Análisis de Batman Begins (Xbox)
Batman Begins ha sido una de las más agradable sorpresas del verano cinematográfico, especialmente para los aficionados a los tebeos de DC Comics protagonizados por el héroe de Gotham City, alter ego del multimillonario Bruce Wayne. La película ha destacado por su gran calidad y reparto, alcanzando grandes críticas y un espectacular éxito de taquilla, y como es de esperar, y más tratándose de un film de superhéroes, el lanzamiento del videojuego simultáneamente era algo seguro.
En este caso ha sido Electronic Arts la beneficiada, al igual que en la no tan bien parada Catwoman, y la mayor third party del mundo ha creado un juego que hace uso de los elementos de la película como escenas y actores reales y que además capta la esencia de ésta. Batman Begins no es un juego de acción "yo contra el barrio", sino de infiltración, donde tendremos que introducirnos en el sofisticado traje de Batman para resolver misiones usando nuestra fuerza pero también nuestras habilidades de intimidación con los enemigos.
El videojuego oficial de la película sigue su argumento, aunque en ocasiones cambiando el orden cronológico, y en todas ellas ampliando considerablemente la duración de la misión para lograr así un videojuego con una duración decente. El juego hace uso de algunas secuencias de imagen real de la película, y procura no desvelar el argumento a los jugadores. Aunque el destripe nunca es explícito, resultará inevitable no fastidiar la película a quienes no la hayan visto, pues aparte de las cosas esperables –es decir, un Batman joven que se entrena para ser el protector de Gotham- también desvela en ocasiones cómo terminan escenas clave en la película, por lo que el juego no resulta recomendable para aquellos que piensan verlo y todavía no lo han hecho.
Dejando a un lado las introducciones, como decíamos Batman Begins es un juego de infiltración, podríamos decir que a medio camino entre Splinter Cell y Tenchu. Del primero toma el elemento plataformero y de exploración por el escenario, y del segundo el sistema simple de escondite (no se juega con la luz ni con otros detalles más complejos). Aparte, incluye un sistema de lucha contra varios personajes similar al de un clásico juego "yo contra el barrio", aunque no tan variado en combinaciones y tampoco tan logrado como se espera en un juego que solo es de ese género.
Mezclando estos géneros nos encontraremos por lo tanto con un hombre murciélago dotado de numerosas habilidades. Batman puede saltar, trepar, balancearse y colgarse de tuberías, muy al estilo de Sam Fisher, y también caminar sigilosamente para no alertar a los enemigos con el ruido de sus pasos. Para saber si los alerta contará con un radar que mostrará la posición de los enemigos, hacia qué lado mira y, más importante, si van armados. Batman también cuenta con gadgets que le solucionarán la vida en más de una ocasión, como los batarangs, imprescindibles para acabar con objetos lejanos, o el garfio, con el que podremos desplazarnos por el escenario apuntando a los diferentes puntos de atraque.
Estos dos elementos parecen muy interesantes a primera vista pero acaban resultando un tanto desaprovechados, dado que su uso está restringido solo a ciertos objetos con los que podremos interactuar, y donde de hecho se nos indicará que podemos o bien lanzarles un batarang o bien colgarnos de ellos con el gancho. Aún más, estos objetos quedan marcados por el sistema de juego, por lo que la exploración del escenario para encontrar puntos por los que avanzar queda muy limitada, y se convierte simplemente en admiración del escenario. Batman Begins ofrece muchas posibilidades a priori, pero por la intención de hacerlo accesible a todos los públicos éstas resultan obvias siempre, cosa que se combina con un diseño del juego estrictamente lineal.
Un buen ejemplo de esto es el sistema de miedo y reputación, una gran idea a primera vista pero que acaba adoleciendo del mismo defecto ya mencionado. Como bien nos dice Ducard en el entrenamiento de Batman, el hombre murciélago está siempre en inferioridad numérica y, ante la ausencia de superpoderes más allá de los financieros, tendrá que usar todo lo que tenga a su alcance para intentar igualar la contienda. Esto lo logrará asustando a los enemigos haciendo que ocurran cosas que les den miedo, como por ejemplo que explote un barril, o que se caigan unas cajas. Cuando esto ocurra los enemigos se desconcentrarán y pondrán nerviosos, en ocasiones perdiendo sus armas, y la reputación de Batman en el escenario aumentará. No hace falta decir que será mucho más fácil acabar con los enemigos si están asustados que si están en guardia y seguros de si mismos.
El problema, de nuevo, es que las posibilidades de dar miedo a los enemigos se limitan a tan solo cuando el juego nos ofrezca un objeto con el que interactuar y así conseguirlo, y de hecho es prácticamente imprescindible hacerlo si no queremos que nos acribillen a balazos. De este modo no existe una libertad de juego, sino que tendremos que jugar tal y como los diseñadores quieren que juguemos. Tres cuartas partes de lo mismo pasa con otras interacciones y posibilidades, como el garfio, así como con las muertes sigilosas. No resultan un mérito del jugador, sino que hay enemigos que se pueden matar sigilosamente sin grandes esfuerzos, y otros que simplemente no. Una variante interesante de las muertes sigilosas son los interrogatorios. Podremos hacer cosas espectaculares como estar colgados de una tubería sobre un enemigo, y de repente cogerlo e interrogarlo –al modo violento, claro-. Esto resulta vistoso a nivel visual pero, al igual que lo de asustar, acaba haciéndose monótono, pues no requiere más habilidad que la de encontrar una oportunidad para hacerlo –que resulta casi siempre bastante obvia- y apretar el botón hasta que el enemigo nos diga lo que queremos oir.
El combate en Batman Begins es, como decíamos antes, similar al de un juego "yo contra el barrio". Contamos con un botón de puñetazo, otro de patada, y otro que nos permite ejecutar un movimiento especial sensible al contexto. Este puede ser tanto un ataque múltiple a los enemigos que nos rodean como un combo que acabe con un enemigo, y también un lento y potente puñetazo que rompa la guardia de uno de los sicarios que nos rodeen. El combate es cómodo y divertido siempre que no tengamos que enfrentarnos a alguien armado con un arma de fuego, y pasando por alto unos movimientos de cámara que pueden llegar a liarnos en algunos momentos.
Finalmente, una de las sorpresas que Batman Begins incluye son las fases en batmóvil, que utilizan el motor gráfico de Burnout 3 y que de hecho tienen un gran parecido con el juego de Criterion, incluyendo las flechas indicadoras de dirección y los takedowns que haremos a los coches que nos persiguen. Solo hay dos fases de este estilo, aunque al terminar el juego desbloquearemos más, y ofrecen una interesante bocanada de aire fresco a la experiencia general del juego.
Otro punto que hay que tocar es la narrativa, pues Batman Begins cuenta la misma historia de la película, profundizando más en cada una de las misiones que tendremos que llevar a cabo. Si el filme se permite el lujo de tener un reparto que incluye a Christian Bale, Liam Neesson, Morgan Freeman y Michael Caine entre otros, el juego tiene la licencia para incluir a los personajes con el físico de los actores, y sus voces –en el caso de la versión española, las voces de los actores de doblaje. Batman Begins está plagado de secuencias cinemáticas, ya sean clips de la película o bien generadas por el motor del juego, y éstas cuentan con una buena dirección, aunque quizás el lenguaje corporal de los modelados resulte a veces un poco forzado. Resultan muy efectivas para introducir al jugador en la historia, especialmente si ha visto antes la película.
A nivel gráfico Batman Begins luce bastante bien, especialmente en la versión Xbox, como es de esperar, pero con un buen nivel también en las otras. Cuenta con unos escenarios bien diseñado y con la ambientación adecuada, que recuerda a la de la película, y en ocasiones –especialmente el nivel del Tibet- con unos efectos de iluminación muy vistosos. El modelado de Batman es el más cuidado de todos, como es de esperar, y el héroe enmascarado cuenta además con muy buenas animaciones. Los enemigos no destacan tanto aunque hay bastante variedad. Resulta un juego notable a nivel gráfico, solo empañado en el caso de la versión PS2 por las ralentizaciones que se producen cuando se muestra una ventana sobre la propia acción (cuando los enemigos hablan, por ejemplo).
El apartado sonoro cuenta con un repertorio extenso de sonidos FX y con un muy buen doblaje al castellano, que no obstante no está en la versión GameCube, que se queda con las voces en inglés (las de los actores reales). La música es la de la película, mostrándose adecuada para ambientar la acción y cambiando dinámicamente según la situación. Probablemente el mejor apartado del juego, máxime contando con el doblaje de los dobladores de la película.
Batman Begins es un juego más que decente, pero se ve limitado por algunas decisiones de diseño que lo han hecho demasiado lineal y estricto a la hora de jugar. Tiene buenas ideas y convertir a Batman en un juego de infiltración es todo un acierto, pero la forma de resolver las situaciones es siempre la misma, y no deja libertad al jugador para pensar cómo, sino para cumplir lo que los diseñadores han dispuesto. Quien busque aquí un gran juego de aventura o de infiltración no lo encontrará, pero los aficionados a Batman, que han disfrutado con la película, encontrarán en este Begins un complemento perfecto para ésta, cuya corta duración se ve compensada por un aluvión de extras como entrevistas y galerías.