Análisis de Midtown Madness 3 (Xbox)

La mayor compañía de software del mundo es primeriza en el mundo de las consolas pero en absoluto lo es en el de los videojuegos. El departamento de juegos para PC de Microsoft lleva años en funcionamiento y, aparte de Age of Empires, otro de sus títulos famosos en la saga Midtown Madness. Con gran acierto, la compañía de Redmond ha decidido llevar su saga de conducción a su consola Xbox, esta vez de la mano de Digital Illusions (Rallisport Challenge) y no de la de Angel Studios (creadores de los dos primeros juegos y de los Midnight Club). El resultado contiene una tonelada de diversión.

Para los no conocedores de las versiones PC, digamos que Midtown Madness 3 es un arcade de conducción, con un control al estilo de juegos como Burnout o Wreckless (de hecho, con este último tiene mucho en común), que tiene lugar en ciudades reales. En este caso, han sido Washington y París, dos de las más importantes capitales del mundo, las elegidas para ser destrozadas por nuestro coche y aterrorizadas por nuestra imprudencia.

Antes de nada, hay que alabar al equipo y a Microsoft por elegir (y conseguir) las dos ciudades que contiene el juego. Habitualmente, ciudades como Tokio o San Francisco son más proclives a salir en los juegos de coches con escenarios reales, habiendo tenido la segunda una saga propia (San Francisco Rush), posiblemente gracias a su famosas y "creadoras de situaciones de acción explosiva" cuestas. París posiblemente le ha costado alguna gestión extra a Microsoft, ya que hace unos años se comentó que regían unas leyes de copyright muy peculiares sobre las formas de la ciudad francesa. Pero dejémonos de especulaciones. La elección es buena, no solo por la importancia de las dos ciudades y su "novedad", sino también por el contraste que existe entre ellas. París es una ciudad de milenios de antigüedad, y como prácticamente todas las ciudades europeas está llena de pequeñas calles, algunas de ellas incluso con suelo de adoquines, serpenteantes y procedentes de una época medieval en la que el urbanismo no vivía su mejor momento. Washington D.C., en cambio, es una ciudad que se construyó para ser la capital de los Estados Unidos, ya en el siglo XVIII, y cuenta con anchas avenidas, extensas zonas verdes, una estructura de calles "cuadriculada" (ortogonal, que se diría correctamente) y espacios abiertos en general. Ambas recreaciones representan los lugares más emblemáticos de las ciudades, desde la Torre Eiffel y el Arco del Triunfo en la "ciudad del amor", hasta el Capitolio, la Casa Blanca y la fuente esa de la escena tan emotiva de Forrest Gump, que mi incultura me impide citar, en la capital de los Estados Unidos.

Midtown Madness 3 consta de tres partes principales. La parte de infiltración, la parte de Carrera Libre y el modo multijugador, que por supuesto incluye Xbox Live. Pero antes de comentar a fondo la impresionante cantidad de diversión que proporciona el juego por Xbox Live, es preciso hablar del modo para un solo jugador, que seguramente interesará mucho más a los que aún no dispongan del juego online de Microsoft.

El modo Infiltración es algo así como el modo historia del juego, en el que jugaremos dos aventuras paralelamente, una en cada ciudad. Somos investigadores, nuestro objetivo es detener a unos delincuentes, y para ello tendremos que inflitrarnos en diferentes lugares, y en todos ellos conduciremos un automóvil. En Washington, por ejemplo, comenzaremos como pizzero, mientras que en París lo haremos de repartidor. Cada miniaventura en una profesión consta de tres misiones principales que tienen que ver con el argumento y otra extra de propina que activaremos al completar las tres anteriores, lo que también nos dará acceso a la siguiente miniaventura. Las misiones son de diferentes estilos pero la mayoría de ellas implican luchar contra el crono para cumplir un objetivo determinado, ya sea pasar por una serie de checkpoints (con la excusa de repartir pizzas o periódicos), hacer una serie de paradas en un lugar (como taxista, como conductor de limusina o incluso como agente de policía), y otras más originales como tener que detener un coche a base de golpes o huir de la policía. Una de las misiones más divertidas fue la de impresionar al mafioso de turno haciendo locuras en un coche deportivo, con la excusa de vendérselo. Otro elemento que tienen en común muchas misiones, ya sean en París o en Washington, es la existencia de una rival de peligroso perfil psicológico que nos persigue trabajo tras trabajo y que muchas veces jugará un papel importante en las misiones, pues nuestro objetivo podrá ser llegar antes que ella a algún sitio, o bien hará una aparición de última hora para complicarnos las cosas. No hace falta decir que a medida que avancemos las misiones se irán haciendo más complicadas y dificultosas.

Los otros modos para un solo jugador son los de carrera única, que comprende "Paseo" (como su nombre indica), "carrera relámpago", un desafío contra el crono donde tendremos que pasar por todos los puntos de control de un "circuito virtual" sobre la ciudad y "punto de control", que no es otra cosa que una carrera contra otros rivales controlados por la máquina, con coches similares en potencia al nuestro, por checkpoints similares a los de la carrera relámpago. Ganar carreras en estos dos últimos modos nos dará acceso a más coches, al igual que superar las misiones en el modo "Infíltrate".

Sobre los coches, son 35 y contienen desde el más modesto utilitario hasta el mejor de los deportivos, con coches de marcas reales como el Renault 5, Mini Cooper S, New Beatle, Chevrolet Corvette, Dodge Viper Lotus Elise y treinta más (entre ellos coches de policía, camiones e incluso hummers).



El modo multijugador permite duelos a pantalla partida (modos paseo y punto de control) y el modo online, que es un incentivo para comprarse Midtown Madness 3 y lo recomiendo encarecidamente a los poseedores de Xbox Live. Al contrario que en otros juegos de conducción, en la mayoría de modos de MM3 podremos entrar en la partida al momento, sin esperar a que termine, lo que lo hace mucho más divertido. Hay diferentes modalidades de partida siendo las comunes al resto del juego las de "paseo" y "punto de control" explicadas anteriormente. Las divertidísimas novedades son el "Coge el oro", "Tu la llevas", "Policías y Ladrones" y "Tu llevas la liebre", que pueden ser jugados tanto en individual como en equipos. En el "coge el oro", aparecerá un checkpoint (el oro) en una parte de la ciudad y los jugadores correrán como locos hacia él, y luego tendrán que llevarlo a una "guarida". La misión de los otros jugadores será arrebatarle el oro al que lo lleve y hacer exáctamente lo mismo. El "tu la llevas" es el clásico juego que todos hemos jugado de niños pero esta vez con coches y con un límite de tiempo para pillar a alguien tras el cual quedaremos descalificados. El "tu llevas la liebre" es algo así como un modo "dominación", en el que el coche que lleve la liebre sumará tiempo hasta que otro se la quite. El que llegue a una determinada cantidad de tiempo gana. Por último, en el policías y ladrones uno asumirá el papel de policía y tendrá que perseguir a los otros jugadores, que tras ser pillados pasarán a ser policías también. Ganará el último caco que quede libre. Todos estos modos nuevos pueden jugarse por equipos, algo que en algunos casos aumenta la diversión, y permiten hasta ocho jugadores simultáneos.

A nivel gráfico Midtown Madness 3 luce bien, no por la calidad de sus efectos ni por un modelado especialmente bueno de los coches, sino por los enormes escenarios que maneja y la cantidad de detalles con los que los muestra (y dicho sea de paso, la velocidad a la que los mueve). Los escenarios están literalmente vivos, con coches circulando, objetos con los que podemos chocar, que podemos arrancar e incluso que podemos arrastrar, peatones de todo tipo que huirán como locos ante nosotros al ver nuestro poco respeto por las normas de tráfico... Aunque los efectos gráficos no destacan sobremanera, MM3 goza de una muy buena iluminación, que incidirá perfecta y realísticamente en la carrocería de nuestro coche, donde también se refleja el escenario con el famoso efecto environment mapping (aplicado razonablemente, nada de exageraciones). Como apartados negativos, tal vez un sistema de daños en los coches no demasiado complejo y alguna que otra ralentización, en contadas ocasiones, que curiosamente no hace que el juego vaya lento durante un par de segundos, sino que durante unas décimas de segundo el juego prácticamente se para en seco para luego recuperar la maravillosa fluidez de siempre; como he dicho, ocurre en contadas ocasiones.

En cuanto al sonido, Midtown Madness 3 goza de la banda sonora estándar que se puede esperar en este tipo de juegos y de los típicos efectos de sonido, tanto los del juego (ruidos de motor, colisiones, etc) como los de victoria, derrota, etc... Cuenta con voces al castellano, bastante bien dobladas, teniendo las voces de París un rocambolesco acento francés. Un apartado que no destaca pero que cumple a la perfección.

Finalizando, el control del juego es extremadamente sencillo y no tardaremos ni cinco minutos en dominarlo a la perfección. Usaremos los gatillos para acelerar y frenar, el botón A para usar el freno de mano y el joystick para mover el volante, mientras que los otros botones frontales servirán para cambiar de marcha (si utilizamos el modo manual) y pitar. Con el botón negro cambiamos la vista y con el blanco encendemos y apagamos las luces. Como ya mencioné al principio del artículo, el control es completamente arcade y no tendremos que rompernos la cabeza para tomar las curvas, pues los choques solo frenarán ligeramente nuestro avance (hasta que destrocen nuestro coche, para lo cual se necesitan muchas colisiones); la maestria de Midtown Madness 3 reside en lograr conducir a toda velocidad chocando lo mínimo posible, para ganar preciosos segundos de tiempo.

Como conclusión, Midtown Madness 3 es un excelente arcade de conducción, muy recomendado a los amantes del género. Tal vez su punto más flaco sea cierta escasez de modos para un solo jugador, ya que el modo infiltración, aunque muy adictivo, termina haciéndose corto. Los otros modos de carreras individuales alargan la vida del juego, pero no puede entenderse Midtown Madness 3 sin su modo multijugador, especialmente si es por Xbox Live, que resulta muy divertido. Xbox sigue ampliando su catálogo con buenos títulos first party, y ya cuenta con un género de conducción plagado de grandes juegos, entre los cuales se encuentra Midtown Madness 3 además de Burnout 2, Project Gotham o Rallisport Challenge. Uno de los mejores juegos de Xbox en multijugador. (Y súbele medio punto a la nota si cuentas con Xbox Live).