Análisis de Fruit Ninja Kinect XBLA (Xbox 360)
Uno de los títulos que ya se podría considerar un clásico en iPhone, y que es habitual ver entre los diez juegos más vendidos de la App Store, es Fruit Ninja. Un juego que, en lo sencillo de su planteamiento, radica su éxito. Cortar frutas con el dedo, y nada más, algo que pica y engancha para pequeños ratos, pero a lo que es raro le vayas a dedicar muchas horas, perfecto para un teléfono móvil. Su precio, 0,79 euros, es bastante justo para lo que ofrece, y con que nos haya entretenido unos minutos durante varios días ya estará más que amortizado.
Este pasado E3 Microsoft anunció unos cuantos títulos para Kinect, su nuevo dispositivo de control por movimiento que en apenas cinco meses ha vendido más de 10 millones de unidades, todo un récord. A pesar de ello el catálogo hasta ahora no es que sea muy completo y variado, algo que quieren remediar de aquí a finales de año.
Títulos exclusivos -Kinect Star Wars, Kinect Sports Season 2, Dance Central 2-, compatibilidad con grandes juegos –Mass Effect 3, Forza Motorsport 4- y pequeños desarrollos para Xbox Live Arcade, como el caso que tratamos ahora.
Si por algo se caracterizan los grandes éxitos de iPhone es por tener conceptos muy sencillos, con una jugabilidad rápida y directa, que cualquiera puede entender y ponerse a jugar en apenas segundos. Por ello, alguno de estos juegos parece que se pueden adaptar de manera perfecta a Kinect, y este es el caso de Fruit Ninja. Ahora bien, lo que en iPhone no duele nada en el bolsillo, pagando 79 céntimos de euro, en Xbox 360 se convierte en 800 puntos Microsoft, o lo que es lo mismo, unos 10 euros. Por tanto, la versión de Kinect y la de la App Store de Fruit Ninja, casi idénticas, tienen el mismo valor –o muy similar-, pero no el mismo precio, y como dice el dicho "solo un necio confunde valor y precio", ¿será este el caso?
Olvida el calor cortando fruta, que luego no te podrás comer…
La mecánica jugable de Fruit Ninja no puede ser más sencilla de explicar. De la parte inferior de la pantalla -y en ocasiones de los laterales- nos lanzan distintas frutas, que tenemos que cortar con nuestras manos, como si fueran cuchillas. Ciruelas, piñas, manzanas, sandias, peras, kiwis, naranjas, cocos, ninguna se nos tiene que escapar, y si es cortando varias a la vez de un mismo tajo, haciendo un combo, mejor. Se considera un combo cuando hemos cortado tres o más piezas a la vez, y realizar estos movimientos, además de satisfactorio, es donde radica la mayor diversión del juego. Vemos nuestra sombra reflejada en el fondo de la pantalla, lo que es todo un acierto, ya que nos ayuda a situarnos y tener una referencia, algo de lo que deberían tomar buena nota otros juegos de Kinect.
Para poner en práctica nuestras habilidades ninja tenemos varios modos de juego. En el modo Clásico no tenemos límite de tiempo, pero contamos con tres vidas, que se pierden cada vez que dejamos escapar un fruta sin cortar. Además de frutas, también nos lanzan bombas, que si golpeamos por error, acabarán con la partida, lo que a veces es un poco frustrante. Para conseguir la mayor cantidad de puntos posibles, como hemos dicho, tendremos que intentar hacer combos, aunque al combinarse bombas con frutas tendremos que tener mucho cuidado si nos ponemos a cortar a lo loco o hacemos trazos demasiado largos con las manos.
El otro modo principal es Arcade, contamos con un límite de tiempo -60 segundos-, pero en cambio no hay vidas ni bombas que acaben con la partida, sí unas que nos restan puntos. Además aquí se lanzan en ocasiones unos plátanos que en caso de cortar activan poderes especiales, como puntuación multiplicada por 2, ralentizar el tiempo, o un frenesí de lanzamiento de frutas por los laterales de la pantalla. El otro modo es el Zen, en el que durante un minuto y medio podemos cortar frutas a nuestro antojo sin ningún otro impedimento, ni bombas ni poderes especiales, centrándonos en realizar los mejores combos posibles.
Un añadido de esta versión es el modo Desafío. En este se nos reta a, por ejemplo, a conseguir más de 50 puntos en el modo clásico, más de 200 en el modo arcade, y así sucesivamente, teniendo que ir superando estos desafíos para desbloquear otros. El último de los modos es el Fiesta, lo que es el multijugador. Pueden jugar dos personas a la vez en Arcade en equipo, de manera cooperativa, que consiste en hacer la mayor cantidad posible de puntos, y el modo Batalla, que sería competitivo, en el que se le asigna un color azul y rojo a cada uno de los jugadores, teniendo que cortar solo las frutas que tengan un halo de tu propio color, restando puntos si cortamos las del color de nuestro rival.
A modo de extras podemos desbloquear nuevas hojas, que se diferencian en la estela que dejan al cortar con nuestras manos –de diferente color o efectos-, nuevos fondos de pantalla, donde vemos nuestra sombra y el jugo de las frutas reventadas, e incluso distintas sombras, por ejemplo una pixelada. Y además de todo esto, los imprescindibles marcadores en línea, sin duda el que puede ser el mayor balón de oxígeno del juego, en caso de picarnos a subir en el ranking. Como curiosidad durante las partidas nos dan informaciones interesantes y efemérides sobre el "apasionante" mundo de la fruta, que como buenas consumidores de este alimento que somos, se agradecen y en ocasiones resultan curiosas.
Kinect nos detecta de manera perfecta, de hecho al comenzar el juego hace una calibración propia muy buena, independientemente de cómo tengamos configurado nosotros el periférico, algo que deberían adoptar otros juegos. Da igual que juguemos muy lejos, o bastante cerca –lo que hemos probado-, que se adapta bien y te detecta sin problemas. Que Fruit Ninja Kinect hace un buen uso del periférico es innegable, pero que aunque con más precisión, bien podría haber sido un juego para EyeToy, allá por 2003, también es cierto. Por lo que no se puede decir que sea uno de los juegos que mejor lo aprovechan, pero sí de los más divertidos y entretenidos. Y para llegar a dominarlo, y realizar buenos combos, tendremos que dedicarle unas buenas sesiones, ya que no es tan fácil como en iPhone, al tener que mover nuestro brazos, ya que en el dispositivo de Apple con un solo dedo hacíamos virguerías. Es más, tras una buena sesión que nos pegamos antes de escribir estas líneas, al día siguiente nuestros brazos se resintieron con unas buenas agujetas.
Técnicamente, sencillez al máximo. Un fondo de madera y vistosas frutas de colores que al cortar pringan la pared en la que vemos nuestra sombra. De hecho durante la acción ni siquiera hay música, solo los distintos efectos de sonido, lo que aumenta la esa sensación de austeridad en todo sus apartados, y que la verdad por su concepto jugable, no le pedimos más.
De 0,79 a 10 euros, el precio de usar las dos manos delante de Kinect
Fruit Ninja Kinect es entretenido, accesible para todos los públicos –uno de los juegos de Kinect a los que puede jugar cualquiera, muy recomendable para niños pequeños-, y aunque parezca mentira, si se quiere superar los retos que nos ofrece, tendremos que esforzarnos al máximo, y veremos que no es tan sencillo como parece. Entonces, ¿cuál es el problema? Como hemos dicho al principio del análisis, su precio.
Un juego que te entretiene a ratos durante 15 minutos o media hora, quizás un poco más en multijugador, y que en iPhone siendo exactamente igual, menos un par de modos, cuesta 79 céntimos, en Xbox Live Arcade cuesta 10 eurazos. Una pena, ya que realmente, es de los mejores juegos que hay ahora mismo disponibles para Kinect, pero es caro para lo que ofrece. No nos gusta entrar a valorar el precio de los juegos, pero estamos ante un caso muy llamativo, y tenemos el deber de avisaros. A quien no le importe pagar su importe, y busque algo divertido, sencillo, directo y para todos los públicos en Kinect, esta es una propuesta casi perfecta. Pero a quien busca rentabilizar lo que paga por un juego, ya sea a través de la cantidad de horas de diversión que le proporciona o la satisfacción de la experiencia global, tiene que tener claro qué es Fruit Ninja. Ni precio Indie ni Arcade, quizás Microsoft debería haber apostado por un punto intermedio, por lo demás, una propuesta muy simpática y refrescante para Kinect.