Análisis de Way of the Dogg XBLA (Xbox 360)
Way of the Dogg es un título musical creado por y para gloria del rapero Snoop Dogg. Ya hemos visto a Snoop Dogg o Snoop Lion, como se llama ahora, en algunos juegos anteriores. En Def Jam aparecía como Crow y en Tekken Tag Tournament 2 se encargaba de parte de la banda sonora. El juego ha sido desarrollado por Echo Peak, una compañía dedicada a crear productos relacionados con la industria musical. Ya está disponible en Xbox 360, aunque también saldrá en PS3, iOS y Android, pareciendo la versión de móviles su plataforma nativa o donde puede encajar más sin aportar tampoco nada dentro de éstas.
Como juego musical Way of the Dogg está bastante limitado, con muchos fallos y repetitivo hasta la saciedad. Hablamos de un juego mediocre, no tanto por las mecánicas que tiene como por la nula diversión que aporta y lo que se deja aprovechar. Cuenta con tres modos principales de los que sólo podemos salvar el modo historia. El modo desafío es casi como el modo historia, y el multijugador local no nos ha parecido nada entretenido y ya os avisamos que poner a un amigo a probar ese multijugador contigo es poco menos que ponerle en un compromiso.
El modo historia nos viene a contar la vida del protagonista, un tal America Jones, llamado así por el amor de su madre a su país. El caso es que el colega se mete en una pelea y matan a su novia y a partir de ahí Snoop Dogg le enseñará el arte de la lucha rítmica para saciar sus ansias de venganza. Toda esta información la encontraremos dentro del juego en biografías que vamos desbloqueando a medida que avanzamos en la historia del protagonista.
Como juego Way of the Dogg puede recordar en algún momento a Elite Beat Agents o a Parappa the Rapper, pero puede recordar cómo recuerda Aliens Colonial Marines a Halo, es decir, que son del mismo género. Las fases son peleas contra enemigos que se saldan pulsando secuencias de comandos según nos aparecen en la pantalla y al final de cada secuencia un QTE bastante sencillo para asestar un golpe de gracia al enemigo. Si fallamos más de lo permitido durante estas secuencias será el enemigo el que nos ataque y baje nuestra barra de vida. Esto hay que hacerlo catorce o quince veces en cada pelea.
Tras cada tramo de secuencia se nos enseña el porcentaje de acierto que hemos tenido. El objetivo de cada pelea es aguantar hasta el final sin ser derrotado teniendo que vigilar una barra de vida en la parte superior que nos indica si vamos ganando o no. Al principio sólo tenemos que pulsar botones, luego se nos irá complicando la cosa teniendo que pulsar direcciones a la vez que botones o machacando un botón determinado. Ya no hay nada más que hacer en el juego. Al principio es medio entretenido pero cuando llevas 10 minutos jugando te parece que todo sea siempre más de lo mismo.
Además lo fallos del propio juego impiden que lo puedas medio disfrutar o que tengas la certeza de que lo haces correctamente. Nos ha pasado (versión de Xbox 360) que los propios textos nos tapan los botones que debemos pulsar con lo que no sabemos ni que hacer y esto nos ha obligado a repetir alguna fase con el consiguiente suplicio que eso supone. Otras veces nos ha pasado que aunque pulsemos correctamente nos da por mala la pulsación cuando estamos completamente seguros de que lo hemos hecho de forma correcta.
El estilo gráfico es cel-shading del justito. Nos pasa como en casi todos los juegos que se basan en QTEs, que mientras miramos que botón a pulsar nos perdemos lo que pasa en la pantalla o parte de la acción. El caso es que no merece mucho la pena lo que pasa en Way of the Dogg. Las animaciones de las peleas son repetitivas, simplonas y sin expresión alguna. Ya que no controlamos la acción propiamente dicha y son escenas grabadas, podrían haberse esforzado en animar las caras de los luchadores o que mostrasen algo de expresividad o simplemente modificar los ataques o animaciones un poco. En realidad los gráficos siguen con la tónica general del resto del juego, bastante pobre y limitado en su conjunto.
Los temas de Snoop Dogg pueden ser lo único que se salve, siempre y cuando te guste su música claro, si no te gusta pues ni eso se salva del juego.
Conclusión
Las plataformas de descarga nos han traído y nos seguirán trayendo sorpresas agradables, pero el caso de este juego es totalmente lo contrario. Way of the Dogg es un título simplón, vago, corto y un ejemplo como no se deben hacer las cosas. Un modo historia que hemos acabado en algo más de una hora y media (más o menos) y donde no hemos parado de repetir lo mismo una y otra vez. A pesar de lo simple que resulta el concepto, además tiene fallos graves como no reconocer bien los botones que pulsamos o el fallo de ocultarnos los comandos que debemos pulsar con el texto del propio juego. No podemos para nada recomendar un juego que nos ha parecido mediocre en casi todo. No es que no se deje jugar pero no entretiene absolutamente nada y eso en un producto destinado al entretenimiento es determinante.