Análisis de Doom II XBLA (Xbox 360, Game Boy Advance)
Hay juegos y juegos. Hay títulos que gozan de buenísimas ventas o reputación durante un tiempo por parte de usuarios y crítica, que luego son olvidados casi instantáneamente o no pasan el corte del tiempo. Otros, en cambio, hacen historia. Marcan unas pautas, perfeccionan y revolucionan un género, o se convierten en estandartes de la industria. En símbolos perfectamente reconocibles del mundo de los videojuegos. Da igual que seas un aficionado de pura cepa, o un mero jugador ocasional. Para cualquier persona con un mínimo de interés en este, nuestro hobbie, las palabras iD Software y Doom, significan algo más.
A principios de la década pasada, concretamente en 1994, iD Software sorprendió a propios y extraños con la segunda entrega de uno de sus mejores juegos, Doom. Doom 2: Hell on Earth reformaba a varios niveles la propuesta original.
Era más rápido. Más cuidado. Más perfecto. ¿Lo recordáis? ¿Lo tenéis fresco? ¿No? Pues no será problema. Acaba de desembarcar en una nueva versión para Xbox Live, y está disponible en nuestros bazares.
Vuelta a los orígenes
Cuando hablamos de volver a los orígenes, nos referimos a volver a disfrutar y deleitarse de todas aquellas sensaciones que nos dejó el juego en su época. Si has sido de los afortunados lectores que lo disfrutaron al poco tiempo de salir (aquellos tiempos en los que los juegos venían en disquetes), seguro que recordarás el soberbio salto que supuso. Doom 2: Hell on Earth, asentó las bases de lo que hoy en día conocemos como "First Person Shooters", o juegos de acción en primera persona. Dichos juegos, tienen una serie de elementos comunes, y la mayoría de ellos, como bien sabéis, nacieron en Doom y Doom 2. La perspectiva, la forma de desplazarse por los niveles (buscar llaves y puertas para avanzar) o la manera de enfocar las luchas y el sistema de juego, han evolucionado desde conceptos vistos en los juegos de iD Software. Aunque es cierto que las novedades con respecto a la primera entrega fueron pocas (una serie de enemigos nuevos y un par de armas), y el salto técnico fue poco menos que imperceptible (aunque corregía fallas y depuraba algo el motor gráfico original), la importancia de Doom 2: Hell on Earth para el género, es poco menos que notoria.
Doom 2: Hell on Earth, empieza casi donde termina su primera parte. Si el original nos llevaba a los dos satélites de Marte (Phobos y Deimos), en Doom 2: Hell on Earth, nos trasladamos a la Tierra. Con la apertura de un peligroso portal, los demonios pasan de su dimensión, a la nuestra, invadiéndonos por completo. Pero no pasa nada. Ahí estaremos nosotros para enfrentarlos, encarnando a un marine con cara de pocos amigos.
El argumento de Doom 2: Hell on Earth no es nada del otro mundo (mirad, otro apunte esencial para el género que dio a conocer, los juegos de acción en primera persona), y es simplemente una excusa para avanzar a lomos de una brutal orgía de sangre y vísceras demoniacas. El desarrollo de Doom 2: Hell on Earth, es muy sencillo. Empezamos un nivel, nos enfrentamos a los enemigos que se pongan delante nuestro, buscamos la salida o activamos algún interruptor, y siguiente. Así sucesivamente durante 30 niveles (más dos secretos, variantes del primer Wolfenstein 3D). El planteamiento es sencillo, y la mayoría de las veces soltearemos fácilmente los problemas que se nos crucen por el camino (alguna llave que no encontramos, alguna salida que se nos ha pasado), pero es cierto que Doom 2: Hell on Earth escondía algunas habitaciones o teletransportes bastante puñeteros. De hecho, una de las principales diferencias con el Doom original, era la densidad y complejidad de los niveles.
Si en aquél juego la extensión ya solía ser un problema en algunos niveles, aquí lo es en la mayoría. Es cierto que al principio no veremos mucha dificultad, pero conforme el juego avanza y las pantallas se complican, o somos unos maestros de la memoria, o podremos despistarnos en alguna que otra ocasión. La pantalla de juego, como es habitual y conocido por todos, nos ofrece información de nuestra salud de una forma dinámica (la cara de nuestro personaje) y de una forma más austera (el porcentaje de salud). También nos informa de que tipo de arma estamos usando, cuantas tenemos en posesión, o de que cantidad de munición y armadura nos queda. En cuanta armas, qué deciros. Pistolas, escopetas de doble cañón, sierra eléctrica, ametralladoras…Uno de los arsenales más carismáticos del mundillo. Una absoluta referencia.
El control de Doom 2: Hell on Earth, puede parecernos algo tosco o incompleto. Los sticks sirven para mover a nuestro personaje, y los botones principales para cambiar de arma (cosa que también podemos hacer con la cruceta). Los gatillos servirán para disparar (en el caso del derecho) y correr, en el caso del izquierdo. No hay botón de salto, y eso puede suponer un hándicap para la generación canguro de nuestros días. Para ellos será difícil acostumbrarse a un sistema así, pero son muestras que pueden hacerles ver, que antes los juegos estaban diseñados para violentos y viejos dinosaurios. También se ha incluído un modo multijugador (y un ranking para el mismo) en versión online y pantalla partida. Y no solo hablamos del típico y consabido modo deathmatch. También hablamos de un interesantísimo modo cooperativo (que también tiene su versión Online). Aunque es cierto que el juego mantiene los 4:3 originales, y jugar pantalla partida en un título del 1994 puede parecer algo mareante, desquiciante y pesado, la verdad es que es un añadido bastante divertido e interesante, sobre todo si se tiene ganas de algo retro y antiguo.
La dificultad de Doom 2: Hell on Earth, puede ser ajustada a varios niveles. Los primeros resultaran casi un paseíllo para todos aquellos que tengan varios años a sus espaldas y que ahora quizás estén casados, emparejados o con casa propia. Aquellos que quieran saltar a una forma más dura y directa, deberán probar otro tipo de dificultad. Los enemigos, como era común en aquél entonces, simplemente, van a por ti. Tenemos soldados poseídos, demonios lanzadores de fuego y demás variada fauna procedente del infierno. La mayoría de enemigos solo tiene un tipo de comportamiento (verte y querer matarte) pero su diseño ha sobrepasado las fronteras de la cultura del videojuego, y son vox pópuli como iconos pop o referencias en diferentes artes ajenos al ocio electrónico.
La imagen que ofrece Doom 2: Hell on Earth es tan icónica, que incluso jugadores que jamás se hayan puesto delante para jugar, sabrán cómo hacerlo y de qué forma.
Conclusiones
Doom 2: Hell on Earth, es un clásico. Una obra maestra absolutamente atemporal. Cualquier cosa que os comentemos en el presente análisis, será sabida por todos. Casi cualquier jugador que se interese en él, posiblemente lo haya jugado en más de una ocasión. Pero hay oportunidades que no se deben dejar pasar. Y esta, es una de ellas. Vale que habréis probado el juego en su día, o habréis jugado en muchas de las diversas adaptaciones a lo largo de los años. Pero ahora, en una versión remasterizada, y preparada para la Alta Definición y con sonido 5.1 (pero ojo, conservando su aspecto gráfico añejo y retro), Xbox Live nos ofrece la oportunidad de disfrutarlo vía descarga digital en nuestras consolas Xbox 360. ¿Os apetece? Doom 2: Hell on Earth está disponible por 800 Microsoft Points. ¡Por los viejos clásicos!