Análisis de Sports Island Freedom (Xbox 360)
Hace unos días Peter Molyneux -popular y verborreico creador de entre otras la saga Fable- decía que Kinect creará nuevos géneros, dadas las peculiares características de su hardware. Mientras esto ocurre -que esperamos que lo haga- nos han llegado diferentes tipos de juegos, siendo dos de los más acertados uno de baile -Dance Central- y otro de pruebas deportivas -Kinect Sports-. Estos dos títulos demuestran en sus respectivos géneros que son por ahora los que mejor se han sabido adaptar al nuevo controlador, y no es de extrañar que en los próximos meses nos lleguen más juegos de baile y deportivos, mientras a alguien se le ocurre hacer algo original con Kinect.
Sports Island Freedom es la adaptación para Kinect de la saga de Hudson para Wii, Sports Island -Deca Sports en Estados Unidos y Japón-, una franquicia que ya va por la tercera entrega y que cuenta también con un título en NDS y un futuro anunciado en Nintendo 3DS. Si el juego en Wii no era muy brillante por no decir malo, y que palidecía ante la propuesta deportiva de otros títulos como Wii Sports Resort o los dos Mario y Sonic, en Kinect ocurre casi lo mismo, y está a años luz de la propuesta de Rare por el deporte, Kinect Sports.
El problema no es que el juego de Hudson sea peor que ese título, o no muy bueno, o un poco malo, el problema es que llega a ser por momentos irritante, y eso es lo último que debería llegar a ser un videojuego, la antítesis de la diversión.
El juego cuenta con diez deportes, algo que en un principio puede resultar apetitoso, ya que conlleva variedad, y parece inevitable que alguno que otro nos debería gustar, pero después de probarlos todos sorprende que solo sean capaz de convencernos dos de las diez pruebas. Pero los problemas con el título comienzan antes de empezar a jugar cualquiera de las pruebas, ya en los propios menús. Nos movemos por estos con unos cursores que siguen el movimiento de nuestros manos, que resultan imprecisos y que cuando tenemos que aceptar algunas opciones concretas desaparecen, teniendo que imaginar donde colocar la mano para poder continuar, algo muy odioso y que nos sacará de quicio. Por si esto fuera poco nos ponen demasiadas trabas para poder jugar una partida rápida, debemos navegar entre un mar de opciones que poco nos importan, superar numerosas pantallas -y tiempos- de carga, a veces llegando exhaustos mentalmente antes de empezar a practicar ningún deporte.
Antes de comenzar por primera vez una prueba se nos ofrecerá practicar el tutorial, que debería servir para hacernos con los controles y entender la mecánica de la prueba, pero que están mal hechos y explicados, siendo lentos y aburridos, y lo que es peor, a veces no dejándonos muy claro cómo se deben hacer las cosas. Empezamos con la ilusión de jugar al tenis, un deporte que creemos se puede adaptar bastante bien a Kinect -como demuestra la prueba de ping-pong en el juego de Rare- pero nos llevaremos la primera en la frente. La física de la pelota es de broma, nuestros movimientos se representan en pantalla con retardo -teniendo que anticipar demasiado lo que queremos hacer-, y en general resulta frustrante y aburrido. El boxeo es una de esas pruebas que se empeñan en incluir todos los juegos de este tipo, y que aquí nuevamente resulta imprecisa y se acaba convirtiendo en soltar puñetazos al aire como un loco, aunque es de las menos malas en este título y no se aleja demasiado de lo conseguido en Kinect Sports, incluso teniendo más variedad de golpes.
El paintball es posiblemente la más horrorosa de todas. Como si de un juego de acción en primera persona se tratara, deberemos combatir contra el equipo contrario desplazándonos dando pasos hacia adelante y atrás y mirando al apuntar con nuestra mano, disparando al lanzarla hacia atrás. Es difícil explicar lo frustrante que resulta jugar y lo inútil que uno se siente, y esperemos que esta no sea la opción elegida -o al menos se pula muchísimo- en futuros títulos de acción para Kinect.
El snowboard no responde como debiera y vuelve a resultar frustrante, y aunque tras practicar un rato pueda parecer que no es tan malo, no hace falta más que probar un título que Konami ha lanzado sobre este deporte -Crossboard 7- para darnos cuenta que sí es muy deficiente. El balón prisionero aunque es una gran idea -lanzar, esquivar y coger la pelota puede ser a priori divertido- está fatal hecho, y no logramos esquivar a tiempo, cuando pretendemos coger el balón este nos golpea, y cuando queremos lanzar fuerte lanza flojo y viceversa, vamos un despropósito.
Los saltos de esquí resultan confusos en un primer momento, y cuando por fin comprendemos lo que hay que hacer -dar saltitos de lado a lado emulando un eslalon y luego saltar- la cosa no mejora para nada, y como está tan mal implementada la detección de movimiento, no resulta divertido. La inclusión del kendo nos parece muy original, pero en el tutorial se explica fatal como se juega, y una vez lo entendemos resulta bastante lento y aburrido. El vóley playa podría dejarse pasar pese a sus limitaciones en las animaciones y la física del balón -y lo pesada que resulta la repetición de cada punto-, si no hubiéramos jugado antes al mismo minijuego en Kinect Sports, que se lo come con patatas.
Por último y para que no se pierdan en este mar de mediocridad, hemos dejado las dos pruebas que más nos han convencido, y con mucha diferencia. En el patinaje artístico nuestro muñeco se mueve solo, y debemos hacer en los puntos que nos avisan las poses que se indican, a veces manteniéndolas un rato por ejemplo con la pierna arriba. Resulta divertido y bien ejecutado, por fin una prueba que funciona, y aunque la representación de algunas figuras no nos acaban de quedar claras, es bastante satisfactorio y le vemos potencial para mejorar y hacer de esta prueba algo más grande.
La disciplina que más nos ha gustado sin duda y a la que más tiempo hemos dedicado es tiro con arco. Tenemos que hacer el gesto con los brazos de levantar el arco y tensarlo, y una vez hayamos apuntado deberemos hacer el gesto de soltar la flecha. Debemos tener en cuenta la velocidad del viento a la hora de lanzar, y la sensibilidad en el apuntado es muy grande, dando una sensación de realismo. Además a mitad de la prueba la diana pasará de los 30 metros iniciales a los 50, consiguiendo picarnos mucho para conseguir la mejor puntuación, sin duda una prueba que está muy por encima del resto del juego, y que nos gustaría volver a ver incluida en otros títulos.
Es una pena que solo dos de las diez pruebas funcionen, ya que se ve un esfuerzo en incluir una gran cantidad de opciones y modos de juego. Podemos jugar por supuesto todas las pruebas con dos jugadores, e incluso tenemos un modo online -aunque dudamos alguien vaya encontrar partidas disponibles-. Tenemos torneos en los que jugaremos un deporte en concreto, en los que vamos superando rondas eliminando rivales, y que una vez ganados se nos desbloquea uno de mayor dificultad. Hay ligas por equipos, en las que se mezclarán todas las pruebas y debemos ir sumando puntos, o un uno contra uno, en el que tenemos que competir contra un rival en cada una de las pruebas para ver quien consigue más victorias.
La presentación del juego es muy modesta, con una música que está a punto de cruzar la fina línea entre lo olvidable y lo irritante. Los menús son demasiado sencillos e incluso un poco feos, con unos botones de un tamaño que no facilitan la navegación. A la hora de jugar podemos escoger nuestro avatar o unos que vienen predefinidos, y los escenarios de las pruebas son muy, muy modestos, casi más propios de otra generación consolas pero en alta resolución. A nuestro muñeco a veces se le doblan las piernas de una manera un tanto extraña, algo incomprensible y que hay que ver para entender, y las animaciones son muy robóticas, además para redondear tenemos alguna ralentización. Por decir algo bueno, el conjunto en general es bastante colorido.
Diez deportes de los que solo dos merecen la pena, en una mala demostración de lo que es capaz Kinect
Si alguien no hubiera visto o probado nunca Kinect, y este fuera el primer juego con el experimentara, creemos que saldría huyendo despavorido y nunca más se volvería a acercar a uno. Mala detección, peor dinámica de las pruebas, tutoriales pésimos que no cumplen su función, excesivos tiempos de carga y repeticiones inútiles que no facilitan la fluidez de la partida, menús por los que cuesta y tardamos en movernos, un apartado técnico mediocre... podríamos seguir durante un buen rato, pero no queremos ser crueles. De poco sirve incluir muchas opciones y deportes si la mayoría son mediocres, y hubiera sido mejor que tuviera menos contenidos pero bien hechos. Esperemos que sirva de ejemplo de cómo no hacer un juego para Kinect, y nos quedamos con lo positivo y lo que le impide tener peor nota: las pruebas de tiro con arco y patinaje artístico que están bien pensadas y son muy divertidas, un buen ejemplo de lo que sí se debe hacer en Kinect.