios) para continuar allí en caso de que nos maten aunque, todo hay que decirlo, los checkpoints guardan nuestra posición pero no todo el estado del nivel, por lo que algunos enemigos que no habíamos matado aparecerán muertos (pues el juego lo considerará "coherente"), y otros con los que habíamos acabado estarán vivitos y coleando.

Las misiones tienen lugar en un escenario en concreto, y los que estén enlazados figurarán como misiones individuales. En ocasiones volveremos a visitar un escenario, pero con condiciones completamente diferentes por lo que no resulta monótono. Al contrario de lo que suele pasar en este tipo de juegos, cuya dinámica se basa casi exclusivamente en disparar y perseguir enemigos, Yager no resulta monótono por la gran variedad de sus misiones y los "giros" que dan. Por ejemplo, en una misión, cuando parece que ya hemos acabado, nos encargarán el peligroso cometido de acabar con un misil de crucero que va "en camino" del mando central de Proteus. Los diferentes objetivos agradarán a todo el mundo y algunos, como los de "defiende esta nave o instalación" –de los cuales soy detractor-, no resultan tan cansinos e imposibles como en otros juegos del estilo.

Para ayudarnos en las misiones tendremos el mapa del terreno, que resulta muy útil para orientarnos y saber hacia donde tenemos que ir (siempre y cuando nos lo hayan señalado). También contaremos con un radar en la parte inferior izquierda que nos indica todo lo que nos rodea a medio alcance (enemigos voladores en rojo, terrestres en naranja, otras instalaciones enemigas en amarillo, inocentes en verde, aliados en azul). Sin embargo, nada de esto nos ayudará si no controlamos a la perfección el Sagitario, una nave con ciertas peculiaridades que le dan a Yager una considerable profundidad en su jugabilidad.

Nuestra nave, Sagitario, tiene dos modos de movimiento. El modo "hover" presenta la nave flotando (como su propio nombre indica), y nos permite hacer unos movimientos muy precisos. Con el mando analógico derecho movemos nuestra en los ejes hozirontal y vertical, mientras que con el izquierdo controlamos la inclinación hacia los lados y hacia arriba y abajo. Para movernos (lentamente) en esta situación, pulsamos el gatillo L, y podemos dar marcha atrás si mientras tanto pulsamos el mando izquierdo. En el otro modo, al que cambiaremos pulsando el stick derecho, nuestra nave se encuentra en movimiento a velocidad constante; con el stick izquierdo controlaremos, de nuevo, los movimientos hacia un lado u otro y la inclinación hacia arriba o debajo de la nave; con el derecho esta vez lo que haremos será rotar la nave sobre su propio eje, permitiéndonos realizar giros más cerrados. No podremos frenar ni ir marcha atrás, pero sí decrementar ligeramente nuestra velocidad (cosa muy útil para atacar objetivos móviles), pulsando el stick analógico izquierdo. Podemos ver la acción desde dos vistas (interior y exterior), sin haber diferencias resaltables entre ninguna de ellas; puede jugarse a la perfección con cualquiera.



Este sistema de control resulta fácil de aprender, tras un tutorial, y muy fiable. Rara vez tendremos problemas con él salvo por ciertos detalles. Nosotros moveremos un cursor, que por defecto estará justo delante de nuestra nave, pero que "se pega" a los enemigos. Esto resulta muy útil para el combate, prácticamente imprescindible. Sin embargo, este sistema de detección y "targetting" de enemigos atraviesa superficies opacas, no nos podemos separar de él y ocasionalmente modifica la trayectoria de la nave. Resumiendo: Montaña alta que hay que sobrepasar, enemigo justo detrás de la montaña que es detectado y fijado por nuestro cursor. Intento desesperado por volar sobre la montaña. Sistema de targetting hace que nuestra nave mire hacia abajo. Game Over. No os creáis que es ocurre a menudo, más bien por coincidencia y en contadísimas ocasiones (me refiero a 2 o 3 a lo largo de todo el juego).

Otro detalle interesante del sistema de targetting es el poder seleccionar a un enemigo para que el cursor no salte hacia otro, y para seguirle el rastro (algo muy útil si ya le hemos dañado). Sólo hay que pulsar el botón B para seleccionarlo, y pulsar otra vez el mismo botón para seleccionar a otro enemigo o a ninguno.

En cuanto al ataque, nuestra nave cuenta con un arsenal que se irá ampliando según vayamos avanzando por el juego. El arma que siempre tendremos con nosotros es un laser básico, con munición ilimitada pero que se sobrecarga (tenemos un indicador de porcentaje, que indica la potencia disponible). Cuando la potencia baje por encima del 20 nuestros disparos comenzarán a ir a menor ritmo; el truco está en parar durante un par de segundos para recuperar la suficiente potencia. Además del arma básica, podremos hacer un "disparo especial" con algunas armas –entre ellas el susodicho laser, que será la que más utilicemos en la aventura-. En el caso del laser, lanza varios proyectiles formando un anillo. Otras armas muy habituales en la aventura son la ametralladora –el disparo especial es hacia atrás-, los misiles –el disparo especial es una carga de hasta cinco misiles- y el railgun –sin disparo especial y sin fijación de objetivo, muy difícil de utilizar pero mortal-. Estas son, digamos, las armas básicas, mientras que en algunas misiones utilizaremos otras especiales, como el desactivador de misiles o el napalm. Un gran problema que existe con las armas es que la munición es limitada y en ocasiones completamente insuficiente, pese a que hay numerosos "paquetes" que podremos recoger y que rellenarán sus recámaras. Nuestra nave también tiene una energía limitada, naturalmente, y cuando la batalla causa estragos en su fuselaje contaremos con unos útiles puntos de reparación que dejarán nuestra nave como nueva en un santiamén. Los puntos aparecen automáticamente en el mapa cuando andamos mal de energía, y mientras estemos en ellos seremos inmunes a los ataques enemigos. Una vez recarguemos en uno de ellos, éste permanecerá inactivo durante unos minutos.

Yager está a muy buen nivel gráfico. Presenta unos escenarios amplios, llenos de detalles, y con texturas a buena resolución. Algunos de ellos, combinados con los efectos de iluminación, son realmente espectaculares (como la base Proteus y su agua en diferentes períodos del día...). Pero sin duda lo que realmente brilla del juego son las naves, sus buenos diseños, su exhuberancia de detalles y lo bien que se mueve todo mientras libramos auténticas batallas campales sobre los cielos. El juego rara vez pierde su framerate constante y sólo hay una ralentización cuando hay muchas naves en pantalla o cuando la máquina tiene que mostrar una explosión delante de nuestras narices –léase cuando acabamos con un enemigo antes de chocar contra él y atravesamos el fuego de la explosión-. Por lo demás, destacan los efectos especiales, las explosiones de la nave tanto por el fuego como por los numerosos pedazos en los que se descompone. En conjunto el resultado es muy bueno aunque sin tener ningún aspecto que te haga caer la mandíbula al suelo, como puede ocurrir en títulos como Halo o Splinter Cell.

El sonido de Yager no es llamativo, aunque resulta un complemento indispensable para introducirnos en las batallas; cuenta con voces en inglés con buenos actores, la música ambienta y cambia según la situación, complementándose perfectamente con la acción. Por último, los efectos sonoros son abundantes y nunca cansan.

Como conclusión, Yager es un buen shooter, posiblemente el camino que deben seguir los matamarcianos de toda la vida para dar el salto definitivo a las tres dimensiones. Cuenta con un apartado técnico intachable, un control muy inteligente e intuitivo y una curva de dificultad y de progreso más que aceptable. Las únicas pegas son la escasez de modos de juego adicionales (falta una opción para dos jugadores que prometería ser divertidísima) que den más vida al juego, ya que pasados los más de veinte niveles pocos o ningún alicientes tendremos para volver a jugar, salvo conseguir las medallas en los niveles para completar la base de datos del "universo Yager". Una compra recomendada para los aficionados a los shooters, que encontrarán en Yager una de las mejores alternativas de los últimos tiempos.